Planteamientos equívocos de la violencia intrafamiliar, solicitud de eliminación del Ministerio de Igualdad, pacto con la extrema derecha en Castilla y León, críticas al plan de Igualdad del Gobierno... Los prolegómenos de la llegada de Alberto Núñez Feijóo a la presidencia del Partido Popular han estado plagados de polémicas que llevan a preguntarse qué se puede esperar en materia de igualdad y violencia contra las mujeres de un líder con la etiqueta de moderado.

"No va a cambiar el criterio del partido. Tenemos claro dónde hemos estado siempre en materia de violencia machista y de ahí no nos vamos a mover. Feijóo va a marcar muy clara la línea que quiere a través de los discursos que pronuncie en el congreso extraordinario de Sevilla y también de la composición de los órganos del partido. Yo estoy tranquila, no me preocupa. Se está criticando antes de ver qué cambios va a haber, hay que darle un margen de confianza", indican fuentes populares a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, diario perteneciente al grupo editorial Prensa Ibérica, al igual que este medio.

Otra de las fuentes del PP consultada por este medio prevé una posición "más firme, determinada y más valiente" en materia de igualdad con la nueva etapa que se abrirá la semana que viene, cuando Núñez Feijóo sea elegido presidente del partido que la que tuvo el equipo de Pablo Casado: "Tengo la sensación de que en los últimos años hemos retrocedido, con una posición de perfil bajo, y volveremos a ser más firmes y propositivos, con decisión, en lugar de ser reactivos a las acciones de otros".

El líder gallego aterrizará en Madrid con el aura de gestor moderado, una proyección que trata de fomentar presumiendo de su trabajo al frente de la Xunta de Galicia. Medidas como el plan para la educación gratuita de 0 a 3 años o el grado de implementación del Pacto de Estado contra la Violencia de Género son reconocidas en privado incluso por los socialistas.

Aterrizaje accidentado

Sin embargo, Galicia no es España. Y gobernar cómodamente con mayoría absoluta y sin un partido de extrema derecha susurrando al oído no es lo mismo que ser el líder de la oposición sin silla en el Congreso de los Diputados y con la ultraderecha al alza en las urnas.

Nada más comenzar Feijóo su andadura como líder in pectore del PP, Alfonso Fernández Mañueco anunciaba su acuerdo de Gobierno con Vox en Castilla y León: por primera vez, la extrema derecha va a entrar en un gobierno autonómico en democracia y lo hace con el compromiso de una ley de violencia intrafamiliar debajo del brazo. Los de Santiago Abascal niegan de forma sistemática que exista una violencia estructural contra las mujeres y que la violencia de género requiera un abordaje específico, por eso hablan de violencia intrafamiliar.

"Lo de Vox nos produce urticaria a muchos", reconoce una persona del partido a este diario.

Tras hacerse público el acuerdo, Mañueco obvió emplear el término de violencia machista o de género, aunque al día siguiente se vio forzado a aclarar que Castilla y León no derogará su ley específica contra el maltrato machista.

Violencia intrafamiliar

Esta situación hizo saltar las alarmas tanto de otros partidos políticos como del movimiento feminista, que ya ha avisado de que se mantendrá vigilante ante cualquier retroceso en los derechos de las mujeres en el territorio castellanoleonés.

 "No hemos tenido mucha fortuna explicándolo", reconoce un cargo del PP, que asegura que la coalición no tocará la política contra la violencia machista.

Tras la polémica del pacto en esa comunidad autónoma, el consejero andaluz de Salud, Jesús Aguirre, aviva el fuego con unas declaraciones en las que asegura que el concepto de violencia familiar puede ser preferible al de violencia de género.

"La violencia de género es la del hombre contra la mujer, mientras que la violencia intrafamiliar incluye también la que se dirige contra niños o personas mayores. Puede ser más representativa de lo que sucede en nuestra sociedad y, en ese sentido, no veo problema en ampliar el concepto", señaló. Un día después, tras las críticas, se vio obligado a precisar que su compromiso frente a la violencia de género es "rotundo" porque es "una lacra" contra la que hay que luchar "entre todos".

Una de las fuentes del PP consultadas por este diario sostiene que el PP es un partido muy grande, por lo que internamente se debería tener la precaución de que todo el mundo sepa dónde están: "Es precisa pedagogía interna porque no todo el mundo tiene los preceptos claros", apunta.

