El momento es "difícil, complejo, crítico" en las relaciones de la Unión Europea y de la OTAN con Rusia. El despliegue de más de 100.000 efectivos en la frontera con Ucrania supone, para el Gobierno, pero también para sus socios en la UE y en la Alianza, el "cuestionamiento de la integridad territorial del país", una cuestión grave que ha de ser respondida con la defensa y el "respeto a la legalidad internacional". Y si Moscú ataca, se enfrentará con "sanciones masivas", como advirtió este miércoles Pedro Sánchez.

Ese es el mensaje coordinado que salió el lunes de los ministros de Exteriores de los 27, que José Manuel Albares reiteró a los grupos en su comparecencia en el Congreso de este martes y que por primera vez verbalizó el presidente del Gobierno. Lo hizo durante su rueda de prensa conjunta en la Moncloa con la primera ministra de Finlandia, la socialdemócrata Sanna Marin, tras reunirse con ella.

El país nórdico es miembro de la Unión Europea, pero no de la OTAN, y pese a su pequeño tamaño (5,5 millones de habitantes), es estratégico por su vecindad con Rusia y la privilegiada información que tiene del Kremlin. Pese a ello, la dirigente finlandesa prefirió no "especular" sobre los posibles próximos movimientos de Moscú y coincidió con su anfitrión en que es básico que la Unión permanezca unida en su defensa de la soberanía de Ucrania.

Más aún, para Sánchez no hay divergencias entre EEUU y la UE, pese a que Washington alimenta la idea de un ataque inminente y Bruselas aleja ese riesgo. El presidente insistió en que hay una "absoluta, rotunda y clara unidad" tanto en el seno de la Unión como entre la Unión y los miembros de la OTAN en cuanto a la respuesta que se ha de dar a Moscú, y es que "el respeto al Derecho internacional y a la integridad territorial, el respeto a la soberanía nacional" se tiene que ver "garantizado". Un "compromiso" que él mismo trasladó en persona, recordó, al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, en la reunión con el Partenariado Oriental el pasado diciembre.

Sánchez deja la puerta abierta a comparecer en el Congreso cuando la crisis avance, pero insiste en que ahora es tiempo del diálogo, la diplomacia y la disuasión

El mandatario socialista puso en valor la "unidad" en el diálogo, en la necesidad de que actúe la diplomacia y de que se persiga la desescalada, posición que a su juicio comparten los grupos parlamentarios "en su práctica totalidad" y "el conjunto de la sociedad española". Pero también enfatizó, como ayer hiciera Albares en el Congreso, la "unidad en la disuasión". Es decir, trasladar el mensaje a Moscú de que no puede traspasar la raya y que si lo hace habrá de asumir las consecuencias.

Era su respuesta de manual a la pregunta directa sobre las diferencias con su socio de Unidas Podemos, sobre si hay o no una única "voz" en el Ejecutivo, como le rebate la oposición. Este mismo miércoles, la líder de los morados y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, aplaudió que se haya tomado el "rumbo de la diplomacia y del diálogo" más allá de los "aspavientos belicistas" de la semana pasada. Dardo directo a la titular de Defensa, Margarita Robles. Pero Sánchez evitó el choque con UP y se limitó a lanzar su advertencia a Moscú.

Imagen dañada

"Es importante trasladar que si ocurre lo que nadie quiere que ocurra, evidentemente que va a haber sanciones importantes hacia Rusia —avisó el presidente—. Va a tener unas consecuencias masivas, gravísimas para su economía en términos de sanción por parte de la UE". El paquete de medidas fue acordado el pasado lunes en el Consejo de Asuntos Exteriores de la UE, aunque no se ha dado a conocer públicamente porque, como justificó el jefe de la diplomacia española en el Congreso, no se pueden dar "pistas" a Moscú para que no haga "cálculos" de si le conviene dar un paso más porque el beneficio sea superior al coste. Marin convergió con Sánchez en que la UE debe transmitir un mensaje "claro e inequívoco" de que cualquier agresión militar de Rusia tendrá "enormes consecuencias y costes elevadísimos".

La primera ministra fue interrogada por una hipotética y futura entrada de su país en la OTAN. Ahora mismo es un Estado socio, pero no miembro. Marin recordó que Finlandia tiene esa posibilidad de solicitar el acceso al alcance, aunque no se está "debatiendo". Haría falta una mayoría parlamentaria y de la población que "no existe" ahora mismo, pero lo que Helsinki sí deja claro es que es "importante" que esa puerta se mantenga abierta y que en todo caso será Finlandia quien decida si entra o no en la Alianza, sin injerencia de Rusia. Igual que puede decidirlo Ucrania.

