El PP se ha propuesto presionar al máximo a los 120 diputados del PSOE en la votación, este jueves, de la toma en consideración de la reforma del Código Penal, uno de cuyos puntos es cambiar el delito de sedición y encuadrarlo en desórdenes públicos. La iniciativa persigue bajar las penas. El líder de ERC, Oriol Junqueras, fue condenado por ello, y otros dirigentes de la formación independentista. Esquerra lleva pidiendo esto desde que empezó la legislatura.

Será este jueves, con la admisión a trámite de la proposición de ley de PSOE y Unidas Podemos, cuando comience el procedimiento, que el Gobierno quiere hacer rápido y la oposición intentará que no.

La portavoz del PP, Cuca Gamarra, en el plan de presión al PSOE por, según sus palabras, "entregar" la reforma del Código Penal a "los que delinquieron", ha dado un paso más. En declaraciones a los medios, ha anunciado que su grupo, este mismo jueves, pedirá que la votación de la admisión a trámite sea por llamamiento, es decir, que los diputados y diputadas, uno a uno, se levante de su escaño y diga "sí", "no" o "abstención". Es una manera de obligar a los representantes de los ciudadanos a retratarse. Justo lo que quiere el PP, que lleva días señalando a los parlamentarios/as socialistas de territorios como Andalucía, Aragón o Extremadura.

El artículo 85 del reglamento del Congreso permite la maniobra del PP. "La votación será pública por llamamiento o secreta cuando así lo exija este Reglamento o lo soliciten dos Grupos Parlamentarios o una quinta parte de los Diputados o de los miembros de la Comisión". Es lo que dice este precepto. Como los populares tienen 88 escaños, les basta y les sobra para pedirlo. Además, como han confirmado fuentes de la Mesa, no hace falta autorización ni de este órgano ni de la Presidencia. Con pedirlo es suficiente.