Lo que parecía una tregua por pura necesidad dentro del PP para afrontar las elecciones de Castilla y León va camino de convertirse en algo más. Como mínimo, duradero. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, asume que el congreso del PP de Madrid que ella aspira a liderar podría retrasarse ya “hasta finales de julio”. “Con la mala suerte que tengo nos vamos hasta ahí”, bromeó en una entrevista este miércoles en ‘Onda Cero’ que, sin embargo, refleja el momento de menor tensión vivido con Génova en meses.

En el origen de la guerra entre Sol y la dirección nacional estaba la fecha del congreso del PP regional por la intención de Ayuso de hacerse con las riendas del partido madrileño cuanto antes y, sobre todo, tras la clara victoria del 4 de mayo. Por eso, a la vuelta del verano la presidenta de la Comunidad decidió arrancar el nuevo curso confirmando su intención de liderar el PP de Madrid y acabar con la anomalía de una gestora que acumula varios años. En Génova sentaron mal “las prisas” de Ayuso, que además ponía como fecha límite el mes de marzo en nombre de los Estatutos del partido.

La crisis se recrudeció hasta el punto de que en el entorno de Sol no descartaban acciones legales. Incluso en el congreso del PP de Castilla La-Mancha, el pasado octubre, la presidenta (que fue recibida entre gritos de apoyo) retomó el discurso de la ilegalidad, insistiendo en su exigencia de celebrar el cónclave lo antes posible. Génova se negó en rotundo y dejó muy claro que no alteraría el calendario aprobado por la junta directiva nacional que establece la celebración de los congresos pluriprovinciales primero (a día de hoy solo falta Extremadura, porque Cataluña y el País Vasco son una excepción) y, después, llegarían los uniprovinciales.

Teniendo en cuenta que el de Madrid estaba previsto en último lugar, la fecha más probable apuntaba a junio. Con las semanas Ayuso empezó a modular su discurso, desechando la idea de marzo y asumiendo que se celebraría “en el primer semestre”. Siguió recalcando su “deseo” de hacerlo lo antes posible, reiterando que peleará por la presidencia autonómica. Todo ello sin que Casado ni García Egea la hayan querido confirmar como única candidata.

La cuestión es que este miércoles Ayuso ha ahondado en su renuncia a pelear por el calendario. No solo asumiendo que podría haber más aplazamientos “hasta finales de julio”, sino dejando claro que “no irá a ningún tribunal”, ni tomará acciones legales contra el partido, “ni le complicaré las cosas a nadie”, según respondió ella misma en ‘Onda Cero’. Lo que está por ver es si la celebración de elecciones autonómicas obliga efectivamente a más retrasos. En el mes de diciembre Génova insistía a El Periódico de España en que los comicios de Castilla y León (si los había) y Andalucía, no repercutirían en los congresos regionales. Y que el compromiso era intentar mantener esa hoja de ruta. 

A finales de ese mes Alfonso Fernández Mañueco confirmó el adelanto electoral en su comunidad para el 13 de febrero. Esto supone la suspensión de los siguientes congresos hasta que pasen los comicios. Si, como todo parece indicar, Andalucía finalmente va a elecciones en el mes de junio, otros cónclaves internos podrían verse afectados. Lo que la dirección nacional mantiene es que el congreso del PP de Madrid sí se producirá antes que el nacional (tocaría también en julio de este año).