Melilla

La Guardia Civil vigila la frontera de Melilla con Marruecos para evitar el contrabando de votos

La Benemérita ha puesto a un agente en el paso de Beni Ensar para evitar que se saquen posibles sacas con votos comprados | Hay también vigilancia en el puerto y el aeropuerto

Una imagen de la valla de Melilla.

Una imagen de la valla de Melilla. / EFE

Mario Saavedra

Un agente de la Guardia Civil vigila desde este miércoles el paso fronterizo de Melilla con Marruecos, el de Beni Ensar. Se trata de evitar que personas involucradas en una presunta trama de compra de votos salgan de la ciudad autónoma a Marruecos y, desde ahí, viajen por avión o barco a cualquier lugar de la Península a depositar las papeletas en una oficina de correos. Este agente se suma a otros ya desplegados con anterioridad en el puerto y en el aeropuerto para evitar este contrabando de votos, todo según informa la Delegación de Gobierno a El Periódico de España,.

Se sospecha que ha habido una trama de compra de votos en Melilla porque el voto por correo se ha disparado hasta cerca del 18%, una cifra anormalmente alta. Es siete veces más que la media nacional. En Ceuta, una ciudad de características y población similar, el voto por correo representa sólo alrededor del 2%. En estos momentos, un juzgado y la Policía Nacional investigan estas anomalías, así como el asalto a dos funcionarios de correos en moto para robarles los sobres con papeletas, que en todo caso han sido anuladas gracias al código de identificación que llevan incluido, indican las mismas fuentes.

El control de las fronteras se suma a otras medidas implementadas para evitar el fraude. Hay presencia de Policía Nacional dentro y fuera de la oficina de correos. Desde hace unos días, los agentes solicitan el documento de identidad a aquellos que quieren entregar varios votos juntos, y lo registran junto al número de papeletas entregadas. La intención es que si luego un juez o la investigación policial en marcha demuestran que ha habido una trama de compra de votos, las personas que han llevado grandes volúmenes de papeletas puedan ser investigadas y, en su caso, condenadas, explican las mismas fuentes.

El proceso de la compra de votos en Melilla, tal y como lo explican dos fuentes del Estado, es el siguiente: se le paga a una persona X para que solicite el voto por correo a cambio de una cierta cantidad, que puede rondar los cien euros. En general, son personas con escasos recursos. Después se lo entrega al miembro de la trama, la persona Y, que a su vez los llevaba en lotes, con la papeleta del partido deseado, a la oficina de correos de Melilla. Ahora que se han puesto controles policiales en la oficina de Melilla, esa persona Y puede decidir sacarlos de Melilla para llevarlos a otras oficinas de la Península. Para eso, solo puede salir de la ciudad por el puerto, el aeropuerto o por el paso terrestre hacia Marruecos, desde donde después coge un barco o un avión. No es algo teórico: ha ocurrido en otras elecciones.

La Junta Electoral decide pedir DNI

Por su parte, la Junta Electoral ha tomado la decisión de exigir el DNI a los votantes por correo. Se trata de garantizar que la persona que hace entrega del voto sea la misma que vota. En esencia, elimina el voto delegado, pensado para que otra persona lleve la papeleta a la oficina para personas impedidas, por ejemplo. Esta nueva medida ha provocado que ya no haya prácticamente nadie en la oficina de correos de la ciudad. En estos días atrás ha habido largas colas de solicitud del voto. La Junta Electoral ha tomado esa decisión en respuesta a una petición de PP y Vox.

Coalición por Melilla (segundo partido más votado) ha pedido que se suspendan los comicios por las irregularidades. Se da la circunstancia de que el actual presidente de Coalición por Melilla y expresidente de la ciudad, Mustafa Aberchán, fue sido condenado en 2018 a dos años de cárcel precisamente por una trama de compra de votos para las elecciones al Senado, que también incluía a dirigentes del PSOE. El Tribunal Supremo ratificó en 2021 la condena de la Audiencia Provincial de Málaga contra él, Dionisio Muñoz Pérez (exsecretario general del PSOE en la ciudad) y otros miembros de la cúpula de ambos partidos.

En 2019, el Partido Popular de Juan José Imbroda perdió el mando de la ciudad autónoma, que había gobernado desde 2000. Le apartó una alianza del PSOE (4 escaños en la Asamblea) y Coalición por Melilla (8), una escisión de este. Auparon a la presidencia a Eduardo de Castro, que entonces se había presentado por Ciudadanos (1), partido que más tarde abandonó. En la oposición se quedaron el PP (10 escaños) y Vox (1). La Asamblea de Melilla tiene un total de 25 escaños. Unos cinco podrían decidirse, según la proporción actual, por el voto por correo bajo sospecha.

Al antecedente de CpM y PSOE se suma otra durante al gobierno del PP en 2008. Entonces, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 abrió un procedimiento por la compra de votos a cambio de dar preferencia al ser contratados en los planes de empleo de la ciudad, y que son clave para encontrar trabajo entre las clases más desfavorecidas. En la sentencia dictada entonces se decía que “la propagación de la noticia de la posibilidad de obtener trabajo a cambio de solicitar el voto por correo fue tal que el porcentaje de voto por correo aumentó ese año más del doble (fue del 11,42%) con respecto a las elecciones generales de 2004 (5,39%)”.