El PP se conjura para pedir elecciones a Sánchez en la Conferencia de "no a todo"

Moreno retó a Sánchez a hacerlas coincidir con las andaluzas mientras el socialista Emiliano García Page demandó acciones para que el clima político no arrastre a los territorios

Pedro Sánchez, en la XXVIII Conferencia de Presidentes celebrada en Barcelona

Pedro Sánchez, en la XXVIII Conferencia de Presidentes celebrada en Barcelona

Barcelona

La consigna fue clara. Los presidentes autonómicos del Partido Popular reclamaron este viernes a Pedro Sánchez que convoque elecciones generales “urgentemente”. En su mayoría, emplearon el mismo argumento que el propio Sánchez utilizó en su día: sin Presupuestos Generales del Estado, deben convocarse elecciones. Pero algunos lo adaptaron a su realidad territorial, como el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, que demandó elecciones para que se garantice la llegada a la Comunitat Valencia de fondos para la reconstrucción. Y otros, como el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, que le retó a hacerlas coincidir con las andaluzas. Aunque no se lo dijo a la cara, el socialista Emiliano García Page también pidió que las elecciones generales no coincidan con las autonómicas para que el clima político no arrastre a los territorios.

Desde la dirección nacional del PP refrendaban la estrategia común pidiendo que se “ponga fin a una legislatura que nunca debió haber empezado en los que términos en los que lo hizo”.

La formación política que preside Alberto Núñez Feijóo aprovechó la XXVIII Conferencia de Presidentes para calentar el ambiente para la manifestación de este domingo en Madrid. Esa “tensión” fue percibida por muchos de los asistentes dentro de la sala de reuniones.

Al término del cónclave, varios presidentes autonómicos coincidieron en señalar que la cita de Barcelona resultó “mucho peor” que la anterior, celebrada hace seis meses en Santander. Y no solo por el frío que algunas ministras y presidentas soportaron debido al aire acondicionado, sino porque los líderes autonómicos del PP vieron a Sánchez “torcido” y con una actitud de “puro trámite”, consciente de que “la reunión no iba a servir para nada”.

Así fue. Al igual que en Santander, la Conferencia de Presidentes concluyó sin ningún acuerdo. “Esto parecía un reino de taifas”, describió un mandatario autonómico, cada uno a lo suyo. Y con un Sánchez que les confirmó abiertamente que no estaba de acuerdo con “nada” de lo que habían propuesto los presidentes populares. Con la misma actitud respondió cara a cara a todas las peticiones de adelanto electoral, reafirmando su “intención” de “respetar los tiempos democráticos y celebrar las elecciones en 2027, cuando corresponde”.

Después de que el PP cerrara el marco de debate de esta Conferencia, al imponer el orden del día y los temas que en la reunión debían abordarse, la cita se saldó con otros focos de interés mediático protagonizados por la presidenta de la Comunidad de Madrid. Esta vez la excusa de acaparar miradas se la brindó el uso, por primera vez, de lenguas cooficiales en la reunión. Isabel Díaz Ayuso cumplió su amenaza y, cuando comenzó su intervención en euskera el lehendakari vasco abandonó la sala. No volvió a entrar hasta que concluyó Salvador Illa su alocución en catalán y comenzó a hablar el presidente de la Xunta de Galicia en castellano.

Imanol Pradales calificó el gesto de Ayuso como una “falta de respeto”. Ninguno de los demás líderes autonómicos del PP secundó su acción. Algunos porque en sus regiones también hay lenguas cooficiales - Rueda o Marga Prohens hablaron en galego o catalán-, otros porque no comulgan con estas actitudes. Aunque la mayoría mostraron el rechazo al uso de “pinganillos” en la Conferencia de Presidentes, incluso no poniéndose el auricular para escuchar las intervenciones.

Lejos quedó la intención del PP de un plante a la cumbre. Quizás pesó el hecho, como recordó un presidente autonómico, de que en política “quien se levanta de la mesa, pierde”. O quizás la presencia del Rey en los primeros compases de esta cumbre autonómica que “no sirvió para nada”.

El Palacio de Pedralbes acogió una cita impensable hace unos años. A las puertas del recinto se manifestaban a primera hora de la mañana personas en favor de la unidad de España, en contraste con las escenas de independentista que solían dominar el pasado. Incluso dentro del PP se señalaba que esta imagen de Felipe VI en Barcelona, acompañado de todos los poderes del Estado – además de Gobierno y comunidades autónomas estaban los presidentes de Congreso y Senado- es el motivo de la celebración de una Conferencia “sin ganas” solo porque “convenía” a Salvador Illa para reforzar la “normalidad” institucional que presume haber logrado en Cataluña.

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