Después de once de años de instrucción y siendo el gran caso de corrupción que afecta al PSOE del que el PP se ha servido siempre para contrarrestar los ataques a los sonados escándalos que afectaban a la formación conservadora en distintas comunidades, especialmente en Madrid y Valencia (además de la propia sede nacional de Génova), la sentencia del Tribunal Supremo sobre el caso ERE no será utilizada con especial ahínco desde la dirección nacional de Alberto Núñez Feijóo.

El fallo confirma las condenas a los expresidentes de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves y José Antonio Griñán (este último, a una pena de seis años de prisión, donde debería ingresar en cuanto se le notifique la sentencia). Pero en el PP la orden fue “responder con elegancia” y evitar un vocabulario excesivo o argumentos machacones contra las siglas socialistas y la actividad política. Quedó demostrado en las propias palabras que el líder gallego dirigió a la plana mayor en el comité ejecutivo, cuando llegó a afirmar que la mayoría de personas que ejercen la política, incluidos los cargos socialistas, son “honrados”.

La mayoría de dirigentes de peso en el PP coinciden en que es “un nuevo mazazo” que fundamentalmente “desgasta a Pedro Sánchez”. A pesar de ser un caso que se circunscribe al PSOE andaluz, en lo que fue una trama corrupta que benefició a las redes del partido y que llegó a desviar cerca de 700 millones de euros públicos, en Génova consideran que el golpe se lo lleva nuevamente Ferraz. Entienden que a pesar de lo que implica dentro de la federación andaluza, las elecciones del 19 de junio dejaron claro que ya estaba amortizado y los andaluces premiaron la gestión de Juanma Moreno de la anterior legislatura.

“Otra cosa es lo que suponga en la imagen del PSOE y sus siglas en conjunto. Y ahí el que sale perdiendo, una vez más, es el presidente. No remonta. Está en un bucle del que ya no se sale”, concluyen dirigentes populares de la primera línea, considerando que el varapalo judicial (a pesar del calvario que ha supuesto para los condenados, especialmente Chaves y Griñán, con mal pronóstico para evitar la cárcel) va a dar directamente en la línea de flotación de Ferraz.

La visión en el PP es que Sánchez no es capaz de recuperar la iniciativa política (Feijóo llegó a afirmar ayer que le va a resultar “imposible”) y que tampoco la remodelación de su núcleo duro en el partido (con la salida de Adriana Lastra y la incorporación de María Jesús Montero, Patxi López y Pilar Alegría) “servirá de nada”. El PP hizo llover críticas a la ministra de Educación y nueva portavoz en el partido ayer mismo: “¿Cómo se le ocurre abandonar el Consejo de Ministros para irse a la sede del PSOE a defender a los expresidentes condenados e ir a por Feijóo?”, se repetían dirigentes. “No dan una”, remataban a continuación.

Es exactamente el mensaje que intentó trasladar el líder del PP a sus filas este martes en el último comité ejecutivo del curso político. Que asuman que el PSOE está “en caída libre” y que, aunque queda mucho tiempo “y muchísimo trabajo por hacer” hasta el mes de mayo, y que les será complicado revertir esa tendencia. “Es nuestro momento, tenemos que seguir así hasta el próximo ciclo electoral”, explicaban varios cargos tras escuchar al presidente.

El hecho de que Feijóo evitara ‘hacer sangre’ con la sentencia, incluso defendiendo a la mayoría de dirigentes del PSOE y del resto de partidos en la tarea de la política, dice mucho del estado anímico del PP. “Nosotros vamos a afrontar esto con elegancia”, explicaban en el núcleo duro de Feijóo. No responder desde las vísceras. En el partido aseguran que “ni es el estilo del presidente” ni el partido “necesita en este momento pasar al ataque”.

La realidad es que el PP vive su momento más dulce. Con casi cinco meses de liderazgo de Feijóo la formación conservadora lidera todas las encuestas publicadas hasta el momento, incluido el CIS. Y por mucho que el dirigente gallego pide prudencia y humildad, la realidad es que en Génova trabajan con un posible escenario de victoria electoral y la sensación que cunde en la dirección, reconocen distintos miembros, es que el PSOE “ha entrado en descomposición”.

De ahí que el mensaje tras la remodelación interna sea que “haga lo que haga y cambie a quien cambie, el problema sigue siendo Sánchez”. Por eso la convicción dentro del PP es que la trama de los ERE “sacude al PSOE en su conjunto, a las siglas” y eso, dicen, “no deja de ser al presidente”. 

No solo fue el máximo dirigente del PP el que optó por esa postura. La mayoría de los cargos que acudieron a la reunión de Génova compartieron el fondo del mensaje, alguno, como el líder de Castilla La-Mancha, Paco Núñez, lo hizo con más beligerancia. El más significativo quizá fue el propio presidente de la Junta, Juanma Moreno, que reconoció tener “sentimientos agridulces” por ver “el nombre de Andalucía relacionado con la corrupción” por mucho que fuera por otro partido. El dirigente andaluz también lanzó un mensaje contundente sobre la tardanza de la Justicia en el caso: “Ha sido un calvario personal seguro para estos señores”, zanjó.

El PP, por cierto, se distancia mucho de la posición de Vox en el asunto. El líder ultra, Santiago Abascal, contestó a Moreno sin llegar a mencionarle: “Hoy no puede ser considerado un día triste. Hoy la Justicia ha dado la razón a los andaluces que fueron saqueados por el PSOE en lo que fue una trama corrupta descomunal. O se está con el PSOE o se está con los españoles”.