El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, vuelve por Sevilla, tras el congreso del partido, a un acto organizado por la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) y donde compartirá charla con empresarios de la comunidad y el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno. Tras su visita al Cercle d’Economía catalán, Feijóo repetirá formato con la patronal andaluza y arranca así una agenda donde las visitas a Andalucía se harán con más frecuencia en cuanto empiece, el próximo 3 de junio, la campaña de las andaluzas. 

En Andalucía está ya, sin subir al AVE de vuelta a Madrid durante el próximo mes, el todavía consejero de Presidencia y coordinador general del PP, Elías Bendodo, que será el coordinador de la campaña en su último servicio específico para el presidente andaluz. Prepara para el líder del PP una agenda propia, con actos independientes del candidato Moreno, aunque compartirán escenario en, al menos, según la programación hasta el momento, “tres o cuatro ocasiones”.

Fuentes del PP aseguran que el presidente popular “suma” a la campaña y por eso se desplegará por el territorio, a petición del propio candidato andaluz. Marcan diferencias con lo que ocurrió en la anterior, de 2018, cuando también Pablo Casado se estrenó como líder del partido con caravana propia por Andalucía. Entonces, Génova actuó por su cuenta desconfiando de las posibilidades de su candidato y ahora es Andalucía, insisten fuentes del partido, quien reclama la presencia de Feijóo.

Firma: Jesús Prieto.

En las últimas elecciones andaluzas, las encuestas pronosticaban una victoria raspada para el PSOE de Susana Díaz. Muchos en las filas populares daban por desahuciado a Moreno y señalaban la puerta de salida si no obtenía un buen resultado. El desenlace no pudo ser más sorprendente. Con el peor resultado de su historia en unas elecciones autonómicas, 26 diputados, la fragmentación de la derecha y la suma con Cs y Vox permitió lo que la oposición llevaba casi cuatro décadas persiguiendo en Andalucía: el fin de la hegemonía socialista y el Gobierno del cambio. Aquella noche electoral todo cambió para Moreno, también dentro del partido.

Campaña plana y presidencialista

Esta cita electoral llega en un ambiente muy diferente. Moreno es el favorito en todos los sondeos, aunque cabe la duda de si necesitará a Vox para formar gobierno. Hará una campaña sin aristas, plana, presidencialista. Muy distinta de lo que hizo hace casi cuatro años, cuando se inclinó por una campaña de riesgo. Entonces arrancó a las puertas de un prostíbulo donde supuestamente directivos socialistas de la Fundación de Empleo Faffe iban a gastar dinero público. Se fue a los pinares sevillanos donde repitió la famosa ‘foto de la tortilla’ de Felipe González, en la primavera de 1974, en el inicio de un PSOE que cambiaría el país, para reivindicar aquel modelo político. Le habló a una vaca, en una pelea dura, no tanto como esta campaña, por el voto del medio rural, y su equipo puso en marcha una estrategia agresiva para desmovilizar el voto socialista.

Ahora el tono de campaña es muy distinto. Moreno lleva ya casi dos años cultivando su marca personal, que está mejor valorada, según los estudios internos del partido, que las propias siglas del PP. Por eso la ‘marca Juanma’ va por delante del partido en toda la cartelería de la campaña. El espejo es Feijóo y el modelo de Galicia. Esa estrategia ya se activó antes de que el gallego ni siquiera pensara recalar en Génova.

Foto: Julio Muñoz.

En la campaña de Castilla y León, ante la intensa presencia de Casado en esa comunidad, desde Andalucía advirtieron con claridad de que aquí no iban a tolerar una estrategia con injerencias desde Madrid. Eso motivó otro choque entre la dirección andaluza y nacional. Semanas después todo cambiaría y tras una brutal crisis interna, Feijóo, en un tándem claro con el andaluz que se exhibiría en el congreso nacional, se haría con las riendas del partido.

En Génova tienen claro que las pautas las marcarán todos los territorios. Y Andalucía, insisten fuentes de la cúpula, un territorio muy extenso con sus propias particularidades, lo hará especialmente. En el PP de Castilla y León aseguran que "uno de los pocos dirigentes que ayudó" a Mañueco en su campaña fue Feijóo, adaptando su discurso a la realidad castellanoleonesa y sin imponer ninguna agenda propia más que la de la tierra. "Sabemos bien lo que hizo la anterior dirección y no vamos a cometer los mismos errores. La campaña la dirige Mañueco y los resultados serán también obra suya", zanjan en el núcleo duro del presidente.

Moreno sabe que para doblar sus últimos resultados, debe hacer una campaña de centro moderado, porque es ahí, avisan los suyos, donde se ganan las elecciones en Andalucía. El líder andaluz considera que con su Gobierno el electorado ha perdido “el miedo” a la derecha que agitó el PSOE durante años. Juega con esa idea, con la estrategia de que su cambio ha sido tranquilo, no se han desmantelado los servicios públicos y trata de captar votos de socialistas desencantados. Es uno de los puntos fuerte de su campaña, en la que aspira a ensanchar su base electoral al centro, absorbiendo los votos de Cs y, a la izquierda, llevándose el voto de exsocialistas que se quedaron en la abstención o que no están cómodos en el modelo de Pedro Sánchez, que pacta con ERC y Bildu.

Toque de atención por la plurinacionalidad

Moreno no duda en abrazar la bandera del andalucismo en línea con el galleguismo de Feijóo, y también reivindica el modelo de las autonomías jugando a diferenciarse con Vox en asuntos clave como la defensa de la UE. En las últimas horas, ha cundido un cierto malestar dentro del partido por la polémica generada por Elías Bendodo al afirmar que España es un Estado "plurinacionalidad". El secretario general se refería, en una entrevista en 'El Mundo' a que Cataluña es una de las nacionalidades recogidas en el artículo 2 de la Constitución, pero se enredó en los conceptos y acabó hablando de la plurinacionalidad para sorpresa de muchos dirigentes y especialmente en el PP catalán, que vieron desacierto por todas partes.

Feijóo trató de zanjar la crisis asegurando que es "una obviedad" que España no es un Estado plurinacional "ni lo será nunca". Una frase contundente interpretada por los principales dirigentes como el primer gran toque de atención al número tres del partido. Lo que no preocupa dentro de las filas populares son las últimas revelaciones sobre Esperanza Aguirre y María Dolores de Cospedal en audios y conversaciones con el excomisario Villarejo de cara a la campaña andaluza. En el PP entienden que no es una tierra en la que al PSOE, con el escándalo de los ERE, conviene hablar de corrupción.

En cuanto al gran rival por la derecha, su candidata, Macarena Olona, lleva ya días buscando el cuerpo a cuerpo con el líder del PP. Moreno la ignora y lo seguirá haciendo. No habrá más que un debate entre todos los partidos durante la campaña, aseguran en su equipo. Buscan no movilizar al electorado de izquierdas y creen que Olona puede activar a votantes que hoy optarían por quedarse en casa el próximo 19 de junio. “Nosotros vamos a una campaña presidencialista y eso no nos interesa”, admiten en el PP, que aspiran a recuperar votantes fugados a Vox anteponiendo la gestión a la ideología y con Feijóo con enganche de una nueva etapa en el PP.