Poco después del pronunciamiento de Aguirre, el propio Feijóo entró en escena hablando de violencia intrafamiliar, negando que la violencia vicaria fuera violencia machista. "Si un padre mata a un hijo o una hija no es violencia machista, es intrafamiliar", dijo.

Las críticas no tardaron en llegar y el líder gallego rectificó a las pocas horas para recordar que en Galicia los crímenes vicarios de niños y niñas ya se consideran legalmente violencia machista y para aclarar que el PP no dará "ni un paso atrás" en esta lucha.

Las fuentes del Partido Popular que han hablado con este diario atribuyen el comentario a la intensa agenda de actos electorales que está llevando y lo califican de "metedura de pata desafortunada", y niegan que sus palabras respondan a un cambio hacia posturas negacionistas. "No pensó lo que estaba diciendo y se molestó en rectificar y explicar", inciden.

"En Galicia se ha avanzado muchísimo en la lucha contra la violencia de género y en igualdad en los últimos años. En apoyo a la maternidad, en educación gratuita, en la incorporación de asignaturas de igualdad de género en los institutos, en la consideración de la violencia de género como violencia machista... Se ha demostrado que hay un montón de avances", señala un cargo del PP.

Fuentes socialistas destacan que el PP es un espacio ideológico muy amplio, con posturas diversas sobre la igualdad, si bien les tranquiliza que quienes están llamados a tomar las riendas en esta nueva etapa tienen posiciones más progresistas que el anterior equipo popular.

"Feijóo tiene a personas alrededor que dudo mucho que vayan a retroceder en la agenda de la igualdad, que vayan a fotografiarse en el retroceso de los derechos de las mujeres. Personas como Fátima Báñez, Esteban González Pons o Ana Pastor. Una cosa es Castilla y León y otra el PP a nivel nacional", subrayan esas fuentes.

Contra el Ministerio de Igualdad

Mientras llega el momento de la designación del nuevo presidente, en el PP siguen manteniendo posturas polémicas sobre la igualdad. Esta semana, el martes en concreto, los populares convencían a la mayoría del Congreso de que apoyen la ampliación de los permisos por nacimiento y adopción de las familias monomarentales pocas horas después de que su portavoz parlamentaria, Cuca Gamarra, solicitase eliminar el Ministerio de Igualdad.

La dirigente acusó de ineficiencia al departamento de Irene Montero, del que dijo que "cuesta mucho dinero" y que "no tiene ningún contenido". Después, aclaró que la desaparición de Igualdad no tendría por qué significar la desaparición de políticas igualitarias, sino su asunción por parte de otro ministerio.

Las declaraciones de Gamarra venían a incidir en las críticas de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, al plan de igualdad del Gobierno, dotado con 20.000 millones para sufragar cuestiones como los permisos por nacimiento o la educación de 0 a 3 años.

Díaz Ayuso, que va por libre, aprovechó la Conferencia de Presidentes de La Palma para atacar esa inversión y exigir que se destinara a ayudar a las familias paliar la subida del precio de la energía: "Estamos a lo urgente, al aquí y al ahora, y no a agendas políticas e ideológicas".

Acto seguido, Feijóo se sumaba al cuestionamiento dejando caer que el objetivo de este presupuesto para políticas igualitarias era mantener la coalición del Ejecutivo: "En un momento en el que no podemos pagar el precio de la luz, cierran las fábricas, los barcos no pueden salir a pescar y el sector agrario no puede pagar la factura del combustible, plantear 20.000 millones para políticas distintas a la prioridad número uno, que es llegar a fin de mes, no nos parece acertado".

Contrasta esta postura con algunas afirmaciones que el líder gallego con motivo del 8M, como que "en la defensa de la igualdad de los derechos de las mujeres y los hombres no caben matices o eufemismos", ni minimizar o querer trivializar el problema.

En ese discurso del Día de la Mujer, clamaba por que la defensa de la igualdad "es un principio" que debe unir a toda la sociedad, pues no es "propio de unos partidos o de una ideología". Y pedía entonces "trabajar unidos" para concretar acciones y propuestas lejanas a "polémicas" y confrontaciones, aunque con denuncias y posicionamientos claros: "Cuanto más consenso en este asunto, más rápido avanzaremos", dijo el 8M.

Cal y arena en el posicionamiento de Feijóo sobre igualdad en las semanas previas a ser nombrado presidente popular A partir del domingo 3 de abril, se acabará el juego del candidato y se vislumbrarán las decisiones del nuevo PP. "Las mujeres del PP haremos valer nuestras opiniones en el seno del partido", afirma una parlamentaria. Hechos son amores y no buenas razones.