Las diferencias en el seno del Gobierno de coalición han estado presentes a lo largo de toda la legislatura, pero en los últimos días se han ido acumulando discrepancias con declaraciones públicas que parecen hacer caso omiso a lo que pidió el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, a principios del año pasado.

Fue el 21 de febrero del 2021 cuando ante el pleno del Congreso y después de que las discrepancias hubieran ido surgiendo por el camino, Sánchez reclamó a Unidas Podemos rebajar los "decibelios" y poner el acento en lo mucho que consideraba que se estaba logrando en favor de los intereses generales de los españoles.

Ese llamamiento no sirvió para poner fin a los choques, que han seguido salpicando su mandato, y en los últimos días se han sucedido críticas diversas que a un año de la convocatoria de las elecciones generales conllevan la pregunta de si la coalición podría estar en riesgo.

La ley trans, la ley de familias o la propuesta del ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, sobre la reforma de las pensiones han dejado en evidencia esos roces después de que la unidad entre el Gobierno y sus socios parlamentarios permitiera la aprobación en el Congreso del proyecto de ley de presupuestos para el próximo año.

"La alegría nunca es perfecta", señalan a Efe fuentes de Moncloa ante el hecho de que la importancia de esa aprobación se haya visto distraída con el ruido de los encontronazos entre los socios.

Isabel Rodríguez, la portavoz del Gobierno, ha salido al paso de esas diferencias en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros para poner el foco en el resultado, no en los debates preliminares.

Importa el resultado

"Lo que reivindica el Gobierno es su propia acción, no los debates previos", ha afirmado para poner el acento en las medidas que se han ido aprobando, entre ellas las que tienen más componente social, en una legislatura en la que los obstáculos se han ido sucediendo bien por la pandemia de coronavirus, la guerra en Ucrania y sus consecuencias.

Esa utilidad del Ejecutivo es la que ha puesto en valor frente a los titulares que denotan que la relación entre los socios del Gobierno no atraviesa su mejor momento. Y en ser útiles es en lo que ha dicho que se va a seguir volcando el Gobierno hasta el final de la legislatura.

No cree ni siquiera necesario convocar una reunión del comité de seguimiento de los socios para evaluar la situación porque ha recalcado que se ven continuamente ya sea en el Consejo, en reuniones preparatorias o en otro tipo de actos.

Implícitamente, ha rechazado que pueda estar en riesgo la coalición, algo que de forma explícita dan por descartado otras fuentes de la parte socialista del Gobierno pese a reconocer que la cercanía de un año electoral, con citas con las urnas para comicios municipales, autonómicos y generales, puede invitar a marcar aún más perfiles propios.

De "óptima" han llegado a calificar esas fuentes la relación entre los socios (recuerdan el apoyo sin fisuras a la ministra de Irene Montero tras los ataques de Vox), instando de nuevo a fijarse en los resultados y asegurando que no hay diferencias ideológicas, sino cuestiones técnicas, en leyes que son complicadas.

Escalada de reproches

Se insiste en el mensaje de que España no estaba acostumbrada a un Gobierno de coalición y en que deben asumirse como normales las diferencias.

Pero no auguran cuál puede ser el final de las leyes que están provocando una escalada de reproches por parte de Unidas Podemos aunque sí aspiran al acuerdo.

Respecto a la ley de familias, la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, ha calificado de "incomprensibles" los argumentos de la parte socialista para aplazar su aprobación.

Sin embargo, en Moncloa se afirma que, frente a lo que ella da por hecho, nunca ha estado cerrado que fuera a incluirse en el orden del día de la reunión del Consejo de Ministros de este martes.

Sí explican que se trató en la reunión preparatoria de la comisión de secretarios de Estado y subsecretarios y que en ella se hicieron algunas observaciones.

En cuanto a la ley trans, la exvicepresidenta del Gobierno y presidenta de la Comisión de Igualdad del Congreso, Carmen Calvo, ha dejado claro que su partido no puede asumir el texto si no se enmienda, mientras que Unidas Podemos defiende que ya tiene suficiente seguridad jurídica y que esa ley verá la luz.

La última desavenencia ha llegado de la mano de la propuesta de Escrivá para la reforma de las pensiones, contra la que se han pronunciado tanto la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, como el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique.

"Y habrá más", asumen desde el ala socialista a la vez que reiteran que, como partidos distintos que son, debe ser normal e insisten en que la coalición no está en riesgo y llegará hasta el final. Pero coinciden con Sánchez: "Si hubiera menos decibelios...".