INVESTIGACIÓN

Un inspector investigado en 'Kitchen' adulteró un informe para tapar espionaje a Bárcenas

El ahora comisario Andrés Gómez Gordo firmó en 2015 un oficio manipulado para salvar a Villarejo de una investigación judicial y disimular su relación el abogado Óscar Jiménez Rubia

Oficio policial del ahora comisario Andrés Gómez Gordo.

Oficio policial del ahora comisario Andrés Gómez Gordo. / NACHO GARCÍA

Tono Calleja Flórez

El comisario Andrés Gómez Gordo, uno de los imputados en el caso Kitchen, consiguió tapar en 2015 el espionaje que realizó su compañero José Manuel Villarejo contra el extesorero del PP Luis Bárcenas y su entonces abogado, el exjuez Javier Gómez de Liaño, según se desprende de la documentación a la que ha tenido acceso El Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica. Y para lograr este objetivo Gómez Gordo, el entonces inspector de Policía, remitió el 10 de junio de 2015 a la jueza de Fuenlabrada (Madrid) que se encargaba de la investigación de la denominada 'operación Prima', un oficio policial adulterado a fin de convencer a la instructora de que no tenía que seguir escudriñando los contactos que Villarejo había mantenido con el abogado Óscar Jiménez Rubia, uno de los detenidos en la causa que ella investigaba. Y la convenció.

Pero tras esos contactos que la magistrada no investigó por la maniobra de Gómez Gordo, se escondían evidencias de la persecución al defensor de Bárcenas y, por ende, al extesorero desde círculos próximos al PP. A saber: tres correos electrónicos inéditos hasta ahora que fueron requisados por la Policía, cuyo contenido ha sido adelantado por este diario, evidencian que Villarejo se dirigió al letrado Jiménez Rubia para encargarle que se entrevistara con el preso rusogeorgiano Zakhar Kalashov, que había sido cliente de Javier Gómez de Liaño.

Pretendía que el convicto les facilitara pruebas de los fondos que este aseguraba haber transferido en el extranjero al exjuez de la Audiencia Nacional. De esta forma trataba de buscar vías para presionar al abogado de Bárcenas, quien en esos momentos había reconocido la existencia de una caja b en el seno del PP.

Tal y como adelantó El Periódico de España, en las agendas personales de Villarejo aparecen numerosas anotaciones relacionadas con el letrado Óscar Jiménez Rubia, pero también con otra persona, Halit Sahitaj, quién habría actuado como intermediario de Kalashov. El abogado Jiménez Rubia reconoció, a preguntas de EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, haber acudido a la prisión de Estremera (Madrid) para entrevistarse con el reo rusogeorgiano.

Rechazó, eso sí, que el encuentro hubiera tenido como finalidad obtener información contra Gómez de Liaño. Sin embargo uno de los correos electrónicos inéditos a los que tuvo acceso este diario, enviado por Villarejo el 14 de junio de 2014 a Jiménez Rubia, desautoriza la versión que este abogado da de los hechos, pues de forma literal el comisario -que utiliza una de sus identidades falsas en el intercambio de mensajes- le encargó: "Interesa de K. [Kalashov] Todos los datos de los pagos en el extranjero que le hizo a G. de L. [Gómez de Liaño] Todos los pagos que les hizo a miembros del CNP, GC y otros. Otros pagos a políticos".

El papel de Gómez Gordo

El oficio policial dirigido en 2015 a la jueza de la Operación Prima, remitido por Gómez Gordo y que sirvió de coartada a Villarejo, tenía hipotéticamente como finalidad "aclarar la participación del comisario en los hechos que motivaron estas actuaciones judiciales, así como dar cuenta de las peticiones que efectuó al juzgado el comisario principal Marcelino Martín-Blas", quien como jefe de Asuntos Internos llevaba varios años enfrentado al presunto cabecilla del clan policial.

"El referido comisario [Villarejo], en aras a las funciones que realiza, y que ya venía realizando desde hace bastante tiempo, había captado como informador, entre muchos otros, al abogado Óscar Jiménez Rubia, el cual le transmitió que un cliente suyo estaba siendo extorsionado por individuos que se estaban haciendo pasar por policías y que al parecer le vigilaban, llegando a apuntar algunas matrículas", escribe Gómez Gordo para exculpar a Villarejo ante la jueza, quien en esos momentos estaba destinado en la Dirección Adjunta Operativa (DAO), cuyo máximo responsable era el comisario Eugenio Pino, también imputado en Kitchen.

Siguiendo con la versión que da Gómez Gordo en su oficio dirigido a la jueza de Fuenlabrada, lo único que hizo Villarejo fue ponerse en contacto con Jiménez Rubia pues un cliente de este, el empresario español de origen indio Harishchandra Tarachand Varma, quería denunciar que estaba siendo extorsionado por agentes de Policía. Por eso, prosigue Gómez Gordo, concertó una reunión con el abogado y su cliente en un hotel, encuentro que fue detectado por la UDEV.

El inspector aprovecha la misiva para criticar de nuevo a Martín-Blas, a quien acusa de "poner en duda en este asunto, como en otros, la actuación del comisario José Manuel Villarejo solicitando a la autoridad judicial datos sobre los teléfonos utilizados por este y su identidad operativa".

El oficio policial firmado en junio de 2015 por Gómez Gordo, quien hasta el 9 de marzo de ese mismo año 2015 había sido jefe de seguridad de María Dolores de Cospedal en el Gobierno de Castilla-La Mancha, impidió que la Policía descubriera el espionaje que el clan policial de la Kitchen estaba desarrollando contra el extesorero del PP.

Una coartada para Villarejo

A la postre, el escrito de Gómez Gordo sirvió de coartada para Villarejo, pues su nombre había aparecido en las investigaciones realizadas por los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) en la denominada Operación Prima, pues fue sorprendido cuando informaba al presunto cabecilla de la trama, el empresario español de origen indio Harishchandra Tarachand Varma, de que un vehículo que le seguía era de la Policía, según adelantó La Razón.

En la operación Prima fue detenido el mencionado Varma, quien también había mantenido varias conversaciones telefónicas con Villarejo. La Policía tardó varios meses en conocer que se trataba de Villarejo, pues este utilizaba para no ser descubierto las diferentes identidades falsas que le había suministrado el Ministerio del Interior.

Los agentes de la UDEV descubrieron que Villarejo mantenía contactos, principalmente, "con periodistas, medios de comunicación y terceros que no permiten clarificar la identidad del usuario (entre ellos el abogado de Varma, Óscar Jiménez Rubia)", concluye un informe policial, cuyo co