Historiador y rector de la Universidad Progresista de Cataluña, presenta el viernes 25 de marzo en el Ateneo Stanbrook Carta a un republicano español, un ensayo sobre la llegada al ‘procés’ y la situación del republicanismo en España. 

¿Cómo nace ‘Carta a un republicano español’?

Tiene un inicio en Aragón, en julio de 2018, con un debate con 70 jóvenes de izquierdas laicos. Nos costaba explicar todo lo que había sucedido en Cataluña en los últimos años. El libro es el intento de contar todo ello, en un viaje que va hacia atrás y hacia adelante, e intenta mostrar cómo estamos ahora.

¿Es complicado proponerle a la gente un ensayo en un momento en que la política se hace a un ritmo tan acelerado?

Todo esto reduce la capacidad intelectual y reflexiva de la sociedad. Los problemas son mucho más complejos y necesitan de análisis más sesudos y tranquilos. Sin un análisis complejo es muy complicado encontrar soluciones. Si no te vas al pasado, para encontrar todo lo que gente mejor que nosotros hizo, es muy difícil saber qué está sucediendo hoy.

La causa de todo no puede ser el ‘procés’ y lo que sucedió en 2017…

Desde entonces, toda la izquierda española está en estado de shock. La pregunta es pensar en qué estudiaría un historiador dentro de 30 años, cómo intentaría conocer la situación que vivimos ahora. Miraría la sentencia contra el estatuto catalán de 2010, se daría cuenta de que todos los jueces son de extrema derecha, que es una sentencia contra el Congreso y el Senado… De todo eso vinimos: de unos señores que nadie ha elegido para esa tarea que decidieron que en España no se podía avanzar hacia un tenue federalismo.

¿Somos conscientes del efecto que esos bloqueos suponen para la sociedad?

La gente no cae en la idea. Pero no ha sido solo con el independentismo catalán, también ha pasado con Podemos y con sus dirigentes. No se han visto muchas manifestaciones ni se han exigido cambios en esta situación. Por eso, yo reivindico un proyecto republicano para cambiar las cosas. Es una situación generacional, que ya se empieza a notar: los menores de 60 años son, en su mayoría, republicanos. No es solo en Cataluña, que ha tirado hacia el independentismo, es en toda España. Por todo esto, por los cambios y la tendencia de la que nadie quiere hablar, se puede entender la actitud de Felipe VI el 3 de octubre de 2017.

¿A qué se refiere?

Salió a criticar a gente que le está pagando el sueldo. La monarquía es responsable directa del estado actual de las cosas. La inviolabilidad del rey sirve para tapar la corrupción en el Ibex y otros muchos problemas. Felipe tuvo formación en la OJE, la organización falangista, con camisa azul y cantando canciones a José Antonio. En un país normal, Felipe VI habría dimitido veinte veces.

Pese a todo lo que cuenta, se siente positivo respecto al republicanismo en España.

Mi optimismo, inmersos en un conflicto como el de Ucrania, es moderado. Pero creo que cada vez hay más jóvenes ateos, republicanos y con una formación mayor. Creo que estas generaciones van a seguir explorando los límites. En cuanto llegue la dirección política fuerte, las cosas cambiarán. En el horizonte hay nubarrones, porque aparecen partidos y sectores revolucionarios, pero creo que si se logra una organización social fuerte, se conseguirá ese objetivo republicano.