Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal ya tienen un hilo directo de comunicación. La primera toma de contacto se produjo hace unos días, cuando el dirigente gallego fue elegido presidente nacional del PP, según confirman fuentes de Génova. Se intercambiaron varios mensajes en "buen tono" y con "cordialidad". En la cúpula de Vox valoran esa comunicación, precisamente en el día en que Alfonso Fernández Mañueco toma posesión como presidente de la Junta tras cerrar el primer pacto de Gobierno con Vox.

Precisamente este martes Alfonso Fernández Mañueco tomó posesión como presidente de la Junta tras cerrar el primer pacto de Gobierno con Vox. Abascal acudió a las Cortes castellanoleonesas por segunda vez, porque ya estuvo en el pleno de investidura la semana pasada arropando al vicepresidente, Juan García-Gallardo, y los otros tres consejeros propuestos por su partido. En esta ocasión, el líder de Vox llegó por sorpresa y aprovechó para saludar, de forma muy breve, a la secretaria general de los populares, Cuca Gamarra.

La primera conversación de los dos líderes, a través de varios mensajes telefónicos, se produce también después de la primera coalición de gobierno entre ambas formaciones. Un pacto que en Vox consideran que se replicará tras futuras citas electorales, convencidos de que el PP no tendrá número suficientes para gobernar en solitario.

Los populares, en cambio, persiguen el modelo de la mayoría absoluta de Feijóo (una anomalía en la política española) o, como mínimo, el de Isabel Díaz Ayuso tras el 4-M del pasado año: sumar más que la izquierda para forzar una abstención de Vox sin tener que meterlos en el gobierno. Eso es precisamente lo que busca Juanma Moreno Bonilla en Andalucía, a las puertas de que decida la convocatoria electoral que en el partido ven para el mes de junio.

Como publicó este diario, en Vox no vieron con malos ojos la llegada de Feijóo al PP. Fuentes cercanas a Abascal reconocen que la relación con Pablo Casado era "casi inexistente" tras la moción de censura de Vox en la que el entonces líder del PP pronunció su discurso más duro contra los ultras. A partir de ese momento la comunicación de líderes se cortó y no volvió a retomarse.