Guerra Irán-Israel

Trump y EEUU no alteran la "tranquilidad" de Morón: "Vivimos en total armonía con la base"

Los trabajadores del recinto militar han notado un aumento de la actividad y hablan de 15 aviones cisterna KC-135

Vídeo | La guerra de Irán e Israel pone en el foco la Base Aérea de Morón por la intervención de Estados Unidos en el conflicto

Jorge Jiménez

Domingo Díaz

Ana, camarera del Bar Retames, en Morón de la Frontera, no ha escuchado a muchos clientes hablar de la guerra entre Irán e Israel. En alguna mesa, algún "grupillo", sí ha comentado "lo loco que está Donald Trump". Poco más. Los moroneros siguen con la "misma rutina", afirma la trabajadora. No parece afectarles el hecho de que, a 20 kilómetros del centro neurálgico de la ciudad se encuentre una base aérea usada por los norteamericanos a la que hace unos días llegaron unos 15 aviones cisterna KC-135, claves en la operación de ataque de Estados Unidos a tres bases nucleares iraníes el pasado 22 de junio. Tampoco que la república islámica contestaran bombardeando una base americana en Qatar.

Ignacio Cala, primer teniente alcalde de la ciudad, habla de "relativa tranquilidad". Esto se puede constatar paseando por el pueblo este martes por la mañana. En otra cafetería de la ciudad distinta a la de Ana, la conversación de los clientes gira en torno a las pensiones, lo divino y lo humano. El hostelero solo cuestiona por el conflicto bélico a los reporteros cuando se están yendo de local. "¿Ha dicho Trump que hay un alto al fuego definitivo?" El reloj casi alcanza las 12 horas y ese anuncio queda ya lejos, lo último que se conoce es que Israel ha bombardeado de nuevo Irán tras asegurar que la república islámica lanzó un misil rompiendo la tregua.

Los vecinos de Morón no muestran preocupación. José Antonio afirma que "los autóctonos" están "superacostumbrados" a la situación. "No vemos que corramos gran peligro y vivimos en total armonía entre la base, los militares y nosotros. De hecho, hay mucho personal civil que trabaja en la base", aduce. La madrugada del viernes y la del sábado, él y otros vecinos escucharon el motor de algunos aviones. No sabe decir cuáles eran, pero sí que "se está escuchando más de la cuenta". En ningún momento de la conversación parece alarmarse. En Morón la actividad de los aviones estadounidenses es tan habitual que durante la Guerra del Golfo, los coches iban a ver despegar los B-52, narra este vecino.

Aurora lo resume en la calle principal: "Como estamos tan acostumbrados de toda la vida a tenerla, la verdad es que ni nos acordamos de que está ahí la base". Reconoce que cuando hay conflictos bélicos en los que participa Estados Unidos "te preocupas un poquito, pero no es que nos quite el sueño". Carlos Morales, del bar Gallo Negro, y Jesús Manuel Jurado, de la tienda Mi Lola, coinciden. El primero aún recuerda las amenazas de Gadafi cuando la invasión de Afganistán. El segundo destaca la relación entre Morón y la base: "Desde hace muchísimos años tenemos esta vinculación y es importante para nuestro pueblo, porque vienen muchas familias que trabajan allí".

Rotonda del Gallo de Morón, en el Paseo de la Alameda en Morón de la Frontera, Sevilla. Junio de 2025

Rotonda del Gallo de Morón, en el Paseo de la Alameda en Morón de la Frontera, Sevilla. Junio de 2025 / Jorge Jiménez / ECA

Es la visión de muchos moroneros, pero no la de todos. Una mujer familiar de un trabajador abogaría por el cierre de la base ante todo lo que está ocurriendo. "Prefiero que pierda el trabajo a que pierda la vida", llega a referir sobre su pariente mientras pide guardar su anonimato. En realidad, la baza del sí a la base por el empleo ya no es tan fuerte como antaño. Si en 2010 había 620 civiles trabajando en el interior, actualmente solo se contabilizan 250.

"Traen su propio personal"

Los empleados de la base aérea de Morón estos días han visto llegar unos 15 aviones cisterna KC-135 y unos cinco de carga C-5. Los primeros son visibles a cientos de metros en la pista, la segunda más larga de Europa. Algunas veces se contabilizan menos, por lo que los trabajadores entienden que están saliendo a volar, aunque como es lógico desconocen el motivo.

Ellos tampoco parecen alarmados por la situación de guerra. Les preocupa más el hecho de que se esté perdiendo empleo y, en este tipo de situaciones, se acrecienta la crisis que viven. "No solo tiran bombas, traen su propio personal", reclama un trabajador. Desde 2014 relevan los puestos de los empleados españoles por empleados americanos, "militares retirados" que "no tributan siquiera en España". Es decir, estos picos de actividad no se traducen en más contrataciones, ni mucho menos.

Este trabajador recuerda que "nadie quiere" tener las bases en su territorio sin "la contraprestación" del trabajo. Por eso, las distintas secciones sindicales mantienen una lucha para poder ser personal laboral del Ministerio de Defensa y no depender de las empresas americanas que se hagan con los contratos.

"Una pequeña preocupación"

La versión municipal es clara. Ignacio Cala recibe a El Correo de Andalucía en el Ayuntamiento de Morón de la Frontera. La sede del grupo municipal socialista se encuentra frente a la de Izquierda Unida, donde los carteles rezan un rotundo no a la guerra e Israel y muestran su apoyo a Palestina. Cala apunta: "En Morón de la Frontera tenemos una tranquilidad relativa. O sea, que se esté utilizando la base de nuestra ciudad y las instalaciones que tienen los americanos en Morón de la Frontera causa una pequeña preocupación".

Cala coincide con sus convecinos. La relación con la base es de "costumbre" y los 20 kilómetros que la separan del núcleo urbano hacen de la convivencia rutina. Eso sí, "lo que nos gustaría es que se utilizara para la paz y no para la guerra. Estamos acostumbrados a este tipo de situaciones, pero sí nos gustaría que cuanto menos se usara la base, pues mejor".

Base Aérea de Morón de la Frontera, Sevilla

Base Aérea de Morón de la Frontera, Sevilla / Jorge Jiménez / ECA

Espera no tener que vivir de nuevo las colas en la carretera para ver despegar los aviones B-52. Insiste, de hecho: "Lo que nos gustaría es que la base se utilice y salgamos cuando salen los aviones de la UME al volcán de Canarias". Que usase poco, apunta, "significaría que no hay conflictos donde tienen que actuar aviones y este tipo de intervenciones".

Cala sabe con los bueyes que aran. "Estamos acostumbrados. Nosotros lo que deseamos profundamente es que el conflicto se acabe y que se dejen de utilizar estas instalaciones para este tipo de actividades".

El primer teniente de alcalde celebra no tener noticias del Ministerio de Defensa. La cartera que dirige Margarita Robles no se ha dirigido a ellos y la traducción es que "tampoco aquí está ocurriendo nada fuera de lo normal". Solo piden que se cumplan los convenios internacionales. En resumen, según Cala, la localidad vive "la calma dentro de la preocupación de que hay un conflicto internacional en el que hay aviones que parten desde Morón de la Frontera, y eso es una preocupación que siempre hay. Pero estamos acostumbrados a este tipo de cuestiones y no hay alarmismo, no se puede hablar de alarma ni de preocupación extrema".

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