CHOQUE EN LA COALICIÓN
La ejecutiva del PSOE cierra filas con Montero y tapona fugas por las dudas con la tributación del SMI
Sánchez defiende la decisión en la reunión de la ejecutiva después de que algunos cargos planteasen no cerrar en falso el debate. “La decisión está tomada”, insisten desde Ferraz

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la presidenta del PSOE, Cristina Narbona (i), y la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, durante la reunión de la ejecutiva en Ferraz este lunes. / EVA ERCOLANESE / PSOE/EFE
El PSOE quiere superar la “polémica” con sus socios de coalición por la tributación del salario mínimo interprofesional (SMI) y para ello debe forzar antes un cierre de filas. El presidente del Gobierno y líder de los socialistas, Pedro Sánchez, taponó las dudas en algunos sectores del partido para hacer una “defensa” de la decisión tomada por la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, durante la reunión de la ejecutiva celebrada este lunes en Ferraz. El jefe del Ejecutivo “dejó clara la posición”, según fuentes presentes en la reunión de la ejecutiva, y que pasa por enrocarse parar sortear las presiones. No solo de Yolanda Díaz, sino también del arco progresista y hasta del PP, que mantienen registradas diferentes iniciativas en el Congreso para rectificar la decisión y subir el mínimo exento de IRPF que permita no tributar a los preceptores del SMI.
“La decisión está tomada”, insisten fuentes del partido después de que la vicepresidenta segunda volviese a demandar que se dé marcha atrás. "Hay dos mecanismos para solventar las discrepancias. Uno es solventarlo dentro del Gobierno, que creo que sería lo sensato, y la otra es que mañana se van a calificar en la Mesa del Congreso de los Diputados varias iniciativas", amenazó Díaz. Minutos después, el ministro de Agricultura, Luis Planas, defendía que “cada uno tiene que soportar sus obligaciones fiscales”. Lo hacía después de asegurar, a modo de reproche, que “yo me leo los papeles”, en referencia al informe de los expertos del propio ministerio de Yolanda Díaz donde se aboga por la tributación del SMI.
En Ferraz asocian la posición de la vicepresidenta segunda con un intento de marcar perfil ante la caída crónica en las encuestas electorales de Sumar. Tildan su posición de “populismo fiscal” y remarcan que los 2.000 millones de euros que se ingresarían corresponderían a mantener el sistema de tramos por el que no quedaría exento el primero, donde se incluyen a los preceptores del SMI tras su subida a 1.184 euros.
Aunque la ejecutiva se centró principalmente en la coyuntura internacional, marcada por las negociaciones de paz en Ucrania y la cumbre en París de líderes europeos para fijar posición, la batalla doméstica por el SMI no ha dejado de estar presente. Ya a la entrada de la reunión, la portavoz del PSOE, Esther Peña, lanzaba un “mensaje de confianza” para compatibilizar la subida del SMI y un sistema fiscal “justo”. “La gran mayoría de las personas que van a percibir el SMI no van a tener que tributar y las pocas que lo harán será con 830 euros menos al año que lo haría el PP”, concluía.
El PSOE intenta hacer pedagogía después de se extendiese en el partido y el grupo parlamentario la sensación generalizada de que se explicó mal la decisión desde el departamento que dirige María Jesús Montero. Incluso varios ministros socialistas, sin dejar de criticar una sobreactuación de Yolanda Díaz por “intentar buscar su espacio como sea”, pidieron no cerrar la puerta a una rectificación y más diálogo a Montero tras estallar el choque.
Pinza con el PP
Hay quien veía como solución abrir un debate más amplio sobre una reforma fiscal progresiva dirigida a los tramos del IRPF. Los socialistas consideran que esta opción es compleja debido a las mayorías parlamentarias y la dejan de lado. Con todo, la aritmética parlamentaria juega en contra del PSOE. El Ejecutivo podría vetar las diferentes iniciativas para que tribute el SMI por su afectación presupuestaria, pero posteriormente debe lograr el visto bueno de la Mesa del Congreso. Algo que en Sumar no contemplan, por lo que se quedarían en minoría los socialistas. Sobre las posibilidades de esta “pinza” entre Sumar y PP, en Ferraz advierten de que su electorado no lo entendería.
Tanto en Moncloa como en Ferraz siguen desplegando sus argumentos y remarcan la necesidad de cuadrar las cuentas. Los 2.000 millones que se dejarían de ingresar, apuntan, corresponden a todo el presupuesto del Ministerio de Vivienda. “Y la calle también quiere políticas públicas de vivienda”, ejemplifican. “La desigualdad no se combate con exenciones fiscales, sino con servicios públicos fuertes”, sostenían ya la pasada semana desde Moncloa para defender la tributación del SMI.
“Quienes dicen que el SMI no debería tributar lo que defienden en el fondo es que este siga siendo bajo. Lo conciben como una suerte de retribución marginal que no debe formar parte de la normalidad salarial y fiscal de nuestro mercado laboral”, cuestionan. Asimismo, señalan que “no es un obstáculo para lograr el objetivo principal, que es aumentar los ingresos reales y el poder adquisitivo de los trabajadores”.
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