En medio de la efervescencia de las continuas y trascendentales discusiones que se están produciendo en la Unión Europea, desde la respuesta a los efectos económicos de la pandemia hasta los cambios en el sistema de precios de la energía, dos países con visiones antagónicas como España y Países Bajos, que se han enfrentado, han chocado frontalmente una y otra vez, han sido capaces también de impulsar de manera conjunta debates capitales para que la conversación en Bruselas gire sobre sus propias propuestas.

Lo hicieron en marzo del año pasado con un documento (un 'non paper', en terminología comunitaria) sobre la autonomía estratégica de la UE, un concepto estrenado hace años para la industria de la defensa que, tras el impacto del Covid, se ha exportado a todos los ámbitos y ha definido el propio papel que Europa debe jugar en este nuevo mundo multipolar. Y lo han vuelto a hacer con otro texto conjunto para ¿pero , pactado por la vicepresidenta primera y ministra de economía, Nadia Calviño, y su homóloga holandesa, Sigrid Kaag.

Pero, ¿qué explica esta colaboración, con la dosis justa de insolencia ante la histórica hegemonía del eje franco-alemán? Fuentes de Moncloa apuntan a una conjunción de factores que van desde la "buena sintonía personal" entre el presidente del Gobierno y el primer ministro holandés, Mark Rutte, al propio interés de Pedro Sánchez por salir de la dinámica "norte-sur". Es una idea, explican, que ha defendido desde el principio de su mandato y que la alianza con Países Bajos ejemplifica con claridad.

"Geometría variable"

Ha sido siempre partidario de una "geometría variable" en la UE, de buscar pactos con quienes pueden coincidir con sus planteamientos. En el Consejo Europeo, donde los asuntos más sensible se deciden por unanimidad, "todos los votos valen lo mismo". Con este propósito, la búsqueda de nuevos aliados más allá de Italia, Portugal, Grecia, Chipre y Malta, realizó la gira del año pasado por repúblicas bálticas.

Sánchez, sostienen fuentes gubernamentales, es un dirigente "reconocido" en Europa por la vehemencia en la defensa de sus posiciones, algo que también le sucede a Rutte. Y Países Bajos, socio fundador de la UE, es junto a Alemania, Francia, Italia y España, uno de las naciones con mayor peso en Europa. Hay diferencias, forma parte del grupo de los llamados frugales, defensores de la ortodoxia económica y la austeridad, pero también afinidades.

El "impacto" del primer documento

El primer 'non paper', aseguran en Moncloa, "tuvo mucho impacto" y desde entonces ha permanecido la voluntad de "seguir intentando trabajar juntos", de "acabar con la dinámica de bloques". El resultado es el segundo documento común, sobre un asunto tan peliagudo como la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, en la línea de relajar los requisitos con sendas de reducción de la deuda, adaptadas a la situación de cada socio. La propia Calviño destacó desde Luxemburgo la importancia de que impulsen el debate "dos países que tradicionalmente han tenido posiciones diferentes en el ámbito de las reglas fiscales".

Tras la marcha de Reino Unido de la UE, tanto en Madrid como en La Haya han visto la oportunidad de reforzar su papel en Bruselas hasta el punto de que cuando "España y Países Bajos se ponen de acuerdo en algo es muy fácil que luego haya acuerdo en el seno de la UE". Y esto ha sucedido pese a la dureza de la postura holandesa en el debate sobre los fondos europeos de recuperación, con la petición de controles sobre los Planes Nacionales de Reformas para el desembolso del dinero, o al escepticismo sobre las pretensiones españolas de un cambio en el sistema de fijación de precios de la luz, que se discutió en el último Consejo Europeo, y donde Sánchez y el portugués Antonio Costa lograron una excepción por la condición de sus países de "isla energética".

Nuevo eje hispano-holandés

En Moncloa insisten en que la "buena relación" entre Sánchez y Rutte ha facilitado la consolidación de este nuevo eje hispano-holandés. Y lo cierto es que se visualizó recientemente en Madrid, donde el presidente del Gobierno actuó como presentador de Rutte, en su intervención ante la Fundación Carlos de Amberes. En todo momento Sánchez se refirió al primer ministro de Países Bajos como "mi amigo Mark Rutte", "mi querido amigo", llegó a decir.

E incluso formuló en voz alta el trasfondo de esta nueva sociedad común con Países Bajos: "Debido a nuestro propio peso y a nuestras convicciones europeas, sí España y Países Bajos pueden llegar a un acuerdo sobre ciertas cuestiones, la Unión Europea, en su totalidad estará más cerca de alcanzar un pacto sobre dicho tema". Un nuevo eje que discurre en paralelo al eje franco-alemán.