Ángel Gabilondo quiere ir con mucho cuidado con el reciente encargo que ha recibido como defensor del pueblo de dirigir una comisión sobre los abusos sexuales a menores en el seno de la Iglesia Católica, una iniciativa que ya se ha llevado a cabo en muchos países europeos, con España siendo junto a Italia la excepción en este campo. Pero este viernes, en su primera comparecencia pública desde que la semana pasada el Congreso aprobase el organismo por una amplia mayoría, Gabilondo lanzó un mensaje claro y contundente a la Conferencia Episcopal Española (CEE): debe formar parte de la comisión. “Vamos a ir en serio”, insistió el exministro socialista. 

Los obispos no están obligados a formar parte como miembros del organismo, que aún no se ha constituido. El viernes pasado, su secretario y portavoz, Luis Argüello, anunció que en principio no se integrarían en la comisión, aunque dejó claro que colaborarían con ella. “Sobre formar parte, nuestra inclinación es negativa”, señaló Argüello, que criticó que la iniciativa solo se centrase en los abusos de la Iglesia y advirtió del presunto peligro de que esta “desborde lo que dice la ley”, ya que el defensor del pueblo “supervisa la actividad” de la Administración, no la de clero. 

Pero Gabilondo, desde el Congreso, donde entregó el informe del año pasado de la institución que dirige, no quiso dar esa puerta por cerrada. Antiguo fraile, algo que ha levantado resquemor en algunas víctimas, señaló que él conoce bien la forma que tiene la Iglesia de expresarse, y que en realidad no se ha descartado, sino que se encuentra a “la expectativa”. 

Aun así, dejó claro que los trabajos de la comisión sobre la pederastia serán mucho más completos si los obispos participan en ella como miembros. “Es mejor que estén para poder colaborar y aclarar. Si queremos afrontar este asunto de verdad para evitar que vuelva a suceder, debe estar presente en la comisión un representante de la Iglesia Católica”, dijo el defensor del pueblo, lanzando por el camino un reproche a otra iniciativa que los prelados han creado en paralelo: una “auditoría” sobre los abusos que llevará a cabo un importante despacho de abogados. “Supongo que el bufete de abogados trabaja para hacer valer las razones de la Iglesia. No lo han contratado las víctimas, ¿verdad?”, dijo el defensor del Pueblo. 

Sin plazos fijados

Gabilondo quiere colocar a los damnificados en el centro de todos los esfuerzos. “Ellos son lo que importa. Queremos abrir espacios para dar respuesta a sus necesidades y su voluntad de justicia y reparación”, explicó el defensor del pueblo. En este sentido, su intención es que las asociaciones de víctimas estén representadas en la comisión, así como psicólogos, sociólogos, fiscales, abogados del Estado, altos funcionarios, expertos en derecho canónico, criminólogos y la propia Iglesia. 

Pero el organismo todavía no se ha constituido y el llamado a dirigirlo evita ponerse plazos. Trabajará “sin dilación”, subrayó Gabilondo, pero también sin dar pasos apresurados. “Si es por resultados, igual podemos tener algo en 15 días –concluyó-. Pero este es un trabajo muy serio, que requiere llevarlo a cabo con mucho criterio, cuidado y respeto a la dignidad de las personas. Pido que se nos deje trabajar sin presión de que hay que llegar al día tal, como si fuesen unos deberes que nos han puesto”. Sin embargo, los grupos parlamentarios que aprobaron en el Congreso la creación de la comisión, prevén que el informe sobre los abusos esté listo a finales de este año.