La fiscal delegada de Violencia de Género en la Región, Concha López, explica que las tres fiscales que se ocupan de este departamento en la comunidad murciana acusan un "evidente desgaste personal y profesional" debido a que están en cuadro. "Las fiscales seguimos expuestas a las jornadas de guardia, a veces interminables, las cuales se prolongan casi diariamente fuera de las llamadas horas de audiencia establecidas, lo que en ocasiones pudiera hacer difícil nuestro comprometido trabajo, el cual es llevado a cabo con el mayor compromiso que exige la materia y cumpliendo fielmente los deberes y obligaciones que tiene encomendado el Ministerio Público", subraya la fiscal delegada.

López, que ya puso de manifiesto estas demandas en un informe que se refleja en la Memoria de la Fiscalía de la Región 2021, considera que "sería conveniente estudiar la posibilidad de convertir dichas jornadas de guardias no retribuidas en jornadas retribuidas, que dignifiquen la función pública no solo para los jueces y fiscales integrantes en la sección sino para todos y cada uno de los funcionarios públicos que integran la misma".

"El logro de un Pacto de Estado y de un Pacto Regional en Murcia, con las innumerables medidas necesarias y acertadas para mejorar la lucha contra la violencia de género, no ha previsto correlativamente ni aumento de plantilla, lo que fue en 2019 solventado internamente entre los fiscales de la plantilla en Murcia por el fiscal superior, y tampoco ha previsto retribución económica específica para la misma, ni siquiera en la figura del fiscal delegado", lamenta.

Otro problema es que "desde marzo de 2020, por razones de distribución de servicio interno, existe un único funcionario de tramitación, cuyas funciones se siguen viendo notablemente incrementadas por el sistema de registro electrónico, mediante el llamado expediente digital".

"Dicho funcionario, que se halla permanente de guardia, asiste a los dos Juzgados de Violencia Sobre la Mujer de Murcia y debe compaginar su trabajo con el registro ordinario de asuntos de ambos juzgados tanto en materia civil como penal, así como con el registro de todos los procedimientos que en esta materia concluyan con sentencia absolutoria o condenatoria en los seis Juzgados de lo Penal de Murcia capital, y las dictadas por la sección especialista en Violencia Sobre la Mujer, Sección Tercera, o en su caso Sección Cuarta, si se tratara de cuestiones civiles, lo cual es llevado a cabo sin incidencias hasta ahora dada la diligencia y profesionalidad de la labor dedicada por el único funcionario", remarca López.

Según los datos de la Fiscalía contra la Violencia de Género, constan 3.060 diligencias previas incoadas por lesiones y maltrato familiar en los juzgados de la Región. Constan además 133 diligencias previas por amenazas en el ámbito familiar, frente a 109 del año anterior. En cuanto a las coacciones en el ámibto familiar, hay incoadas 28 diligencias previas, y 6 diligencias urgentes; 31 acusaciones y 25 sentencias. Por acoso familiar constan 13 diligencias previas y 3 urgentes, ocho acusaciones y cinco sentencias. La Fiscalía tiene 1.045 diligencias previas por maltrato familiar habitual, y 679 urgentes, con 191 escritos de acusación y 48 sentencias.

Octogenarios y ataques en la puerta de comisaría

La violencia de género es una lacra que se ha convertido en algo tristemente habitual en la Región de Murcia; fuentes policiales consultadas por esta Redacción apuntan que reciben prácticamente todos los días avisos por episodios de agresiones y amenazas en hogares, y que son los vecinos y, en muchas ocasiones, familiares de las víctimas quienes alertan al 112 o al 091. No obstante, como viene alertando la Fiscalía desde hace años, estos casos quedan demasiadas veces en nada, al no ratificar las víctimas las denuncias en los juzgados, muchas veces por culpa de un proceso "farragoso", como explicaba la fiscal delegada de Violencia de Género en la Región, Concha López.

En lo que va de año, oficialmente en la Región no ha habido ninguna víctima mortal por violencia machista. El último crimen enmarcado en la lacra de la violencia de género en la comunidad murciana es el de Salwa, vecina de Águilas a la que quitaba la vida, presuntamente, su esposo, de un tiro, tras mandar a sus hijos pequeños a la playa.

Aunque no consten muertes, la Región ha sido escenario de violentos episodios, protagonizados, en algunas ocasiones, por hombres de avanzada edad. En la primavera de este año, un vecino de Murcia de 91 años era detenido por, presuntamente, pegar y vejar a su esposa, de 89. La mujer contó a la Policía que el sujeto, además de golpearla y propinarle bofetadas, le cambió las cuentas en los bancos para que ella no pudiera sacar dinero. Tras pasar por el Juzgado de Guardia, el hombre quedó en libertad con cargos. En otoño, otro anciano, este de 86 años era arrestado después de que su pareja denunciase que la había retenido contra su voluntad y agredido sexualmente en su casa de Murcia. La mujer contó que permaneció maniatada durante dos días, hasta que pudo escapar y pedir ayuda a la Guardia Civil. Tras pasar por el juzgado, fue a prisión preventiva.

Algunos individuos no esperan que vaya la Policía: van ellos a sus dependencias. El mes pasado, un hombre era detenido en Molina de Segura después de agredir a su pareja en la misma puerta del cuartel. Fue el propio agente encargado de controlar el acceso a las dependencias policiales el que se percató de lo que estaba pasando. Rápidamente, salió, arrestó al sospechoso y la víctima fue llevada a recibir atención sanitaria.

En la misma comisaría se vivía un episodio curioso en octubre: Un vecino de Alguazas se plantó en sus dependencias para pedir ser detenido por haber pegado a su esposa. Los agentes le preguntaron qué había sucedido y él mismo relató que había atacado a su pareja en el domicilio familiar, y les indicó la dirección. El maltratador confeso fue arrestado y los municipales se movilizaron a la casa, donde hallaron a la víctima y a su hija. Ambas recibieron asistencia sanitaria en el servicio de urgencias.

A finales de marzo, por otro lado, un joven de 36 años perdía la vida al arrojarse por una ventana de un quinto piso del casco urbano de Águilas cuando iba a ser detenido por violencia de género. La novia del chico había denunciado ser víctima de agresiones y él entonces se habría refugiado en la vivienda de un familiar. Dado que el sospechoso del delito estaba identificado, los agentes acudieron al domicilio en el que sabían que se encontraba, llamaron al timbre y se identificaron. El hombre se tiró por una ventana, al parecer del cuarto de baño en el que se había atrincherado para evitar ser arrestado.

Protesta por no cumplir con el pacto regional

Con motivo del 25N, Comisiones Obreras convocó ayer una protesta por la falta de transparencia en el Pacto Regional contra la Violencia de Género (2018-2022). «Desde CC OO se han formulado preguntas y alegaciones a representantes de diferentes consejerías sobre el grado de cumplimiento de las medidas: declaraciones imprecisas sin documentar y con mayor frecuencia aún, el silencio, han sido las respuestas de la Administración», aseguran, y recuerdan que de este pacto, del que aseguran que no se están cumpliendo las medidas, «dependen las condiciones de vida de las mujeres supervivientes de la violencia de género» .