Las visitas del Rey Felipe VI a Barcelona siguen últimamente un mismo patrón. El monarca se dedica a defender el sistema institucional español, y a alabar el espíritu emprendedor de los catalanes, y recibe agasajos del mundo empresarial. En cambio, los dirigentes políticos catalanes intentan mostrar que les separa del Rey un abismo esquivando los saludos protocolarios, pero después, con menos cámaras, comparten espacio tranquilamente con él.

Sucedió en la última reunión del Cercle d'Economia y en la inauguración del Mobile World Congress, ambas citas en junio de este año, y pasó de nuevo este lunes. Felipe VI cerró su jornada barcelonesa asistiendo al 250 aniversario de la patronal Foment del Treball. Ni el presidente de la Generalitat, Pere Aragonèsni la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, estuvieron en el besamanos del monarca, pero sí compartieron mesa antes de que el Rey defendiera en su discurso la importancia de la “estabilidad” para el desarrollo económico de un país.

Desde el entorno del 'president' explicaron que Aragonès y el Rey sí se vieron justo después de ese momento protocolario. Fue "solo un saludo, igual que en el Mobile", antes de sentarse a la mesa, y a él se unieron también Colau y la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, entre otros.

Felipe VI y Aragonès estaban sentados en los lugares más separados de la concurrida mesa presidencial

La mesa de Felipe VI estaba tan concurrida que se hizo difícil que mantuviera un diálogo medianamente productivo con Aragonès. Además, estaban sentados el uno frente al otro, en los sitios más alejados. Entre ellos se hallaban, entre otros, la ministra Sánchez; el presidente de Foment, Josep Sánchez Llibre; el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi; el presidente de La Caixa, Isidre Fainé; y Colau. Hasta 16 personas comparten mantel en esa mesa presidencial.

Discurso poco político

Felipe VI apenas hizo menciones políticas en su mensaje a los empresarios. Pero, desde el convulso octubre de 2017, cualquier alusión suya al marco de convivencia se examina con lupa en busca de segundas o terceras intenciones. En ese sentido, lo único que dijo este lunes es que “un contexto estable aporta el escenario adecuado para concebir y desarrollar iniciativas con la vista puesta en un espacio temporal suficiente que permita obtener y verificar resultados concretos”. Y que “esta estabilidad es posible gracias a una seguridad jurídica que ofrezca certeza a las inversiones y decisiones empresariales”.

Tampoco destacaron por su contenido político el resto de los discursos de la noche. Pero Aragonès sí repitió defensa de la mesa de diálogo con el Gobierno, subrayando la apuesta de la Generalitat por “la amnistía y el derecho de autodeterminación”, para que “lo que es posible en Escocia también lo sea aquí”, en referencia a un referéndum de independencia. También pidió a los empresarios que se comprometan en la defensa de la lengua catalana.

Colau, por su parte, elogió la figura de la vicepresidenta Yolanda Díaz, en clara fase promocional, por su defensa del diálogo para alcanzar acuerdos. Y la ministra de Transportes afirmó que “en Catalunya se respira un ambiente diferente al de hace tres años”, en referencia al enfriamiento del movimiento independentista.

De nuevo en la entrega de despachos a los jueces

El aniversario de Foment era el segundo acto que el Rey protagonizaba este lunes en Barcelona. Por la mañana, Felipe VI había ensalzado la independencia e imparcialidad de los jueces españoles como elementos "indispensables" para la "estabilidad social" y la "convivencia pacífica de la sociedad". El monarca presidió de nuevo en Barcelona la entrega de despachos a los nuevos jueces, 188 en total. No visitaba la capital catalana para asistir a este acto desde 2018, y a esa ceremonia no asistió ningún representante de la Generalitat.

El monarca no presidía la entrega de despachos a los nuevos jueces desde 2018

En un discurso marcadamente protocolario, el jefe del Estado enfatizó la importancia del Poder Judicial como parte "nuclear del Estado", insistiendo en que las "instituciones de toda sociedad son esenciales para hacer realidad la idea de Estado”. E incidió en que su misión, "trascendental en nuestra consolidada democracia, no resultaría posible sin la contribución individual de las personas que forman parte" del sistema judicial.