El exjefe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) José Luis Olivera ha afirmado que en 2012, tras llegar el PP al Gobierno, le cesaron de ese cargo "por investigar la Gürtel" y ha negado que él haya beneficiado al Partido Popular ni a "ningún partido".

"Yo no he encubierto la Gürtel, he sido la apisonadora de la Gürtel", ha dicho el comisario en la comisión de investigación del Congreso de la operación Kitchen, supuestamente urdida en 2013 por el Ministerio del Interior de Jorge Fernández Díaz para sustraer información al extesorero del PP Luis Bárcenas.

Olivera ha explicado que en 2012 su superior le cesó y le ofreció varios puestos, como la comisaría de Tarragona y varias jefaturas, a las que dijo que no porque lo que quería, ha afirmado, "era seguir en la UDEF".

A finales de junio de ese año, con mucha "presión" en la cabeza de aceptar un cargo, le ofrecieron dirigir el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (Citco), y finalmente accedió porque creía que, si no, le iban a echar de todas maneras, pero no le gustaba.

"Me quitan la capacidad operativa, es lo que busca un policía, tener capacidad operativa, a mi la gestión no me gusta", ha dicho sobre su cambio al Citco.

Olivera, actualmente en segunda actividad, está imputado en el caso Kitchen porque, según las grabaciones incautadas al excomisario José Villarejo, estaba informado del espionaje a Bárcenas y tuvo un papel en favor del PP cuando era jefe de la UDEF y estalló el caso Gürtel, dos aspectos que ha negado este jueves tajantemente.

Él, ha dicho, no tuvo "participación ninguna" en Kitchen, que se produjo cuando estaba ya en el Citco, pero sí conocía a Villarejo porque desde el año 2000 trabajaba con él recibiendo "información sobre servicios de interés policial".

Según su versión, Villarejo le comentó en una cita que "estaba en una operación que le habían encargado de la Dirección Adjunta Operativa de localizar bienes y testaferros del entorno de Bárcenas" y que "hablaban con un señor que había sido chófer de Bárcenas".

Se trataba de Sergio Ríos, contratado supuestamente por Interior para espiar al extesorero pagado con fondos reservados y del que habló Villarejo en una grabación de una comida en la que estaba presente Olivera, que ha atribuido estas afirmaciones a "un chascarrillo más", un "alarde", una "conversación en el marco de una comida y con una botella de vino por enmedio".

En otras conversaciones grabadas por Villarejo, éste habla de su deseo de que Olivera fuera nombrado nuevo número dos de la Policía o director adjunto operativo (DAO), un cargo, según ha dicho Olivera, que él no quería pero al que optó estando en el Citco porque el entonces ministro del Interior se lo pidió.

Preguntado al respecto, Olivera ha dicho que el interés de Villarejo de que fuera DAO debía ser "personal", porque "quería tener a alguien cercano" en ese cargo que le siguiera manteniendo su estatus.

Olivera también ha negado que, tal y como afirma Villarejo en otras grabaciones, haya favorecido alguna vez al PP ni a "ningún partido". "Yo no me la he jugado por ningún partido, yo soy un profesional de la policía y, esté el partido que esté, hay una legislación que hay que cumplir", se ha defendido.

Los repetidos "no puedo contestar" de Javier Iglesias

Antes de Olivera, la séptima sesión de la comisión Kitchen ha arrancado con la comparecencia del abogado Javier Iglesias, que visitó en prisión a Bárcenas, a quien presuntamente ofreció 500.000 euros a cambio de que hiciera públicos otros papeles distintos a los publicados sobre la presunta contabilidad ilegal del PP.

El interrogatorio por parte de todos los grupos, salvo el del PP que no ha formulado ninguna cuestión, ha chocado con el muro del secreto profesional en el que se ha escudado Iglesias para no responder ni siquiera a preguntas de si conocía a los exdirigentes del PP María Dolores de Cospedal o Mariano Rajoy.

Los repetidos "no puedo contestar" de Iglesias han logrado que los portavoces de los partidos se pusieras de acuerdo en solicitar a los letrados de la comisión una aclaración sobre los límites del secreto profesional y aunar al PSOE, ERC, Unidas Podemos y Vox en duros reproches al compareciente.

"Usted ha venido a reírse aquí de nosotros", "esto está siendo una auténtica vergüenza", "solo falta que le preguntemos pro al hora y diga que no puede contentar", "usted se cree que somos imbéciles" han sido algunas de las reacciones de los imputados que Iglesias ha encajado con disculpas a los diputados y nuevamente amparándose en el secreto profesional.