PLAN DE REARME
El Gobierno solo llevará al Congreso un envío de tropas a Ucrania y lo sorteará para subir el gasto en defensa
La falta de Presupuestos y las dudas de los socios sobre el gasto militar llevan al Ejecutivo a apostar por fórmulas que evitan el visto bueno del Congreso y solo requieren de su aprobación en el Consejo de Ministros

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, durante su reunión en Moncloa este martes para abordar el gasto en defensa. / Moncloa
El compromiso con Bruselas para aumentar el gasto en defensa “lo antes posible” hasta el 2% del PIB, desde el 1,28% actual, genera fricciones entre los socios de investidura y aleja todavía más la posibilidad de aprobar nuevos Presupuestos. Un escenario ante el que en el Ejecutivo deslizan la posibilidad de sortear el apoyo del Congreso. En Moncloa explican que existen mecanismos “extrapresupuestarios” para aumentar el gasto, en referencia a la aprobación de partidas en el Consejo de Ministros a cargo del Fondo de Contingencia o de créditos de Hacienda al ministerio de Defensa que no necesitan ratificación parlamentaria. Así se ha hecho hasta ahora, explican, para limitarse a garantizar que al Congreso se llevará lo que exija la ley. “Haremos lo que tengamos que hacer conforme a la ley”, ratifica un ministro socialista del núcleo duro del jefe del Ejecutivo.
Solo el hipotético envío de tropas a Ucrania, algo en lo que el Gobierno todavía no quiere entrar por considerarlo un debate “absolutamente prematuro”, requiere por ley de la autorización del Congreso. Otras fórmulas, como las del crédito extraordinario para Defensa, sí deberían ser sometidos a votación, pero no se ha recurrido a ellas esta legislatura ni en la pasada. Ni siquiera para salvar el efecto de la prórroga de los Presupuestos.
En el Consejo de Ministros de la pasada semana, por ejemplo, se autorizó una transferencia de crédito desde Hacienda al Ministerio de Defensa de 344 millones de euros para “atender necesidades de funcionamiento existentes”. Este mismo martes, se aprobó otra partida de Defensa de 83 millones de euros en suministros, además del real decreto para subida general de 200 euros mensuales en el salario de los militares. Solo durante el último cuatrimestre del año se aprobaron en diferentes reuniones del Consejo de Ministros partidas destinas a Defensa por un valor total de 2.287 millones euros.
A la división dentro del espacio de Sumar, con oposición de Izquierda Unida y Compromís, se suma el cuestionamiento de otros grupos como ERC, EH Bildu o BNG, aunque con diferentes matices. Frente a esta división, Pedro Sánchez trata de acercar posiciones con el compromiso de que no habrá recortes en servicios sociales, como le garantizó durante una larga reunión de dos horas este martes, y de que se peleará en el marco europeo por rebajar la afectación presupuestaria, a través de transferencias o mutualización de la deuda.
Se apunta también a los préstamos del Banco Europeo de Inversiones (BEI), dirigido por la exvicepresidenta Nadia Calviño, con quien el presidente del Gobierno se reunirá este miércoles en Luxemburgo. El Gobierno aboga además por computar partidas que no sean estrictamente armamento, como la cooperación, la ciberseguridad o la IA.
Otra de las bazas del Gobierno para aplacar los costes del pacto en Defensa pasa por apelar a que se mire el gasto en defensa en "términos absolutos". Esto es, el cómputo general, en lugar del porcentaje de PIB. Como vienen insistiendo desde Moncloa, España es el décimo contribuyente en presupuesto de la OTAN y desde 2018, cuando Pedro Sánchez llegó a la Moncloa, se ha incrementado en un 10%. Todo ello, teniendo en cuenta que por el crecimiento económico del país en los últimos años, cada décima de incremento ha pasado de suponer algo más de 1.000 millones, cuando se ratificó este compromiso en la cumbre de la OTAN de 2014en Gales, a unos 1.500 millones.
Plan para la misión de paz
En el Gobierno no quieren dar pasos en falso ante un debate “complejo”, todavía abierto en la arena europea, y que también está marcado por un tradicional rechazo social en España, en comparación con otros países europeos. De ahí que se apueste por hacer pedagogía y evitar más concreción, aun a costa de una menor transparencia. El Ejecutivo, por ejemplo, no cierra la puerta al envío de tropas a Ucrania en misión de paz, pero lo rechaza en estos momentos. Todo ello a pesar de que este mismo martes se celebró en París una reunión de los jefes de Estado Mayor de la Defensa para definir el plan y el próximo domingo lo hará Pedro Sánchez en una reunión telemática convocada por el primer ministro británico, Keir Starmer para el mismo fin.
El envío de tropas es para el Gobierno la fase final de un plan que debe estar precedido de varios pasos todavía pendientes. El primero, en el que se sitúa la discusión actual, tiene que ver con la reflexión sobre el tipo de paz que se busca, rechazando un mero “alto el fuego” sin garantías. El segundo, pasa por la decisión sobre las garantías que se exigirían para una “paz justa y duradera” y, finalmente, el debate sobre los “instrumentos y herramientas” para acompañarla. Llegados a esta fase, en el Ejecutivo insisten en que el compromiso de España está fuera de duda, poniendo como ejemplo la participación en todas las misiones de la OTAN, excepto Kosovo, o bajo la bandera de la UE y la ONU en Líbano.
Robles reclama al PP “sentido de Estado”
Cualquier participación de España en una misión de paz de estas características requeriría el apoyo del Congreso. Todo apunta a que el Gobierno debería mirar al PP en este caso, y es que Podemos en su afán por buscar una diferenciación de Sumar ha pasado a exigir la salida de la OTAN. Con todo, y ante el mantra de que este debate todavía no está sobre la mesa, no se compartirá la posición de España sobre el envío de tropas en la ronda de reuniones de este jueves en Moncloa con los grupos parlamentarios, que Sánchez arrancará recibiendo a Alberto Núñez Feijóo.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, aprovechaba su intervención en el Senado este martes para reclamar al PP “visión de Estado”. Tras defender en la premisa de que “invertir es Defensa es invertir en paz” y apelar a unos compromisos para que España sea visto como un “aliado responsable y fiable”, pedía que “con sentido de Estado, el PP nos acompañe”. El ministro de Exteriores, exigió igualmente al PP estar a la altura, porque la situación requiere de acuerdos de Estado.
Otras fuentes del Gobierno trasladan la impresión de que la consecución de la paz, en los términos reclamados por los países europeos, todavía está lejos. Aun en el caso de producirse a corto plazo según sus exigencias, explican que el debate sobre el despliegue de tropas estará cargado de “matices”. Comenzando por si se estarán bajo bandera de la Alianza Atlántica, de Naciones Unidas o la UE.
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