El Gobierno del Reino Unido retirará a Portugal de la 'lista verde' de destinos internacionales que los británicos tienen permitido visitar sin cumplir una cuarentena de diez días a su regreso, según avanzó este jueves la cadena pública BBC.

Portugal era el único país de la Unión Europea (UE) que el Gobierno británico consideraba hasta ahora como un destino seguro para sus ciudadanos en base al nivel de contagios de covid-19, el avance en el programa de vacunación y la prevalencia de nuevas variantes del coronavirus.

El país pasará ahora a la 'lista ámbar', en la que también se encuentran países como España, Grecia y Francia, una clasificación que obliga a los viajeros a aislarse al volver a su domicilio y a pasar tres test de coronavirus, uno antes de volar hacia el Reino Unido y otros dos durante la cuarentena obligatoria.

El Ejecutivo del conservador Boris Johnson insta a los británicos a no viajar a los destinos clasificados como 'ámbar', a pesar de que el desplazamiento no está prohibido, ni a los de la "lista roja".

A pesar de las especulaciones de los últimos días sobre la posible inclusión de islas turísticas como Baleares y Canarias en la 'lista verde', el Gobierno británico ha decidido no agregar por ahora ningún territorio a esa categoría, según la BBC.

El Ejecutivo británico está especialmente preocupado por la posible importación de variantes del coronavirus que puedan mostrar cierta resistencia contra las vacunas.

El avance de la variante Delta, detectada por primera vez en la India, más contagiosa que la predominante hasta ahora en el Reino Unido, ha puesto en duda en los últimos días la hoja de ruta para la desescalada de Johnson, que prevé retirar todas las restricciones contra la pandemia el próximo 21 de junio.

12 millones de turistas, en el aire

España puede perder más de 12 millones de turistas británicos de aquí a fin de año tras la decisión del gobierno de aquel país de mantener en ámbar a todo el territorio español, lo que significa que a la vuelta a su país deben hacer cuarentena o presentar una PCR negativa en covid-19.

Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2019, previo a la pandemia, reflejan que entre junio y diciembre de ese año entraron en España 11,81 millones de británicos, de 18,07 millones en el conjunto del año. Reino Unido es el principal emisor de turistas extranjeros a España, por lo que la decisión del Gobierno británico dificulta que se cumplan las previsiones de la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, quien espera terminar el año con la mitad de las entradas de 2019, es decir, algo más de 40 millones de ingresos de extranjeros.

Alcanzar esa cifra se antoja difícil, porque entre enero y mayo apenas han entrado un millón de visitantes extranjeros, por lo que deberían llegar casi 40 millones de aquí a final de año para cumplir la previsión del Gobierno. Eso significaría un ritmo sólo algo más bajo que el de 2019: entre junio y diciembre de ese año se registraron 54,3 millones de entradas de turistas extranjeros.

En 2020, en plena pandemia y con el Reino Unido como uno de los países más restrictivos en la salida de sus nacionales a otros países para hacer turismo, apenas entraron en España 3,17 millones de británicos, de los que 1,15 millones lo hicieron entre junio y diciembre. En los meses centrales del verano (junio-septiembre) de 2019 entraron en España más de dos millones de turistas británicos cada mes. En 2020, en julio, que fue el mejor mes, llegaron cerca de 380.000 británicos.

Las comunidades que más ansían el "verde" de los británicos son los dos archipiélagos: Canarias recibió 2,90 millones de turistas de esa nacionalidad entre junio y diciembre de 2019 y Baleares acogió en ese mismo periodo a 2,86 millones. Tras las islas se sitúan Andalucía, con 1,86 millones; Comunidad Valenciana, con 1,83 millones, y Cataluña, con 1,36 millones de turistas procedentes del Reino Unido.

Los datos del gasto asociado de esos turistas alcanzan 61.595 millones de euros de junio a diciembre de 2019, de los que 12.185 millones de euros son los que se dejaron en España los británicos, con cantidades entre 2.000 y 2.500 millones mensuales entre junio y septiembre