El protocolo británico ha colocado juntos a Felipe VI y Letizia y los reyes eméritos en el funeral de Isabel II en la Abadía de Westminster. Los cuatro han estado sentados juntos en el segundo banco, junto a otros miembros de casas reales. El Rey se ha situado en una esquina junto a su esposa y, al lado de Letizia, Juan Carlos I y, a continuación Sofía. Es la primera imagen de padre e hijo juntos desde enero de 2020, cuando coincidieron en otro funeral, el de la infanta Pilar, hermana del emérito.
Los cuatro ya coincidieron el domingo por la tarde en la recepción que ofreció el rey Carlos III a todos los dignatarios que se han desplazado a Londres para el funeral de la que fue reina durante siete décadas, , aunque la Zarzuela no facilitó que se produjera una fotografía de todos juntos. Primero llegó Juan Carlos I con la reina Sofía, a la que solo había visto en una ocasión en los dos años que lleva fuera de España (el pasado mayo en la Zarzuela), mientras que los Reyes lo hicieron al cabo de un rato.
El entierro
Esta tarde, en el entierro en el Castillo de Windsor, estarán Felipe VI y Sofía. Letizia no puede asistir porque tiene que volar a Nueva York para participar en algunos actos paralelos a la Asamblea General de la ONU que empieza este lunes. Juan Carlos I ha declinado la invitación de la familia real británica para acudir al castillo, según ha informado la Zarzuela.
Las exequias de Isabel II se han convertido para la Casa del Rey, como todo lo que tiene que ver con Juan Carlos I, en un quebradero de cabeza por la coincidencia en un acto entre los dos reyes. En esta ocasión, además, como la invitación a las dos parejas les ha llegado por la familia real británica directamente y el escenario es Londres, la decisión última ha recaído de pleno en Felipe y Letizia, y el Gobierno central no se ha visto envuelto en este asunto.
Por mucho que el protocolo británico haya decidido la colocación dentro de la Abadía o la entrada y salida al lugar de culto, la Zarzuela podría haber propiciado una fotografía con él si hubiera querido este lunes o el domingo.
El actual jefe de Estado tiene que bregar con una situación muy incómoda para él y también para su padre. Ambos, junto con el Ejecutivo, acordaron en agosto de 2020 que el emérito se iría a vivir fuera de España para evitar daños colaterales a la institución por las informaciones sobre la fortuna oculta que había amasado durante décadas. Esa salida y el cierre informativo sobre las actividades de Juan Carlos I decretado por Zarzuela provoca estos episodios que son embarazosos para todos y pone al actual Rey bajo unos focos que son los que quería evitar.
El padre podría haber declinado la invitación, algo que habría evitado el embrollo, pero no lo hizo. La relación con Isabel II fue muy buena durante sus reinados, a pesar del perenne choque por Gibraltar, y ha querido despedirse de ella. El duque de Edimburgo, esposo de la reina, fue uno de los representantes internacionales que estuvo en la coronación de Juan Carlos I en 1975.
