Las tensiones entre Yolanda Díaz y Podemos han ido quedando, en las últimas semanas, relegadas a la discreción de las bambalinas. De puertas para fuera, sobre el escenario, la premisa es clara: acallar el ruido, rebajar las tensiones y escenificar una tregua. Eso sí, sin plegarse a las deseos del otro y manteniendo las fronteras que se han erigido en los últimos meses. La vicepresidenta segunda del Gobierno dejó claro que los partidos son "imprescindibles" y que en Sumar, su proceso de escucha, habrá espacio para los morados, aunque no jugarán el papel principal que reserva a la ciudadanía. Por el otro lado, la secretaria de Organización de Podemos, Lilith Verstrynge, reivindicó que el proyecto de Díaz es "necesario" y que tendrá que ser su "aliado electoral". Es decir, nada de estar supeditados unos a otros. El propio Pablo Iglesias secundó después esta idea.

"No hay transformación de nuestras sociedades sin el reimpulso de un movimiento ciudadano. Esta es la reflexión que atraviesa Sumar y el proceso de escucha que hemos iniciado. [...] En ese diálogo deben estar todos los partidos políticos, todos los que quieran, son imprescindibles. Podemos, por supuesto, también", sentenció la vicepresidenta en una mesa redonda que compartió con Verstrynge en los cursos de la Universidad de Verano de la Complutense.

Tras meses de tiranteces por el espacio que ocupará el partido de Ione Belarra en los planes de Díaz, la también ministra de Trabajo se afanó en rebajar la temperatura con los morados abriéndoles las puertas a su proceso de escucha. Incluso, en otro guiño a la formación y a Iglesias reconoció el trabajo que hicieron en 2015 para "resquebrajar el bipartidismo". Y los gestos de la vicepresidenta no se encontraron solo en sus declaraciones, también resultó significativa la imagen que dejó al llegar al acto acompañada por el cofundador de Podemos Juan Carlos Monedero.

Ensanchar y adaptarse

Eso sí, más allá de las palabras cariñosas, se mantuvo firme en una de tesis de los últimos meses: los partidos no son más que "herramientas" y no deben tener el protagonismo. "Con los partidos políticos no llega. Solo con los partidos el resultado ya sabemos cuál va a ser", sentenció para añadir después que "toca dar un paso más". Es decir, sobrepasar a las organizaciones, que no son capaces de revertir la desafección ciudadana, y mantener una conversación con la sociedad civil. "Un proyecto que haga que la ciudadanía vuelva a implicarse en la res pública para cuidar las instituciones", resumió.

Y en ese proyecto, en una segunda fase, habrán de estar más partidos de los que componen ahora Unidas Podemos -Podemos, IU, En Comú Podem, Alianza Verde y Galicia en común-. "Nadie nos pide que pensemos igual. Nos piden que demos un paso al frente y caminemos dándonos la mano", dijo. Minutos después reivindicaba la necesidad de "tejer un espacio en el que todo el mundo se sienta cómodo, con nuevas lógicas de discusión".

Juntos, pero no revueltos

La actitud de Díaz cobró más importancia en cuanto que lo hizo junto a la secretaria de Organización de Podemos, encargada de las relaciones del partido con otras formaciones y de la construcción de la estructura interna. "Necesitamos un proyecto político como Sumar, nuestro aliado electoral debe ser Sumar y nuestra candidata es y será Yolanda siempre", subrayó Verstrynge en otro gesto claro del intento por reconducir la relación. Sin embargo, las palabras de Verstrynge incluyen un pequeño matiz, ven a Sumar como un actor político diferente, con el que poder presentarse a las elecciones, pero no en el que subsumirse. "Espero que podemos este en las mejores capacidades para aportar a ese proyecto político", sentenció.

Horas después, en el mismo foro, Iglesias remarcó que "Podemos ha dejado claro que quiere estar con Sumar" y que "aunque Yolanda Díaz no sea de Podemos es su candidata". Aún así, entre medias, apuntó que "Sumar y Podemos son dos cosas distintas" y que el apuesta por "presentarse juntos a las elecciones", en línea con lo antes reivindicado por Verstrynge. Menos ruido, pero las mismas diferencias.