Margarita Robles está en el punto de mira. ERC pide directamente su dimisión por "justificar" la vigilancia al independentismo en 2017 y 2019. Y Unidas Podemos, enfrentada casi desde el arranque de la coalición con ella, la señala. Pero Pedro Sánchez no se plantea su cese. En el entorno del presidente defienden que no hay razones para sacrificarla, para ceder esa pieza maestra a los republicanos con el fin de calmar su inquietud y reconstruir la relación con el Govern. Robles, por tanto, seguirá al frente del Ministerio de Defensa, que lleva liderando desde junio de 2018.

No hay debate ahora mismo sobre su continuidad en el Ejecutivo. "¿Pero por qué va a salir del Gobierno? ¿Ha hecho algo mal, algo irregular?", se preguntan fuentes muy cercanas a Sánchez. En la Moncloa, como aseguran en el círculo más cercano al jefe del Ejecutivo, no se atisba nada que haga pensar en un relevo, en la opción de que pueda cesarla por la presión del independentismo. El presidente no la removerá por mucha "ansiedad" que trasladen el Govern y ERC y por mucho que pidan su cabeza, advierten. Tampoco está sobre la mesa la salida de la directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Paz Esteban. La inteligencia española depende orgánicamente de Defensa.

En la cúpula del PSOE también responden de la misma manera a la pregunta de si Robles podría caer: "No". Al menos por ahora no se proyectan dudas, si bien Sánchez siempre ha guardado con celo sus movimientos dentro del Gobierno, y de hecho sorprendió el pasado julio cuando destituyó a tres primeros espadas de su núcleo duro: su vicepresidenta primera, Carmen Calvo, y sobre todo su director de Gabinete, Iván Redondo, y el titular de Transportes y número tres del PSOE, José Luis Ábalos. Pero en aquel momento sí se aguardaba una remodelación ministerial, que finalmente se produjo. Ahora ese runrún, directamente, no existe.

Robles, no militante del PSOE y de lealtad probada al líder, ha destacado por no morderse la lengua, por ser látigo de Podemos y del soberanismo

No obstante, Robles (León, 1956), una mujer de carácter y al servicio del Estado, como le gusta decir, siempre ha querido marcar un estilo propio, que no siempre coincide con las palabras de Sánchez o con las de sus ministros más cercanos. Ella no está afiliada al PSOE y aunque su lealtad al presidente está probada y mantiene interlocución directa con él, ha destacado en estos años por no morderse en muchas ocasiones la lengua. Por ser látigo de Unidas Podemos —épicos y repetidos son sus cruces de reproches con la ministra Ione Belarra y también con el exvicepresidente Pablo Iglesias— o del independentismo. Pero precisamente por eso permitía al presidente y al partido cubrir otra parte del electorado, más moderado, mientras mantenía apaciguados los Ejércitos, en cuya defensa la ministra se ha afanado todo este tiempo.

"¿Qué tiene que hacer un Estado?"

Para ERC y para los morados, Robles buscó dinamitar el bloque de la investidura con sus palabras de este miércoles en la sesión de control en el Congreso. "¿Qué tiene que hacer un Estado, un Gobierno, cuando alguien vulnera la Constitución, declara la independencia, corta las vías públicas, realiza desórdenes públicos, tiene relaciones con dirigentes políticos de un país que está invadiendo Ucrania?", se preguntó la ministra en el pleno. Cuando se constituya la comisión de secretos, avisó, puede que "salga todo", se verá la documentación, "y a lo mejor muchos de los que ahora dan lecciones tendrán que callarse cuando vean las actuaciones que han tenido".

"A Marga la veo bien y fuerte. No fue su intención crispar. Ella se mantuvo en lo importante, que todo se hizo conforme a la ley", explica una compañera de Gabinete

La titular de Defensa, según leyeron republicanos y morados, estaba "justificando" el espionaje a los dirigentes y activistas independentistas. Pero tanto ella como Sánchez apuntaban a que los seguimientos en dos fechas claves, 2017 —en el otoño del 'procés', con el PP en la Moncloa— y 2019 —con Sánchez ya en el poder, y con las calles de Catalunya incendiadas por la sentencia del Supremo—, eran lógicos y razonables, pero que en todo momento se ajustaron a la ley. Es decir, que se hicieron con aval judicial. Este jueves, 'El Confidencial' publicaba que el Gobierno autorizó al CNI a espiar con el programa israelí Pegasus a 18 líderes de Tsunami Democràtic. Entre los vigilados se encontraba Elies Campo Cid, el ingeniero que ha liderado la investigación sobre el 'Catalangate'. Él era una pieza clave por su papel en el diseño de la estructura tecnológica del movimiento, como informa el diario. En todo momento el CNI actuó con la autorización preceptiva y previa del Tribunal Supremo.

"Yo a ella la veo bien y fuerte. No fue intención de Marga crispar, de verdad que no. Lo que pasa es que a la cuarta pregunta sobre lo mismo [la ministra respondió ayer a Junts, Ciudadanos, PNV y CUP], uno por pudor emplea otras expresiones, y se interpretó lo que no era. Ella se mantuvo en lo importante, que todo se hizo conforme a la ley", justifica una compañera de Gabinete que este miércoles era testigo directo de la secuencia en la sesión de control y que considera que en ningún caso Sánchez se plantea su salida. Eso sí, conviene en que en una situación de tensión máxima con ERC, hay que "tener muchísimo cuidado con cada palabra que se dice".

En la Moncloa señalan que la línea discursiva oficial es la que marca el presidente y la que también ha verbalizado estos días el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, hombre de su máxima confianza. Tanto cuando viajó a Barcelona, el pasado domingo, como en el pleno del Congreso de ayer miércoles y hoy. Era su forma de decir que Robles tiene su estilo propio y que no siempre casa con la prudencia del núcleo duro de Sánchez. "Pero en los gobiernos tiene que haber todo tipo de perfiles", apostilla una ministra. Es decir, que al líder socialista también le conviene tenerla a su lado.

En cualquier caso, en el Gobierno se confía en que la semana que viene, cuando se reúna la comisión de secretos oficiales, la tensión con el Govern se relajará. Porque allí se relatará qué ocurrió, cómo, cuándo y a quién y que siempre se actuó "conforme a la ley". Pero está por ver que esas explicaciones satisfagan al independentismo.