Pocos imputados admiten ante el juez el delito por el que comparecen ante él y la exsecretaria general del PP María Dolores de Cospedal no iba a ser una excepción. Ante el instructor de la Kitchen negó haber hecho encargo alguno al excomisario José Manuel Villarejo, que le conoció a través de su marido, el también imputado Ignacio López del Hierro, y con el que dice que se reunió en varias ocasiones para tratar temas jurídicos y policiales, pero sostiene que nunca le aportó información alguna que no hubiera aparecido antes en la prensa.

Según fuentes jurídicas presentes en la declaración, Cospedal dijo que ella no apuntaba sus encuentros e ignoraba si Villarejo lo hacía, por lo que no podía explicar las anotaciones del principal imputado en la causa, en las que se la relacionaba con pagos y se menciona su preocupación por ciertos informes, como el que aparece su marido como donante del PP. En una de las agendas del expolicía con fecha del 6 de noviembre de 2013 figura "Cospe muy preocupada 5 pagos de 200". Al ser preguntada por el fiscal, reconoció que pagarían "por cortesía" los gastos en que pudiera incurrir Villarejo, pero reiteró que nunca le había hecho encargo alguno.

Se puso en contacto con él, porque creía que les espiaban desde el edificio de enfrente y porque tanto el partido como ella sufrían ataques continuos. López del Hierro le dijo que tenía una consultora muy importante y "magníficas relaciones con la prensa y conocía a todo el mundo". Según la exsecretaria general del PP, respecto a los ataques sufridos por dirigentes del partido, como la exalcaldesa valenciana Rita Barberá, le apuntó a un juez de la Audiencia Nacional que estaba detrás de las filtraciones. Ella, al igual que lo que le trasladaban los abogados del partido, informaba a su superior, el presidente del partido, entonces Mariano Rajoy.

Cospedal también negó saber algo de negociaciones con Luis Bárcenas y hasta despachar con el policía Andrés Gómez Gordo, que fue director general en su Gobierno en Castilla-La Mancha y al que el dispositivo parapolicial para arrebatarle al extesorero la información comprometedora para el partido que pudiera guardar, apodaba 'Cospedín' por su relación con la expresidenta castellanomanchega. Él fue la persona en la que confió el chófer del matrimonio Bárcenas-Iglesias, Sergio Ríos, para empezar a espiar a la familia, según declaró este mismo ante el juez. Cospedal negó haber oído hablar de él y hasta se permitió dudar de que el policía de su confianza participara en el fichaje.

En defensa del PP

Cospedal, cuya defensa ejerce Jesús Santos, que también es abogado del PP, derivó cualquier responsabilidad en la 'Kitchen' en Interior, que es de quien depende la policía, apuntó, aunque dijo que el exministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, al que conocía de algún viaja a Catalunya, era un "hombre tratado injustamente". Sostuvo que si hubiera querido quitarle alguna documentación a Bárcenas no le habría devuelto la que guardaba en la sede del partido y en una línea de defensa coincidente con la del partido insistió en la necesidad de investigar el origen del dinero en Suiza del extesorero, al que acusó de mentir y de haber cambiado varias veces de versión.

Reconoció que se indignó cuando su marido salió en los llamados 'papeles de Bárcenas' como donante del PP, pero dijo ignorar que se cambiase el informe. Según su versión, no tenía ni idea de quién era el inspector al frente de la 'Gürtel', Manuel Morocho, por lo que no puede explicar la anotación de Villarejo: "Orti. Problemas Morocho", dirigida a su jefe de Gabinete, José Luis Ortiz, que declarará este miércoles ante el magistrado junto al propio López del Hierro.

Pese a lo declarado por Cospedal, en sus agendas, Villarejo parece dar cuenta a ella y a Ortiz de los avances que se van produciendo en el dispositivo para robar a Bárcenas la documentación que pudiera guardar. Según el extesorero, se hicieron con dos grabaciones: una a Rajoy, en la que se le oye destruir la contabilidad b del PP, y otra al exsecretario general del PP Javier Arenas.

Villarejo creyó que la 'Kitchen' continuaba la 'Operación Cataluña'

El excomisario José Manuel Villarejo ha presentado un nuevo escrito en la Audiencia Nacional en el que asegura que creyó que la ‘Kitchen’ era una continuación de la ‘Operación Cataluña’, porque sus interlocutores eran los mismos. Afirma que el entonces director general de la Policía, Ignacio Cosidó, le dijo que abandonara cualquier otro tema, porque el presidente del Gobierno “volvía a querer estar informado puntualmente, casi a diario”.

 “Se le dieron dos teléfonos de contacto con el presidente Rajoy para una interlocución directa”, dice, “porque ya en Cataluña habían surgido más de una discrepancia”, respecto a lo que Villarejo “transmitía por la cadena de mando del Ministerio del Interior y el CNI y la versión final algo diferente, que llegaba a Presidencia”.

Como interlocutores, al igual que en Catalunya, afirma el principal imputado en el ‘caso Tándem’, “estaba el ministro, el secretario de Estado (Francisco Martínez), el director (Cosidó), el DAO (Eugenio Pino) y los mismos agentes del CNI y en el aspecto de interlocutores paralelos con Presidencia, (María Dolores de) Cospedal, (el presidente de ‘La Razón’, Mauricio) Casals y colateralmente la vicepresidenta (Soraya Sáenz de Santamaría) por otros contactos”.