A 72 horas de la crucial reunión entre Pedro Sánchez y Pere Aragonès, Gabriel Rufián articuló un discurso con la clara intención de no enturbiar la cumbre que puede definir el devenir de la propia legislatura española. Centró el republicano su discurso en los aspectos sociales y orilló el conflicto entre Estado y Generalitat. Pero eso no significa que no buscara las cosquillas a Pedro Sánchez. Las buscó hasta enojarle. Rufián mostró unos casquillos de bala que, afirmó, fueron utilizadas en el asalto de la valla de Melilla de hace tres semanas. Una intervención del Gobierno marroquí que fue ensalzada por Sánchez al poco de conocerse y que el republicano le echó en cara.

La reacción del presidente del Gobierno, ya desde su escaño, fue de claro enojo. Y en el atril le espetó a Rufián que "se había equivocado" al mostrar "precisamente en este hemiciclo" dichos casquillos. "Ya hay balas en este parlamento", en referencia a las que se conservan en el techo de la noche del 23 de febrero de 1981, "y las trajeron los golpistas". En la contrarréplica, Rufián le respondió con un "no se enfade, esto no es un debate sobre el estado de los políticos"

Rubios de ojos de azules

El apunte sobre inmigración de Rufián, que puede sintetizarse en su autopregunta y respuesta de "¿Por qué 130 africanos en la frontera sur son una amenaza y 130.000 ucranianos refugiados una causa? Porque son rubios y con ojos azules", fue el colofón a una crítica acerada por la situación económica. Algo que tampoco gustó al presidente del Gobierno.

Empezó enumerando el porcentaje de aumento de precios del gas, la gasolina, pero también, y sobre todo de "cebollas, pañales, merluza, salmón, patatas, leche, arroz, aceite, butano...". Según relató el líder de ERC en Madrid, "hoy la gente es 3.000 euros mas pobre que hace un año, mientras cinco multinacionales se reparten 10.000 millones mas de beneficios. Este es el estado de su nación".

Rufián también retornó a las críticas ya expresadas anteriormente sobre la reforma laboral, a la que atribuyó que el coste de despedir a un empleado con contrato fijo es el mismo de cuando era temporal. "Esto es porque prefirieron hacerse la foto con la CEOE y no con ERC". Sánchez, aquí, opuso el incremento de la contratación indefinida, gracias a la nueva legislación.

Ya en la réplica, Rufián, si afeó, sin encarnizarse, el presunto desinterés de Sánchez con la mesa de negociación. "¿Acaso quiere pasar como un presidente socialista más?" y le advirtió que si no opone soluciones al problema territorial, la derecha "pasará por encima de ustedes". Sánchez hizo votos por poder retomar, en breve, este foro de diálogo y negociación. Depende del viernes.