"TENSIÓN" HASTA QUE TERMINÓ EL CANDIDATO

Alivio en Vox tras la moción de Tamames: "Pudo ser peor. No ha habido ningún desastre"

Después de semanas de absoluto descontrol y ante el riesgo de que la intervención de Tamames en el Congreso siguiera esa senda, en el grupo parlamentario de Vox reconocen "alivio"

Ramón Tamames y Santiago Abascal.

Ramón Tamames y Santiago Abascal. / José Luis Roca

Paloma Esteban

La sensación en Vox es de haber salvado los muebles. De cierto alivio tras la intervención de Ramón Tamames y, sobre todo, de que ya haya llegado y vaya a terminar el debate de la moción de censura. 

La operación que Santiago Abascal lanzó en diciembre empezó a envenenarse de alguna manera hace semanas cuando, después de confirmar al candidato elegido, el economista hizo un gira mediática en la que mostró fuertes discrepancias con Vox dando una sensación de descontrol absoluto. Y los riesgos eran tan grandes, reconocen en el partido, que la primera jornada en el Congreso terminó entre conformismo: “Tan mal que iba a ir. Que iba a ser un desastre. Lo podría haber sido. Ha ido bien y Tamames no se ha metido en charcos”, explican fuentes del partido de Abascal.

Uno de los dirigentes más optimistas de la cúpula califica de “extraordinariamente bien” el transcurso del primer día. La formación ultra considera “que se han cumplido objetivos” porque lo que realmente buscaban era protagonismo. Un foco que sin una iniciativa de esta enjundia habría sido imposible tener. “Necesitábamos llegar a mucha gente que está fuera de la política en el día a día. Y con una moción, llegamos a ella”, explican en el entorno de Abascal, convencidos de que les hacía falta algo así para tener un espacio mediático suficiente.

El portavoz de Vox en la Cámara, Iván Espinosa de los Monteros, fue el encargado de exhibir la coordinación con su candidato, "agradeciendo" a Tamames la exposición que hizo en el Congreso, "que desde sus posiciones, que no siempre coinciden", dijo, "pero que encarnan de manera extraordinaria el legado de toda una generación", en referencia a la Transición. "Rendimos tributo a aquellos que protagonizaron el desarrollo y modernización que luego se llamó el milagro español. El profesor Tamames ha hecho un diagnóstico inteligente", zanjó.

La queja de Vox para explicar la utilidad de la moción es recurrente: para ser la tercera fuerza política del Parlamento, su influencia y su presencia institucional y en medios de comunicación es muy pequeña. El propio líder ultra lleva días quejándose: “Representamos a casi cuatro millones de votantes y puedo intervenir en una de cada cinco sesiones de control al Gobierno”. Como decía un dirigente de peso a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, del grupo Prensa Ibérica, estos días: “Quién diría que somos el tercer partido de España”. La moción de censura, explican, les garantiza esa relevancia que necesitan a dos meses y medio de las elecciones autonómicas y municipales, y a mucha distancia del PP.

Llegada de Ramón Tamames junto a Santiago Abascal al Congreso.

Llegada de Ramón Tamames junto a Santiago Abascal al Congreso. / José Luis Roca

Pero la apuesta por un candidato ‘outsider’ hizo que la situación escapara al control del partido. Abascal se esforzó, también en su comparecencia conjunta con Tamames, en restar importancia a esas discrepancias. “Coincidimos en lo importante”, dijo. El candidato lo repitió. Pero las diferencias ideológicas se hicieron visibles en muchos ámbitos aunque los dos defendieran la bandera, la unidad de España y la monarquía parlamentaria. El exdirigente del PCE también lo hizo durante el debate de este martes.

“Tensión" mientras Tamames hablaba

Y, por eso, la tranquilidad fue mayor de lo esperada. Algunos dirigentes reconocen que siguieron con “cierta tensión” el discurso del candidato, especialmente la primera intervención, en la que Tamames no mencionó la convocatoria electoral que da sentido a la moción. 

De hecho, Abascal sí lo dijo en su turno, e incluso reprochó a Pedro Sánchez “el coste que supondrá retrasar” unas generales al mes de diciembre, pudiendo unirlas a la cita electoral de mayo. El candidato ya se refirió a la necesidad de ir a unas elecciones cuanto antes en la réplica. Algunos respiraron. 

Las críticas hacia el candidato y al líder de Vox desde el resto de grupos se evidenciaron desde el primer momento. El PP está convencido de que Abascal demostró “debilidad” al centrar sus ataques en Alberto Núñez Feijóo, al que el dirigente ultra calificó como “autoproclamado líder de la oposición sin hacerla”. Pero también cree, igual que los demás partidos en el arco parlamentario, que se confirmó el “show previsible” de la moción. 

Ramón Tamames y Santiago Abascal, en la bancada de Vox.

Ramón Tamames y Santiago Abascal, en la bancada de Vox. / José Luis Roca

Entienden como “una falta de respeto” que Tamames no abordara asuntos de primer orden en el debate, Cataluña no toca hoy” llegó a decir, o que no quisiera responder ni dar la réplica a los portavoces, dejando para el final la respuesta conjunta. Un argumento compartido por un ministro del Gobierno de Sánchez y por la cúpula popular.

En Vox, sin embargo, consideran que Tamames “estuvo acertado en las formas y en el fondo” y celebran sin ambages que evitara “charcos” excesivos. Un dirigente reconocía también alivio por no haber entrado en el asunto catalán más allá de referirse a la lengua (la sentencia del 25% del castellano en las escuelas) o a la modificación del Código Penal en beneficio de los socios del Ejecutivo), después de haber dicho en entrevistas que España es “una nación de naciones, una supernación”. Tamames también ha asegurado que Vox representa algunas “extremosidades”

El descanso en el grupo de Vox fue llegando según transcurría la jornada. Hubo momentos de sorpresa, dicen algunos dirigentes. Por ejemplo, Tamames evitó aplaudir al final de la intervención de Abascal. En realidad, no mostró su respaldo en ningún momento a pesar de los apoyos y las palmas en la bancada ultra. 

El líder de Vox aprovechó su discurso inicial para repasar la legislatura, desde la gestión de la pandemia por parte del Gobierno de Sánchez a la reforma del Código Penal (eliminando el delito de sedición y reformando el de malversación) o la ley del ‘sólo sí es sí’. El exdirigente del PCE seguía atento la intervención y le hizo consultas a Abascal mientras hablaba el presidente del Gobierno.

Ya en la réplica sí mostró más soltura con chascarrillos que hicieron reír a diputados de distintos grupos. “Ha mostrado rapidez. Ha respondido a Sánchez y ha defendido a Vox”, dicen a modo de resumen los dirigentes consultados, mostrando esa satisfacción. En el resto del Congreso la visión es muy distinta: “Dos carcajadas y un despropósito de debate”, dicen distintos diputados y varios dentro del PP.