La 'premier' finlandesa recalca la importancia de la unidad de la UE y de que mande un mensaje "inequívoco" a Rusia de que habrá sanciones "masivas" si ataca

El presidente fue preguntado por la llamada que le hizo Pablo Casado este miércoles por la mañana. Fue el líder del PP, de hecho, el que descolgó el teléfono, no al contrario. Sánchez se escudó en que Albares hizo una ronda con los grupos el viernes pasado para expresarles la posición del Ejecutivo, y que este martes dio cuentas en el Congreso. Sí agradeció el "apoyo" del PP y resaltó la importancia que en esta crisis tiene trasladar ese mensaje de "unidad", aunque a renglón seguido precisó que también abordó en su charla con el jefe de los conservadores dos asuntos: la reforma laboral, para pedirle al menos la abstención de su grupo, y la gestión de los fondos europeos, para que el PP "cese y rectifique su posición", su cuestionamiento del reparto, porque la imagen de España queda "dañada" ante las instituciones europeas, y porque además la Comisión ha dado su respaldo al Gobierno.

Respecto a la petición de Casado de que comparezca en la Cámara baja, señaló que el Ejecutivo sí "rinde cuentas", como hizo ayer Albares, y dejó libre la opción de ir él mismo al hemiciclo: conforme avance la situación, que espera que sea "a mejor", está "abierto" a acudir al Congreso "cuando corresponda". Pero ahora es el tiempo del "diálogo, la diplomacia y la disuasión y, ante todo, la unidad", subrayó.

Ampliar mayorías

Sánchez evitó el choque con UP en otro punto: la reforma laboral. Queda una semana para la votación en el Congreso y los números no están claros. Yolanda Díaz intenta convencer a los socios habituales ofreciendo cambios en el mercado laboral que queden fuera del texto pactado con patronal y sindicatos, algo que no comparte el PSOE. Cuando se le preguntó a Sánchez si desautorizaba los movimientos de su vicepresidenta segunda, dio una larga cambiada. Se atuvo al guion ya adelantado ayer por su entorno: el Ejecutivo "no contempla otra posición que convalidar la reforma laboral" y desea que cuente con el mayor número posible de apoyos. De ahí el ruego al PP, dijo.

El presidente subraya que el Ejecutivo ha cumplido con su deber, que es de "reconstruir los consensos rotos" en el pasado con los agentes sociales, por lo que al Congreso le toca "convalidar" y punto

No hubo reprobación a Díaz, pero sí un subrayado de que el Gobierno ya ha acometido su tarea: ha cumplido con su deber, el de "reconstruir los consensos rotos" en el pasado, por el PP, con los agentes sociales en torno a pensiones y al mercado laboral. Así que ahora le toca al Legislativo convalidar el "importante acuerdo". Esto es, que lo apruebe sin más cambios.

El llamamiento a los populares es, también, un mensaje divergente al de los morados: ellos quieren sacar adelante la aprobación con los socios de investidura, y no con las derechas. El PSOE insiste en que es un pacto "de país" y que pueden apoyarlo todos los grupos: una pista de aterrizaje para aceptar los votos a favor de Ciudadanos, que pueden ser decisivos.

Diferencias con Marin en energía

Pedro Sánchez Sanna Marin pertenecen a la misma familia política y mostraron sintonía durante su comparecencia en la Moncloa ("España y Finlandia somos más parecidas de lo que podría concluirse"), pero, como ocurriera la semana pasada con el canciller alemán, Olaf Scholz, también hay diferencias. En este caso, se evidenciaron a cuenta de la política energética y de la voluntad de Bruselas de incluir a la nuclear y el gas en la taxonomía verde, opción que el Gobierno de coalición rechaza totalmente.


Marin tiene otra visión: recordó que la energía atómica es una "parte importante" del mix finlandés, y lo "seguirá siendo" en el futuro, porque se está ultimando la construcción de una nueva central. Con el gas, el país ha sido más "crítico". Entiende, no obstante, que puede acompañar a la transición ecológica. "Habrá que llegar a algún tipo de solución o entendimiento de cómo usar la nuclear y el gas", señaló.


Respecto a las reglas fiscales, objeto de debate en la Unión durante todo este año, la 'premier' dejó entrever que tiene una posición matizada en comparación con la de España, partidaria, con Francia e Italia, de relajarlas. Es un debate fundamental, convino, en el que no entró en detalle en su charla con Sánchez. Reconoció que hay "posturas diferentes" dentro de la UE y que es "pronto" para llegar a acuerdos, y que es crucial que se realicen las inversiones necesarias para garantizar una transición ecológica y digital y para que la UE sea "competitiva" en el futuro. La posición de Finlandia, adelantó, puede ser "crítica" en ciertos aspectos (lo es respecto al fondo social ofrecido por la Comisión), pero será "constructiva".


Para Sánchez, es clave que no se repitan los "errores" del pasado, los de la anterior crisis, y que no se creen "bloques" de países. Hay que conciliar la sostenibilidad fiscal y al mismo tiempo "priorizar" inversiones para alcanzar la neutralidad climática y la transformación digital. España quiere ser "constructiva" en un debate que cree "fundamental y necesario" en la UE.