ERC parece dispuesta a dar pocas concesiones retóricas al Gobierno de Pedro Sánchez. En línea con lo expuesto por los republicanos desde hace meses, la portavoz del partido, Marta Vilalta, reiteró que solo la amnistía ofrece completa garantía de solución del conflicto político, en lo que respecta a la vertiente judicial. Una amnistía que, siempre según los republicanos, precisa complementarse del derecho de autodeterminación para, entonces sí, cerrar el 'problema catalán'. Esta es la propuesta con la que ERC acude y acudirá a una mesa de negociación cuya segunda cita desea que se produzca de inmediato y para ello apremió al presidente del Gobierno para que la convoque.

Pero el debate sobre los indultos se ha introducido en la arena pública justo en el momento en que al Generalitat volvía a tener un presidente electo y se subsanaba la principal causa por la que desde febrero del 2020, junto con la pandemia, no se ha celebrado más que la reunión inaugural, "poco más que una foto", la describió Vilalta este lunes. "Creemos que se debería hacer lo antes posible y a poder ser antes del verano. No es una cuestión de que ahora tengamos que esperar a los indultos y después ya veremos, es que se debe resolver el conflicto político".

Representantes sin ser consellers

Aludía así la número 2 del partido extramuros a las voces que señalan que la mesa tendría que esperar al desenlace de los indultos. Un escenario que abriría otra situación incómoda para Sánchez, por cuanto si el presidente del partido, Oriol Junqueras, recibe la gracia penitenciario, el deseo del partido es que forme parte de la delegación catalana en el órgano de diálogo. Es más, aun sin indulto de por medio, y acogiéndose a los permisos a los que tiene derecho, Junqueras podría ocupar una de las sillas de la mesa. Cabe recordar que en la primera reunión no solo acudieron consellers. Sin ir más lejos, el hoy presidente del grupo parlamentario de ERC, Josep María Jové, encausado y en espera de juicio por el 1-O, ya formó parte de la comitiva que se desplazó hasta la Moncloa, en ese febrero prepandémico.

Sobre la otra vía para paliar las penas de los condenados, la reforma del delito de sedición en el Código Penal, la portavoz republicana contestó que quieren esperar a ver "la letra pequeña", pero que en cualquier caso considera que lo que hay que hacer no es reformar este tipo penal, sino derogarlo.