PACTOS EN EL CONGRESO
El PP aprovecha "los huecos" para hurgar en las tensiones de Junts con el Gobierno
Los conservadores insisten en que no hay alianzas estratégicas ni contactos para coordinar nada. La casualidad permitió algunos pactos esta semana, que seguirán llevando a cabo “si eso debilita a Sánchez”

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante su intervención en la sesión control al Gobierno que se celebra este miércoles en el Congreso. / Mariscal
El acercamiento demostrado entre PP y Junts esta semana al pactar dos enmiendas de mucha relevancia -que suponen un golpe al Gobierno, especialmente la que tumba el impuesto sobre la producción eléctrica que ahora la coalición de PSOE y Sumar trata de revertir- ha impactado en plenas negociaciones presupuestarias y ha generado debate en el propio Congreso. Si Alberto Núñez Feijóo aprovechó su pregunta de este miércoles a Pedro Sánchez para dirigirse a la portavoz independentista, Míriam Nogueras, recordándole -con cierta complicidad- que su partido siempre les dijo que el presidente “no era de fiar”; Gabriel Rufián quiso lanzar un dardo a su rival en el secesionismo asegurando que “tarde o temprano” harán que Feijóo llegue a Moncloa.
Estos recelos entre los grupos parlamentarios y el runrún sobre si realmente hay o no un intento de alianza entre PP y Junts están lejos de la realidad, según los dos partidos. En la dirección nacional de Feijóo sí admiten que su estrategia esta legislatura pasa por intentar desestabilizar la mayoría parlamentaria de Sánchez, cuya fragilidad se evidencia casi semanalmente en la Cámara. Y siempre que haya “huecos para aprovechar” y generar “nuevas tensiones”, añaden, e incluso “quebrar esa mayoría”, los populares jugarán el partido.
Es exactamente lo que hicieron en la Comisión de Transición Ecológica el pasado lunes, cuando transaccionaron la famosa enmienda del impuesto sobre la producción eléctrica aprovechando la ausencia de un miembro del PSOE en la Mesa que impidió el veto del Gobierno a la iniciativa. Los populares se sumaron entonces a los independentistas para hacerla prosperar.
Y como publicó este diario, también unieron sus fuerzas en otra enmienda que resultaba ser un guiño muy importante a la gran industria catalana. “La realidad es que tenemos coincidencias programáticas”, dicen en el núcleo duro de Feijóo mientras ironizan: “Lo raro sería que transaccionarámos con Podemos”.
En todo caso, el acercamiento parece del todo casual y responde a aprovechar esos espacios que surjan. En Génova reconocen que no hay interlocución directa ni pretensión de que la haya. En Junts también descartan constantemente que puedan acercarse al PP a pesar del último ofrecimiento de Feijóo para una moción de censura, cuando hace unas semanas insistió en que si algún socio se cansa de apoyar a Sánchez y comparte que la situación es “insostenible”, él estaría dispuesto a presentarla.
Es cierto que los pactos de esta semana también coincidiendo con la cuestión de confianza que Carles Puigdemont anunció a través de una iniciativa de su grupo para exigir a Sánchez que demuestre si tiene o no los apoyos en la Cámara. El Gobierno no tiene ninguna intención de someterse a ella. Y en el PP apuntan a las “consecuencias” que el líder de Junts avanzó si el presidente rechazaba su propuesta.
En algo coinciden Gobierno y PP: Puigdemont busca protagonismo en la negociación de los Presupuestos y, sobre todo, dicen los conservadores, subir el precio de su apoyo. En Génova están convencidos de que habrá “una gran cesión” por parte del Ejecutivo para conseguir el apoyo a las cuentas públicas. Y apuntan a la transferencia de competencias en materia de inmigración, pero no solo. El convencimiento dentro del PP es que habrá algo más en la negociación.
También hay voces dentro de las filas conservadoras que -aunque no se extrañarían de que finalmente hubiera Presupuestos- ponen el acento en las dificultades del Gobierno para satisfacer las demandas de todos sus socios al mismo tiempo, especialmente en los asuntos en los que hay tantos vetos cruzados. El pacto fiscal es un ejemplo clarísimo.
“Veremos el Junts del futuro”
Y aunque en este momento todas las fuentes consultadas apuntan a la “casualidad” y a las “jugadas” que van surgiendo en el juego parlamentario para dañar la mayoría de Sánchez, también hay fuentes populares que hacen reflexiones de fondo. Y una de ellas es la del “Junts del futuro” teniendo en cuenta que pasadas las elecciones catalanas es el PSC quien preside la Generalitat, igual que el Ayuntamiento de Barcelona y otros grandes ayuntamientos, sobre los que Junts ya no tiene ningún poder.
En el PP sí consideran que el partido de Puigdemont es consciente de que tiene que cambiar su estrategia para recuperar el espacio perdido en Cataluña y que también le interesa dejar claro a Sánchez que es el único actor (en realidad, también el PNV) “que puede inclinar la balanza en uno u otro sentido”. Otra forma, dicen estas voces del PP, “de demostrar una fuerza que ahora mismo solo tiene en el Congreso”.
Por otro lado, todas las encuestas publicadas dicen que en este momento PP y Vox tendrían mayoría para gobernar. El problema de los conservadores sigue siendo el aislamiento que le supone el hecho de necesitar a Vox, que mientras esté en la ecuación, espanta a otros posibles grupos parlamentarios como PNV y Junts, a los que los de Santiago Abascal también rechazan.
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