ESTRATEGIA DE GÉNOVA
El PP usa el Senado para diluir los errores de Mazón en la gestión de la DANA
El objetivo de la comisión en la Cámara Alta pasa por abrir el abanico de responsabilidad en un momento en el que el PP asume que el relato está perdido

El president de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón (i) y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida (d), en Madrid el pasado lunes. / A. Pérez Meca
La investigación penal de la DANA en manos de un juzgado de Catarroja (Valencia) se solapará con las comisiones de investigación parlamentarias, que buscan dirimir la responsabilidad política de la catástrofe que provocó 224 fallecidos el pasado mes de octubre. El PSOE y sus socios impulsaron ayer la creación de una comisión en el Congreso, que hará frente a la ya aprobada por el PP en el Senado, y que se ha convertido en una carta clave para poder pelear por el relato mientras crece la presión en torno a Carlos Mazón.
Las comisiones echarán a andar en el mes de marzo y el PP en la Cámara Alta pretende poner el foco en los factores de prevención, como las obras hidráulicas que podrían haber evitado consecuencias tan nefastas. Para eso, los populares harán comparecer a ingenieros, técnicos y distintos expertos que expliquen hasta qué punto algunas infraestructuras pendientes, la limpieza de los cauces o la gestión de las presas pudieron haber contribuido a controlar la dimensión del desastre. Y, sobre todo, explican fuentes conservadoras, que no vuelva a ocurrir nada similar en lo que dependa de la prevención de la Administración.
El PP, como ha hecho hasta ahora, pretende diluir la gestión autonómica del desastre -que mira de frente a Mazón y parte de su Consell- y pasar de puntillas, lo máximo posible, por las horas más críticas del día 29 de octubre. De hecho, en la comisión del Senado están citados varios ministros, además de Pedro Sánchez, y ningún dirigente autonómico. Fue el ‘president’ el que se prestó voluntariamente a declarar para sorpresa de su propio partido, que terminó incluyéndolo en el listado tras evitar citar, por ejemplo, a la cesada consellera de Emergencias, Salomé Pradas.
La lupa de los populares está puesta especialmente en Transición Ecológica y en las dos agencias que suministraron información de la situación: la AEMET y la Confederación Hidrográfica del Júcar. Pero el gran objetivo es abrir el abanico de responsabilidad en un momento en el que el PP asume que van perdiendo el relato y que será muy complicado de remontar.
En parte, por las continuas novedades que cercan al ‘president’ y su gestión en el día del desastre. Como ha publicado recientemente ‘Levante’, diario de Prensa Ibérica, el Consell ha confirmado cuatro meses después que Mazón no se encontraba en el Cecopi (donde se tomaban las decisiones) a las 20:11 horas, momento en el que por fin se envió el mensaje de aviso a la población cuando muchos municipios ya estaban colapsados por la riada.
En paralelo, el PP sigue de cerca la instrucción que está llevando a cabo la magistrada de Catarroja y que centra sus pesquisas, precisamente, en ese aviso, por entender -como dejó plasmado en su primer auto- que la tardanza de este aviso por mensaje de texto a los teléfonos móviles habría provocado una gran cantidad de muertes que pudieron evitarse. Esa tarde se produjo un intenso debate en el Cecopi, de hecho, con algunas personas insistiendo en que debían enviar ya una alerta a la población. Uno de ellos fue el presidente de la Diputación de Valencia, Vicent Mompó.
En Génova son muy conscientes del problema que tienen encima de la mesa. Mazón acudió este lunes a Madrid por primera vez para explicar, dicen en el PP valenciano, “su verdad”. Aunque públicamente el partido cierra filas -ayer se vio de nuevo con Miguel Tellado en el Congreso, que cargó contra el Gobierno central por su inacción asegurando que hubo una campaña contra el ‘president’ en plena tragedia evitando enviar los medios necesarios- muchos dirigentes en privado reconocen las dificultades de lidiar con una situación que se va complicando por días.
La marcha de Mazón no está encima de la mesa. La decisión de que continuara y ligara su futuro político a la reconstrucción de Valencia zanjó el debate días después de la DANA. Pero fuentes conservadoras asumen que vendrán meses difíciles con la comisión en el Congreso -controlada por la izquierda- y la de Les Corts. Por eso la del Senado se ha vuelto crucial: pretenden neutralizar los errores de la gestión de la Generalitat y trasladar la presión al Ejecutivo central, partiendo de la base, dicen en el PP, “de que nadie vio la dimensión de lo que venía”.
El ‘president’ insistió este lunes en que “nunca estuvo incomunicado” y que, de hecho, participó en 16 llamadas a partir de las 17:37 horas. Afirmó que “jamás” intentó ocultar la comida que tuvo el fatídico día en el restaurante El Ventorro a pesar de las distintas versiones que dio su equipo durante días, manteniendo la incógnita de quién era el otro comensal hasta que se supo que era una periodista.
Pero, además, Mazón -como no pasó desapercibido dentro de la dirección nacional- también desafió una de las tesis más repetidas por Feijóo en aquellos días y que a día de hoy sigue defendiendo: que debió declararse el nivel de emergencia 3 y que el Gobierno centralizara la gestión. “Yo puedo sospechar las razones por las que no activó la emergencia nacional. Si la Generalitat no lo solicitó fue porque ningún técnico lo consideró necesario, y porque confiábamos en la colaboración máxima del Gobierno.Yo mismo me arrastré de forma casi obscena”, aseguró.
Y continuó pidiendo una reflexión: “Sabiendo que no iban a aportar más efectivos y que arrastraban los pies, hay que preguntarse si habría sido adecuado ceder el mando a los que escatimaron en recursos para perjudicar a la Generalitat”, insistió, manteniendo su convencimiento de que fue lo correcto quedarse en el nivel 2 con su gobierno autonómico al frente.