El PP acelera para cerrar el futuro Gobierno de Castilla y León. El jueves se visualizará el primer gran acuerdo entre los partidos de esa comunidad cuando se constituyan las Cortes autonómicas. “Todo sigue en el aire”, afirman en el núcleo duro de Alfonso Fernández Mañueco, reconociendo que la prioridad pasa por “atar hasta donde sea posible” los mimbres de la investidura para ese mismo día. Si no lo consiguen, afirman, cerrarán el pacto relativo a las Cortes y seguirán negociando. Las conversaciones se circunscriben en este momento a Vox y Soria Ya!. Con ambas formaciones “hay avances notables” y el objetivo de los populares pasa por amarrar el apoyo de la plataforma soriana para trasladar una imagen de mayor transversalidad. Así lo publica El Periódico de España.

Sobre todo, ante la evidencia de que desprenderse de Vox es casi imposible. El partido de Santiago Abascal mantiene como línea roja formar parte del próximo gobierno autonómico. Incluso aunque el PP aceptara entregarle la presidencia de las Cortes castellanoleonesas, Vox exigirá estar al frente de varias consejerías

Tras las elecciones del 13 de febrero, la formación ultra obtuvo trece procuradores mientras que el PP, lejos de sus expectativas, sumó dos más de los que tenía hasta los 31. Con el respaldo de Vox los números salen, pero en el entorno de Mañueco reconocen “esfuerzos mayores” por conseguir el apoyo de algún otro grupo, los tres procuradores de la provincia de Soria, como vía de escape al primer pacto gobierno conjunto con Abascal.

El escenario es endiablado porque Soria Ya! se muestra contrario a un acuerdo que implique la entrada de la ultraderecha en el ejecutivo. Pero, al mismo tiempo, el PP está dispuesto a aceptar muchas de las peticiones de la plataforma. Mañueco es consciente de que la formación soriana, igual que Teruel Existe en el Congreso, no tiene ambiciones de gobierno, sino de trasladar utilidad e influencia para materializar mejoras en sus respectivas provincias. A eso se agarran en su negociación con Soria Ya!: la posibilidad de que puedan vender políticas concretas gracias a su apoyo.

No es un asunto menor dentro del PP porque hay dirigentes castellanoleoneses y diputados por esa comunidad que miran con recelo cualquier acercamiento a partidos localistas ante el temor de que, igual que ha ocurrido con el turolense Tomás Guitarte, sigan creciendo en detrimento de los partidos tradicionales. “Si les damos aire estamos perdidos en Soria”, reflexionan algunos cargos populares.

La cuestión es que Mañueco está decidido a premiar a Soria Ya! si garantiza el sí en su investidura. En el PP empiezan a asumir casi sin matices que Castilla y León podría ser el primer escenario de un pacto gubernamental con Vox. En esa comunidad lo asumieron antes que en Madrid con los resultados electorales en la mano. El núcleo duro de Mañueco reconocía la misma noche del 13-F que otro camino sería muy difícil a pesar de que el mandato de la anterior dirección y, muy especialmente, de Teodoro García Egea era evitar a toda costa compartir consejerías con Vox.

El PP se encuentra ahora en una transición que puede favorecer este acuerdo. Alberto Núñez Feijóo no será proclamado presidente del PP hasta el primer fin de semana de abril y, aunque insiste en que el PSOE “no está para dar lecciones a nadie” ni ponerle deberes a su formación, delega absolutamente la decisión en Mañueco. En la misma línea se mueven los principales dirigentes de esta dirección provisional. Cuca Gamarra, coordinadora general, considera que es el presidente de Castilla y León “el que mejor conoce” el territorio y el único avalado para decidir sobre el futuro gobierno. Esteban González Pons, presidente del Comité Organizador del Congreso popular, llamó “extrema derecha” a Vox la semana pasada y este lunes se limitó a afirmar que no se pronunciaría sobre las negociaciones.

Un paso atrás que en todo el partido percibieron y que algunas fuentes establecen dentro de “un toque de atención” que habría recibido, precisamente por las dificultades en las que ponía la negociación castellanoleonesa. Si en algo ha insistido en todas sus intervenciones públicas Feijóo estos días es en “el máximo respeto por los votantes de Vox”, convencido de que en su inmensa mayoría deben volver al PP. Por eso, reconocen en el PP, “el equilibrio de las palabras” se ha vuelto muy importante. 

Distintos dirigentes reconocen que “la crudeza” expresada por González Pons hace días tiene mucho que ver con su trayectoria europea y la percepción que de Vox y sus socios en toda la Unión tienen dentro del PPE. Pero, en España, asumen, “las cosas son distintas”. Y a esos matices debe adaptar el PP su discurso.

Las reuniones en Castilla y León continúan. El equipo negociador de Mañueco se volvió a ver con Soria Ya! este lunes y con Vox las conversaciones también son continuas. Según confirman en el PP, la negociación del partido ultra sigue estando dirigida por la cúpula nacional y supervisada, además de por Abascal, por otra pieza fundamental en el partido que es Kiko Méndez-Monasterio.

PP y Vox coinciden en “cerrar el acuerdo programático” antes de hablar de las consejerías. Y con ese objetivo mantienen la comunicación abierta. Mañueco quiso dejar claras sus líneas rojas desde el primer día, rechazando los “pasos atrás” en materia social y de igualdad que proponía Vox. La violencia de género y la memoria democrática son dos claros ejemplos. El partido de Abascal reconoce que son los populares los que tienen más peso en la ecuación y asumen que no podrán cumplir con todas sus exigencias, pero tampoco están dispuestos a ceder en los asuntos mollares. Al contrario. Como adelantó El Periódico de España, Vox acudió a la cita de Castilla y León convencido de que no podía repetir errores como el de Madrid poniéndole la alfombra roja a Isabel Díaz Ayuso.