La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha sido la encargada, una vez más, de dar comienzo al debate de totalidad del proyecto de Presupuestos del año próximo. Es la primera ocasión que tiene para defender en el Congreso ante la oposición, tanto a la izquierda como a la derecha, el texto que presentó a primeros de mes. Varios grupos, del PP a Junts, han pedido devolver las cuentas al Gobierno porque no se las creen. Gracias a la alianza con ERC, PNV y EH Bildu, principalmente, y en general gracias a la firmeza del bloque progresista de la Cámara, Pedro Sánchez salvará esas solicitudes y el proyecto seguirá su trámite. La idea es que éste acabe dentro de un mes y el texto vaya al Senado.

Como ni muchos menos está aún garantizada la aprobación de los presupuestos, que dependen en esencia de lo que voten las formaciones independentistas y nacionalistas vascas y catalanas a finales de noviembre, Montero ha lanzado un aviso: "En el actual contexto internacional, complejo y volátil, contar con unas cuentas en vigor para ejecutarlas durante 2023 es señal de fortaleza, estabilidad y solvencia".

Ha añadido que su proyecto, el tercero, el último de la legislatura, está guiado por "la justicia social" y por "la eficiencia económica" porque sus objetivos son "evitar que la guerra de Rusia" provoque un país de "dos velocidades", la de los ricos y las clases con menos renta, y además, "asegurar que las empresas sigan avanzando en competitividad e innovación".

Éste ha sido uno de sus mensajes principales. Es evidente que la evolución de la economía española estará condicionada por la evolución de la guerra que libran Rusia y Ucrania. Montero se ha mostrado optimista y ha realzado la tendencia en la que, según sus palabras, coinciden los organismos internacionales. Tendencia que habla de crecimiento económico superior al 4% del PIB este año y por encima del 2% el año que viene.

A su juicio, la previsión se sostiene en gran medidas en las reformas llevadas a cabo por el Gobierno durante la legislatura. Que el viaje siga a ese ritmo depende de la aprobación del proyecto presupuestario. Por eso ha incidido en que, a pesar de que "la situación internacional aconseja prudencia y rigor", las cuentas del año que viene representan la apuesta del Ejecutivo de PSOE y Unidas Podemos por reforzar el Estado de Bienestar.

"Estas cuentas son una inyección de recursos para dinamizar la economía y proteger el Estado de Bienestar, a la clase media y a la clase trabajadora; para proteger a la mayoría social", ha recalcado la artífice del proyecto durante su intervención en el hemiciclo del Congreso. Ha subrayado que son, además, "un antídoto contra la desigualdad y la pobreza, e incluso contra desesperanza, el caldo de cultivo de los populismos".

Montero, enmarcados las cuentas en esa apuesta de progreso, ha pedido a los grupos negociar las enmiendas parciales que se registrarán antes del viernes que viene. Serán centenares. Si el Gobierno supera este trámite de la totalidad, que lo superará, le quedará lo más arduo. La ministra ha enfatizado su empeño por "buscar mayorías constructivas" y alcanzar acuerdos con quienes "quieren el interés general".

No ha dado nombres; sí ha mencionado el espectro político-ideológico. Así, ha asegurado a "quiénes han decidido su no" a los presupuestos por "estrategia electoral", a "las señorías de la derecha", que "tengan claro que la gente de este país no va a entender que haya grupos que se pongan de perfil".

"Hipotecas generales del estado"

La portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, no ha tardado en comparecer para desacreditar el proyecto de Presupuestos impulsados por el Gobierno de coalición. La dirigente conservador ha denunciado que “no buscan despejar el escenario de incertidumbre” en el que se encuentra el país. Renombrando a las cuentas públicas como las “hipotecas generales del Estado”, Gamarra ha reclamado la retirada de las mismas por suponer un incremento de la “deuda” y de la fiscalidad.

A renglón seguido, su homólogo en Vox, Iván Espinosa de los Monteros, ha denunciado que los Presupuestos “nacen viciados de origen” y ha recordado que la AIREF ha puesto en duda las previsiones de ingresos, de gasto y de déficit.