Los recientes acontecimientos relacionados con el espionaje de Pegasus y las dificultades del Gobierno para enderezar la relación, al menos por ahora, con sus socios parlamentarios ha hecho al PP pisar el acelerador y presionar con la idea de un final de ciclo. “La legislatura durará lo que quiera Pedro Sánchez”, reconocen dirigentes de la cúpula del PP, sin esconder que la impresión que perciben desde hace días es la de que al Ejecutivo “se le está yendo de las manos” la gestión del caso.

Al calor de las últimas encuestas publicadas —que muestran una tendencia favorable para el PP, en cabeza y superando ya al PSOE— se suma la brecha creciente entre los dos partidos del gobierno, con Unidas Podemos insistiendo en que deben tomarse “responsabilidades políticas” e incluso Pablo Echenique acusando a la ministra de Defensa, Margarita Robles, de hacer peligrar la continuidad de la legislatura. “Sabe lo que tiene que hacer por dignidad”, espetó el portavoz morado en la comisión de Defensa este miércoles.

El propio Feijóo empieza a verbalizar que lo lógico en la coyuntura actual sería un adelanto electoral. “Cuando se produce un cierto caos tanto dentro del gobierno como en sus alianzas parlamentarias lo lógico en un país europeo sería pensar si podemos seguir así”. Las reflexiones del líder del PP van más allá y distintos cargos del partido y diputados acreditan que será la línea del partido en los próximos días. 

“Hay presidentes del Gobierno que han convocado elecciones cuando no podían aprobar el Presupuesto. Y hay presidentes que han convocado elecciones cuando le fallaban sus aliados y socios parlamentarios. En este caso, sus aliados no solamente fallan, sino que quieren investigar al Gobierno”, dijo Feijóo abriendo la puerta a un final abrupto de la legislatura.

A pesar de que los tira y afloja entre los dos socios gubernamentales han sido constantes, especialmente en los últimos meses, el primer partido de la oposición considera que el momento actual contiene novedades, sobre todo porque se trata de cuestiones que afectan a la seguridad nacional. En el PP están muy molestos con el cambio de reglamento del Congreso que permitió a ERC y Bildu entrar en la comisión de secretos oficiales. Este jueves comparece la directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI)Paz Esteban, mientras todas las miradas se dirigen a su posible salida.

“Van a sacrificar a alguien y el Gobierno está mostrando el camino que va a seguir. Pero sus socios no se van a parar ahí, ni parece que vayan a conformarse”, consideran fuentes populares, que dan por hecho que ERC ve insuficientes los pasos del Gobierno para atajar su crisis. El contexto es lo que hace pensar al PP que la legislatura corre un riesgo de verdad.

Y lo que más preocupa a los populares, aseguran en la cúpula conservadora, es “el desgaste de las instituciones” a la que contribuye el Ejecutivo. Isabel Díaz Ayuso se alineó este martes con el mensaje de su partido asegurando que “ya no hay institución u organismo que Sánchez no erosione” y que “ahora le toca el turno al CNI”.

Igual que hizo Feijóo denunciando el lunes “la oportunidad del momento elegido” por Moncloa para dar cuenta del espionaje sufrido por Sánchez (en plena festividad del Dos de Mayo, a las nueve y media de la mañana y con el incendio político provocado por los independentistas), la dirigente madrileña afirmó que “con este Gobierno no existen las casualidades”. Y llegó a valorar la posibilidad de que cuando pase un tiempo aparezcan filtraciones de móviles de Feijóo o el suyo mismo, y no conversaciones de miembros del Ejecutivo. “Ya lo veremos”, aseveró la dirigente. Los mensajes de Feijóo enfurecieron a dirigentes socialistas, que consideran “desleales” las palabras del líder de la oposición.

En realidad, los populares han evitado en todo momento referirse al espionaje sufrido por Sánchez y por Robles en primera persona, agudizando las críticas sobre la división del Gobierno, con uno de sus partidos pidiendo investigar a los servicios de Inteligencia y, por tanto, “al propio Ejecutivo”, tal y como piden los independentistas catalanes y vascos.

Y la crisis del Gobierno, que podría seguir alargándose según los conservadores, llegan en otro momento clave. Las elecciones andaluzas, cuya convocatoria ya está prevista para el 19 de junio, prometen acaparar buena parte de la atención en las próximas semanas. Para el PP es fundamental lo que ocurra en esa cita (la primera a la que el PP acude con Feijóo al mando) como antesala del ambiente para el próximo ciclo electoral. Todas las encuestas apuntan a un deterioro significativo del PSOE en su gran bastión político y una consolidación de los populares tras alcanzar el gobierno por primera vez en casi cuatro décadas.