Elecciones generales

Pedro Sánchez, dentro de la ejecutiva del PSOE: "El mejor resultado lo podemos tener ahora"

Los socialistas respaldan el adelanto y coinciden en que el mal resultado del domingo obedece al desgaste de la coalición y a los pactos con el independentismo

Pedro Sánchez en rueda de prensa en Moncloa.

Pedro Sánchez en rueda de prensa en Moncloa. / EP

Juan Ruiz Sierra

Con el PSOE en estado de ‘shock’ por el enorme desplome sufrido la noche anterior en las municipales y autonómicas, Pedro Sánchez no se ha salido durante la ejecutiva socialista del guion que él mismo había diseñado horas antes en la Moncloa. El presidente del Gobierno ha repetido los mismos argumentos que ha expuesto para adelantar los comicios generales, que se celebrarán el 23 de julio en lugar de en diciembre. Pero también, según fuentes presentes en el encuentro a puerta cerrada, ha incluido un cálculo electoral. “El mejor resultado lo podemos tener ahora”, ha señalado el secretario general del PSOE

La reunión ha transcurrido en un clima de profunda preocupación, pero todos los integrantes de la dirección socialista se han mostrado de acuerdo con el drástico paso dado por el jefe del Ejecutivo. No ha habido voces discrepantes. “Es ganar o morir. ¿Cuál era la alternativa? ¿Continuar desangrándose hasta diciembre?”, se preguntan en el partido, donde se considera posible una “remontada” ya que el electorado socialista, explica un miembro de la ejecutiva, “no se ha ido a otro partido, sino que se quedó en casa”. Y eso, continúan, es lo que ha provocado la pérdida de al menos cinco de las nueve autonomías en las que el PSOE ostentaba hasta ahora la presidencia (Comunitat Valenciana, Aragón, Extremadura, Balears y La Rioja), así como de 15 de las 22 capitales de provincia donde tenía el poder.

Así que el momento es ahora. Sánchez y el resto de miembros de la ejecutiva han coincidido en que la economía no va a mejorar de aquí a final de año, debido a la subida de los tipos de interés. Pero la inesperada iniciativa del presidente del Gobierno, que tomó esta decisión pocas horas después de conocer la magnitud del batacazo, también tiene una clave interna. “Impedimos que el partido se abra en canal, como ha ocurrido otras veces ante los malos resultados”, explican en la dirección socialista. 

Y al mismo tiempo, continúan, colocan al líder del PP, Alberto Núñez Feijóoen una posición complicada. Para arrebatar todo este enorme poder al PSOE, los conservadores tendrán que pactar con Vox, que el domingo triplicó su número de concejales. Los socialistas creen que el partido de Santiago Abascalhará peticiones de máximos y que los acuerdos territoriales coincidirán con la precampaña y la campaña, que de hecho ya ha empezado este mismo lunes. “¿Cómo va a quedar la imagen del Feijóo moderado?”, se pregunta un miembro de la dirección socialista. Aun así, otros integrantes admiten que el miedo a la extrema derecha no ha dado hasta ahora los frutos esperados. Vox está cada día más fuerte. 

El desgaste de la coalición

Y luego está la relación con Podemos y Sumar, el proyecto de Yolanda DíazLa vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo tiene ahora solo 10 días para alcanzar un acuerdo con la formación morada. “Ellos sabrán qué hacen. Nosotros no vamos a entrar. Y tampoco vamos a ayudarles en la campaña. La coalición con Podemos nos ha hecho mucho daño”, explica otro miembro de la dirección. 

Si Sumar y Podemos van juntos, “estupendo”. Y si no, señalan los colaboradores de Sánchez, el PSOE intentará atraer a parte de ese electorado, crítico con la falta de unidad en el espacio de izquierdas. Es el desplome de los morados, subrayan, lo que ha provocado la pérdida de plazas tan importantes como la Comunitat Valenciana, donde Podemos no obtuvo representación, y Aragón, donde solo logró un diputado autonómico. 

La impresión en las filas socialistas es que la debacle del domingo tiene una clara lectura nacional. Ha penalizado la coalición y el entendimiento parlamentario con el independentismo catalán y vasco. “A la gente le podemos decir mil veces que no había otra alternativa y que los frutos de esa alianza son muy buenos, pero una parte de nuestro electorado tradicional no lo entiende”, explica en la dirección del partido. 

“Ganar o morir”, por lo tanto. Los ánimos están bajos en el partido, pero el adelanto de Sánchez no deja tiempo para lamerse las heridas. “El adelanto es un acierto -concluye un ministro-. Sin arriesgar, íbamos a una agonía. Este es un órdago que se puede ganar”.