Caso Koldo
La expareja de Ábalos asegura que cobró de Ineco y Tragsatec sin trabajar y que el apartamento lo consiguió por el exministro
La testigo lo justifica en la relación sentimental que mantenía con el diputado del grupo mixto y dice que eligió la vivienda de plaza de España por su proximidad a la calle Ferraz, en la que está la sede del PSOE
Los empresarios que comparecen como testigos niegan obras de Transportes y uno afirma que contrató a Aldama para recuperar una deuda en Panamá

La expareja de Ábalos Jéssica Rodríguez a su llegada al Tribunal Supremo junto a sus abogados. / Europa Press/ Carlos Lujan
Jésica Rodríguez, quien según la Guardia Civil mantuvo una "relación particular" con el que fuera ministro de Transportes José Luis Ábalos, ha declarado ante el juez del Tribunal Supremo Leopoldo Puente que no iba a trabajar a las empresas públicas en las que estuvo contratada, Ineco y Tragsatec, porque le dieron un ordenador, le dijeron que la llamarían y nunca lo hicieron, lo que sí hizo fue cobrar de ellas el salario mínimo interprofesional. La testigo enmarcó esa circunstancia cuando menos atípica en que mantenía una relación sentimental con el ahora diputado del grupo mixto, a la que también atribuye el piso de lujo en la Torre de Madrid, en la madrileña plaza de España, que ocupó durante más de dos años y que según la investigación abonaba el empresario Luis Alberto Escolano por orden del comisionista de la trama Koldo Víctor de Aldama.
Durante su comparecencia como testigo, Jésica Rodríguez, a la que se ha visto muy afectada -lo que ha hecho que el instructor autorizara su salida por una puerta donde no había medios de comunicación- ha explicado que eligió el apartamento de plaza de España, cuyo alquiler costaba más de 2.600 euros al mes, por su proximidad a la calle Ferraz, donde se encuentra la sede central del PSOE, y a la universidad, donde ella estudiaba una carrera, después de que el propio Ábalos le comentara que tenía que buscar piso, que ya no tenía edad para compartir.
El magistrado ha comenzado preguntando a Rodríguez por la relación que mantenía con Ábalos. Ella la ha definido como "relación de pareja". Ha dicho que se inició en octubre del 2018, y que en noviembre de 2019, como él le había prometido divorciarse y "seguía con su mujer e hijos", le presionó para que "cada cual hiciese su vida". Eso no impidió que siguiese viviendo en el apartamento hasta marzo de 2022, como le hizo ver el magistrado. "Ábalos lo que me dijo fue que mientras yo estudiase la carrera que yo podía seguir tranquilamente en la casa", se justificó. Añadió que hasta noviembre del 21 no le dijeron que se marchase, pero logró frenarlo 60 días.
A preguntas del juez ha admitido que no sabía quién lo pagaba, aunque "imagina que Ábalos coordinándolo con Koldo", porque el asesor "siempre le hacía todo, hasta ir a por tabaco". Lo que sí sabe es que fue el exministro quien la animó a dejar a sus compañeras de piso. "Me dijo que cogiera un piso que me gustara y elegí ese porque estaba cerca de Ferraz y de mi universidad", aseguró. Fue Koldo quien se ocupó de todo y quien le dijo que tenía que "quedar con un tal Alberto", que pensó que era de la inmobiliaria. Se trataba de Luis Alberto Escolano, al que Aldama tiene como "hermanito" en su móvil. Tenía que hablar con Alberto o con Koldo si pasaba algo, como que la nevera se estropeaba o que el primero no había pagado dos mensualidades.
Fuentes presentes en la declaración han señalado que Jésica ha reconocido ante el magistrado que viajó con Ábalos mensualmente, a casi una veintena de lugares, como Londres, Moscú o Abu Dabhi. Según la testigo, "siempre" lo pagaba Ábalos, "excepto cuando lo gestionaba Koldo, pero igualmente ellos se entendían luego y aunque Koldo lo gestionase, luego Ábalos se lo abonaba". Señaló que lo sabe porque lo hablaban delante de ella. Calificó de "completamente falso" que Ábalos le pagara para que le acompañase a esos viajes, aunque sí le daba dinero para sus estudios y sus gastos.
Empresas privadas
Aseguró que fue Ábalos quien la animó a trabajar mientras estudiaba y le mandó su currículum. Acabó siendo contratada por las empresas públicas Ineco, dependiente de Transportes, y Tragsatec a través de Joseba García, hermano de Koldo. Ante el juez afirmó que creía que eran de algún amigo y que ignoraba que fueran públicas, porque creía que a estas solo se entraba por oposición.
A Ineco "fui a recoger un portátil que necesitaba para el trabajo, hice un curso de riesgos laborales, y me dijeron que tenía que estar a la espera de que Joseba" (el hermano de Koldo) pidiese, porque era su auxiliar administrativa. En "dos años" nunca la llamó. Cuando ese trabajo acabó se lo comentó a Koldo y a Ábalos y empezó a trabajar en Tragsatec, bajo la órbita de la SEPI, también como auxiliar de Joseba. En esta entidad estuvo seis meses.
En su declaración como imputado ante el juez Puente, Koldo justificó la contratación de Jésica Rodríguez en la amistad que les unía. Cuando el magistrado le preguntó directamente si había sido contratada por enchufe, este respondió: "Porque era amiga mía y porque para ciertos trabajos la amistad y la colaboración y el poder confiar en una persona es importante". Previamente había asegurado que "estaba preparada y era un cargo de confianza porque era la que llevaba todo el tema de Joseba, todo lo que es todo el trabajo que realizaba".
Para escuchar las explicaciones de por qué Escolano, al que el considerado nexo corruptor de la trama Víctor de Aldama llamaba "hermanito", pagó algo más de 88.000 euros del alquiler del apartamento del que disfrutó Jésica Rodríguez entre marzo de 2019 y septiembre de 2021 habrá que esperar al día 4 de marzo, que es cuando finalmente está citado. El empresario de Calatayud, que en un principio también iba declarar este jueves ante el juez Puente, está considerado por la Guardia Civil el receptor de un sobre de Aldama con "información sensible" que el comisionista ha insinuado que podría ser perjudicial para el Gobierno, relacionado con "la financiación ilegal" del PSOE.
Aldama, contratado
Este jueves también han declarado ante el magistrado Puente dos empresarios. Se trata de Manuel Sallés, responsable de Instalibero District, imputado por la Audiencia Nacional en la causa por fraude de IVA con hidrocarburos, y José Ruz, dueño de la constructora Levantina que, según Aldama, pagó "una comisión 77.500 euros por la gestión de las adjudicaciones obtenidas del Ministerio de Transporte".
Durante su comparecencia este jueves como testigo, Ruz ha negado conocer al ministro, más allá de que ambos son valencianos, pero sí a Koldo García. En lo que han coincidido los dos es en negar contrataciones con el Ministerio de Transportes y mucho menos el pago de comisiones. El propietario de Levantina ha señalado que tenía a sueldo a Aldama para recuperar una deuda de 5 millones en Panamá, por cuya obtención el comisionista se llevaría un 20% de lo recuperado.
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