Ciudadanos pone toda la carne en el asador para evitar que la concentración del viernes contra la concesión de indultos a los presos del 1-O quede deslucida. El líder del partido en Catalunya, Carlos Carrizosa, ha anunciado este miércoles que la presidenta naranja, Inés Arrimadas, participará en la convocatoria ante la Delegación del Gobierno en Barcelona.

La cita, impulsada por Cs con el aval de entidades constitucionalistas como Societat Civil Catalana o Impulso Ciudadano, contará con la presencia de la cúpula catalana del PP -el jefe de filas Alejandro Fernández y el secretario general Santi Rodríguez- pero no con Vox, que se ha desmarcado públicamente alegando que no asisten a movilizaciones orquestadas por partidos políticos. El 'leitmotiv', ha relevado Carrizosa, será "Indultos no, convivencia sí. No en mi nombre".

En una rueda de prensa en el Parlament, Carrizosa ha dicho que se ha puesto en contacto con unas 13 entidades constitucionalistas y que "prácticamente todas ellas" han confirmado su asistencia. No ha querido poner número a las expectativas, pero en la formación son conscientes de que su espacio político está desmovilizado y de que el PSC les ha arrebatado el liderazgo de la oposición, mientras que la extrema derecha ocupa su puesto en la anterior legislatura como ariete contra el independentismo. De hecho, ha deslizado que el líder socialista, Salvador Illa, está alineado con el independentismo por la defensa de la medida de gracia que hizo ayer en TV-3.

"Hemos llegado a la conclusión de que existe la necesidad de que se tienen que hacer llegar las reivindicaciones históricas que sistemáticamente han venido siendo ignoradas por los sucesivos gobiernos de la Generalitat y del resto de España dejando al constitucionalismo catalán abandonado y solo", ha justificado, con la esperanza de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, les reciba tras haberlo pedido por carta y a las puertas de una reunión con el president Pere Aragonès.

Por otro lado, ha deslizado que los socios en el Govern ya están "en pie de guerra por la estrategia a seguir para chantajear al Estado" y ha dicho que "ya se están lanzando puñales por los pasillos del Parlament", en alusión al cruce de misivas entre los máximos dirigentes de ERC y Junts que evidencias un nuevo episodio de refriega entre los dos partidos.