Desde el comienzo de la legislatura, Unidas Podemos ha centrado sus esfuerzos en convencer al PSOE para llevar acabo una reforma fiscal progresiva. En las últimas semanas, ante la crisis económica, los morados han reforzado sus peticiones para gravar a las grandes fortunas. El PSOE no se ha cansado de decir que no era el momento. Ante el rechazo continuo de sus socios, Unidas Podemos ha decidido registrado una proposición de ley para crear un nuevo impuesto para fortunas que superen los 10 millones de euros, explican fuentes del espacio morado.

En pleno debate fiscal sobre cómo hacer frente a las consecuencias de la guerra de Ucrania, los morados plantean el Impuesto sobre la titularidad, tenencia, disponibilidad, disfrute o uso de bienes o derechos por personas con Grandes Fortunas. Fuentes del partido explican que se trata de un tributo de carácter estatal que no podría ser bonificado por las comunidades autónomas y que funcionaría como un "complemento" del actual Impuesto sobre el Patrimonio. En concreto, gravaría a las fortunas superiores a los 10 millones de euros.

"Estas grandes riquezas deben contribuir en mayor medida a la recuperación económica, al sostenimiento del estado del bienestar y a atajar las consecuencias económicas de la invasión de Ucrania", explican fuentes moradas. El objetivo, sostiene las mismas voces, es "complementar los defectos del Impuesto sobre el Patrimonio que, actualmente, no funciona bien en clave recaudatoria" para fortunas superiores a esta cantidad.

Las diferencias

El Impuesto sobre el Patrimonio establece una gravamen del 3,5% para las bases liquidables superiores a los 10.700.000 euros. En este sentido, los morados denuncian que se deberían introducir más tramos para seguir incrementando de manera progresiva. En su proposición de ley, que básicamente regula un impuesto bastante similar al de Patrimonio, se establecen nuevos escalones, que van desde el 3,6% para los que superen los 10 millones y un 0,2% más cada 20 millones hasta alcanzar el 5% para las fortunas que que sobrepasen los 150 millones.

Actualmente, el Impuesto sobre el Patrimonio supone un tributo estatal, pero cuya gestión está cedida a las comunidades, lo que permite que algunas autonomías bonifique una parte o la totalidad del mismo. La intención de los morados es eliminar esta posibilidad, dado que sería el Estado central de quien dependería este nuevo tributo. De esta forma, se establecería un mínimo para las grandes fortunas en todo el territorio.

Los roces internos

A principios de marzo, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ya descartó una subida fiscal "de inmediato" debido al contexto internacional marcado por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. Aquel 'no' llegó en la presentación del informe redactado por el comité de expertos que contiene el plan para reformar la fiscal. En un principio, los socialistas se habían excusado en este hito para posponer el debate sobre los impuestos.