El acto en el Ministerio de Defensa de este jueves resultó agridulce y se desarrolló en una atmósfera tensa. Esperanza Casteleiro contuvo la natural alegría de llegar a lo más alto del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), en el que ha servido durante 40 años, porque su aterrizaje ha sido de emergencia y después de la peor tormenta que viven los servicios secretos en 13 años. En primera fila, mientras tomaba posesión de su nuevo cargo, estaba Paz Esteban, destituida, según Pedro Sánchez, por el fallo de seguridad que permitió que su móvil y también el de los ministros Margarita Robles (Defensa) y Fernando Grande-Marlaska (Interior) resultaran infectados por el programa de espionaje Pegasus. La oposición de derechas no se cree ese argumento y considera que Sánchez la ha cesado para lograr recoser la mayoría con su socio de ERC después de saberse que el CNI pinchó los teléfonos de 18 independentistas.

Esteban evitó comentar cómo ha vivido estas dos últimas semanas. "El pasado es el pasado. Lo importante es la nueva directora", se limitó a señalar a los periodistas, escabulléndose de ellos. Muy discreta, la ya exdirectora entró en la sala, bajo la mirada de todos, solo tres minutos antes de que empezara el acto y fue saludando a varios de los militares hasta abrazarse con Casteleiro. Al acabar se fue rápidamente tras las fotos de rigor con la cúpula de Defensa. Casteleiro y Esteban se conocen desde hace cuatro décadas, cuando ingresaron en el Centro Superior de Información de la Defensa (CESID), como se llamaban antes los servicios secretos. En sus breves discursos, tanto la nueva jefa de los espías como Robles intentaron levantar el ánimo a las 3.000 personas que trabajan en el CNI y destacaron que el relevo no supondrá ningún terremoto para la organización. "Es un acto de pura continuidad, nada va a cambiar pero va a cambiar mucho, porque vamos a seguir trabajando", declaró la ministra.

El acto fue agridulce: la alegría contenida de la nueva responsable de los servicios secretos mientras la cesada asistía a la toma de posesión en primera fila

En una conversación informal de los periodistas con la nueva directora, Casteleiro respondió con modestia a la pregunta de si con su relevo se van a tranquilizar las aguas. "Si es así, pues bien", musitó antes de responder sucintamente a que va a reforzar la coordinación de todas las instituciones para luchar contra el espionaje.

Tanto Robles como la nueva jefa de los espías españoles hicieron referencias a la ciberseguridad en sus alocuciones. La primera avisó de que los que atacan a España "de manera sofisticada con los 'hackeos'" se van a encontrar enfrente al CNI, a la inteligencia militar y a la justicia. Por su parte, Casteleiro destacó que las "amenazas" que afrontan España y sus aliados exigen una "nueva orientación" de los servicios secretos. "Se necesita máxima cooperación, transparencia y alta capacitación tecnológica para proporcionar la necesaria protección y seguridad de las comunicaciones a las personas del conjunto de la sociedad", afirmó.

La nueva directora del CNI toma posesión del cargo y se compromete a proteger la seguridad de las comunicaciones

La nueva directora del CNI toma posesión del cargo y se compromete a proteger la seguridad de las comunicaciones Vídeo: AGENCIA ATLAS Foto: Agencias

Los otros nombramientos

Robles apenas hizo referencia a Esteban y el terremoto vivido estas dos semanas. "Paz, querida Paz", le dijo cariñosamente cuando se refirió al trabajo de las 3.000 personas que trabajan en el CNI. "Debemos saber que somos una pieza más, porque sin el esfuerzo de todos y cada uno de este engranaje que no conoce nombres y apellidos, desde el Jefe del Estado Mayor de la Defensa hasta el último soldado o hasta el último miembro del CNI, (...) nada podríamos hacer los demás", jaleó Robles a los empleados del Centro. No quiso hacer más hincapié en la salida de Esteban, como si quisiera reconstruir la imagen de discreción marca del CNI. Casteleiro sí que le agradeció a su antecesora su "esfuerzo y dedicación" y recordó que ambas han sido compañeras "de muchos años" en la organización.

"Vuelvo al Centro, donde he desarrollado mi carrera, al que he entregado gustosamente buena parte de mi vida. Si volviera a nacer, no dudaría en repetir esta aventura, este itinerario", afirmó. Y, queriendo insuflar ánimo al personal que ahora coordinará, subrayó su alta cualificación y la vocación de todos ellos al "servicio de España" con "la menor exposición posible".

Una mujer de la Casa

La nueva directora es una apuesta balsámica de Robles, que la conoce muy bien. Primero fue su jefa de gabinete como ministra de Defensa, después la nombró secretaria de Estado de su departamento. Es alguien de la Casa, como se refieren al CNI los más de 3.000 hombres y mujeres que trabajan en esa organización. Fue la número dos de los espías entre 2004 y 2008, con Alberto Saiz como jefe máximo. De hecho, en verano de 2019, cuando Félix Sanz Roldán dejó el puesto de director, su nombre ya se coló en las quinielas para sustituirle.

En la ceremonia en el Ministerio de Defensa también tomó posesión la nueva secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, que sube a ese puesto desde el de subsecretaria. Y ese trabajo lo desarrollará a partir de ahora Adoración Mateos (hasta ahora directora de Personal), que también prometió su nuevo cargo. Un efecto dominó que permite mantener una línea "continuista", destacaron también Mateos y Valcarce.