El juez que investiga el caso mascarillas ha recibido un escrito de una persona que se identifica como San Chin Choon, el empresario que consiguió el material sanitario que Alberto Luceño y Luis Medina, investigados por presunta estafa, vendieron al Ayuntamiento de Madrid, en el que certifica que los dos empresarios investigados eran agentes exclusivos suyos y que el precio habría sido el mismo sin ellos.

En una diligencia de ordenación, a la que ha tenido acceso Efe este martes, el juzgado remite a las partes un correo electrónico recibido el pasado día 22 que "al parecer" escribe San Chin Choon y en el que adjunta la respuestas que ya dio a las preguntas de la Fiscalía española y que, según le informó el empresario Alberto Luceño, no fueron remitidas a España.

Por eso, acompaña ahora la declaración jurada que hizo el 18 de abril de 2022 ante un comisario de juramentos, "certificando que la operación fue correcta y certificando los documentos utilizados en la misma", y en la que se responde a las preguntas de la Fiscalía española, ya que entienden que éstas "podrían ser relevantes para la investigación".

Recientemente, el magistrado del caso rechazó enviar una nueva comisión rogatoria a Malasia para interrogar a San Chin Choon, como solicitó Alberto Luceño tras saber que este empresario malasio había asegurado a la Agencia EFE que sí había contestado a las diecinueve preguntas de la Fiscalía española ante el "Departamento de Investigación de Crímenes Comerciales de Malasia".

El juez Adolfo Carretero argumentó, para rechazar esta petición, que el juzgado ya envió una comisión rogatoria a Malasia, cuyo Gobierno exigió "reciprocidad" a España, "incluyendo el respeto a la pena de flagelación para que pueda ser aplicada a los extraditados de España a Malasia por el mismo delito que investigamos y que está penado en ese país asiático".

Unos días después ha llegado al juzgado el escrito supuestamente remitido por el empresario malasio en el que asegura que los empresarios investigados -Alberto Luceño y Luis Medina- son agentes exclusivos de su empresa, Leno, y que hizo el negocio a través de ellos porque conocía a Luceño desde hacía años por su actividad comercial.

"El precio de los productos habría sido el mismo. No vendes a un precio más alto porque haya agentes. Sin ellos no habría habido operación", añade el empresario malasio al ser preguntado por las comisiones de los empresarios españoles, sobre las que defiende que Luceño cobrase más porque hizo la mayor parte del trabajo, mientras que Medina solo efectuó llamadas.

Detalla San Chin Choon que él transmitió los precios a Luceño para que éste se los hiciera llegar al comprador, ya que iban subiendo cada día, y "una vez que aceptó, firmamos el contrato". Tras hacer el primer pago del 50 por ciento es cuando él le dijo a Luceño "la comisión le quedaba".

Sobre la supuesta mala calidad del los materiales vendidos, el empresario afirma que "en todos los contratos firmados por el comprador se indicaba qué empresa era la fabricante, se enviaban dossieres de la empresa, sus certificados de calidad, autorizaciones y en algunos casos fotos".

Al ser preguntado sobre Medina, el empresario explica que le nombró su agente a petición de Luceño y reconoce que fue en una fecha diferente a la que figura porque el documento se hizo sobre un borrador sobre el que olvidó actualizar la fecha.

Explica asimismo que en su empresa se usan varias firmas, y que todas las que hay en los contratos de los investigados son válidas.