El acusado de proponer matar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en diversos mensajes escritos en 2018 ha pedido perdón este miércoles en el juicio en el que está acusado y ha reiterado que era "una fantasía" en la que se sentía "salvador de la patria" y que imaginaba que era "un héroe".

"Perro ladrador, poco mordedor. Si lo hablé y lo dije tanto es señal de que no lo podía hacer", ha manifestado a su vez Manuel Murillo, de 66 años, en la última jornada del juicio que ha acogido la Audiencia Nacional, en el que se enfrenta a una petición del fiscal de 13 años de prisión por un delito de homicidio en grado de proposición y de otro de depósito de armas y municiones de guerra.

Después de que el fiscal haya asegurado en su informe que su proposición iba "en serio", Murillo, detenido en 2018 en Terrassa (Barcelona) con un arsenal de armas y a quien se vinculó con entornos de extrema derecha, ha ejercido su derecho de última palabra para pedir disculpas por los mensajes que emitió entre julio y septiembre de 2018, en los que expresaba su deseo de tener a Sánchez "en el punto de mira".

Aquella era una época, ha explicado, en la que se sentía solo y tomaba tranquilizantes y alcohol, que le producían "ensoñaciones", de modo que escribir esos mensajes de WhatsApp en el grupo 'Terrasa por España' fue "una válvula de escape".

"Cuando acababa de comer y estaba eufórico me retumbaba un poquito y hablaba con alguien y sacaba de dentro como una película", ha dicho, y ha reiterado, como hizo durante su declaración, que imaginaba que era "un héroe", un "salvador de la patria", pero que después no se acordaba de nada.

Es más, ha dicho que cuando fue detenido no recordaba las cosas tan "disparatadas" que había escrito y, cuando la Policía le enseñó los mensajes, vio que acabó haciendo referencias a consignas franquistas porque su padre fue el último alcalde franquista de Rubí (Barcelona), y ha imaginado que sentía que revivía su infancia.

"No quería que volviera a haber una guerra civil", ha apuntado antes de reiterar que su conciencia "de tener corazón" jamás le dejaría matar a nadie y que no es "ningún francotirador", como decía en alguno de sus mensajes.

Antes de sus palabras, el fiscal ha insistido en la "gravedad" de su actuación, dado que tuvo esa "voluntad" y "conciencia" de proponer el asesinato del presidente del Gobierno, de tal forma que si se hubiese dado la situación se habría producido.

"No es un pobre hombre", ha argumentado la Fiscalía, que ha recordado que el acusado hizo referencia al asesinato del presidente del Gobierno John F. Kennedy y que "no hace falta ser un militar fornido y experto en armas" para cometerlo, sino que basta con tener un arma de precisión y voluntad, y ambas cosas, ha dicho, las tenía.

Su actuación, ha insistido, "entraña una gravedad que desgraciadamente" en la historia de España se ha producido en varias ocasiones con asesinatos de otros presidentes del Gobierno en los últimos 150 años.

Una tesis con la que ha discrepado profundamente su defensa, quien, además de cuestionar la forma de obtener las pruebas, ha negado que existiese un plan elaborado o una "propuesta seria y eficaz", sino "una fantasía compartida con otras personas" para aparentar ser alguien diferente.

Todos aquellos mensajes, en su opinión, fueron "disparates y tonterías" de una persona con trastorno del sueño y con un carácter "verborreico", que "coge carrerilla y no acaba de hablar".