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Cumbre de la ONU: una cita en Sevilla para acordar sin Trump la deuda de los países en desarrollo

La Cuarta Conferencia Internacional sobe la Financiación para el Desarrollo, que arranca en Sevilla este lunes, es la primera cumbre de este tipo que se celebra en Europa en la que los países del Sur piden reformas financieras a nivel global

Operarios colocan banderolas en FIBES, en los días previos a la IV Conferencia Internacional de Naciones Unidas sobre la Financiación para el Desarrollo.

Operarios colocan banderolas en FIBES, en los días previos a la IV Conferencia Internacional de Naciones Unidas sobre la Financiación para el Desarrollo. / Rocío Ruz / Europa Press

Sevilla

Por primera vez desde 2017, la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) global descendió un 7,1% en 2024. De hacerse realidad el anuncio de recortes por parte de varios países, con la excepción de España, esta ayuda podría descender entre un 9 y un 17% al final de este 2025. Las consecuencias, en un contexto mundial de graves y complejas crisis, serían dramáticas para millones de personas en todo el mundo: emergencia climática, desigualdad, hambre, guerras, violaciones de derechos humanos… con especial incidencia en la población de los países del sur donde de manera crónica faltan recursos para educación, para sanidad, cuidados o asistencia humanitaria. Con los Objetivos de Desarrollo Sostenible hasta 2030 en el horizonte y en un momento crítico por los conflictos que tensionan la alianza entre bloques, la reforma de la arquitectura financiera internacional, para que sea más justa, se hace tan necesaria como difícil de alcanzar. Llevamos con lo mismo, dándole patadas adelante, desde hace casi 50 años.

Naciones Unidas acordó en 1970 que los países desarrollados destinaran el 0,7% de su Producto Nacional Bruto (PNB) a la Ayuda Oficial al Desarrollo para países menos desarrollados con el que reducir la brecha de desigualdad entre países ricos y pobres. España no cumple ese objetivo, aunque da pasos adelate, y países alcanzaron la cifra, caso de Alemania, Luxemburgo, Noruega y Suecia, están reculando en sus compromisos empujados por discursos extremistas y antimigratorios que prenden en la hoguera del populismo.

Cómo corregir esta dinámica, con qué herramientas y cuáles son los compromisos de los países es, a grandes rasgos, lo que se va a debatir en la Cuarta Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo (FFD4 en sus siglas en inglés) de Naciones Unidas, que se celebrará desde el próximo lunes 30 de junio al 3 de julio en Sevilla. Se trata de la primera vez que una conferencia de estas características se celebra en Europa, una manera de poner el foco en el compromiso que han de adquirir los países ricos con respecto al equilibrio y reparto de la riqueza con el sur global.

Más allá de lo que se debata y acuerde en el plenario del Palacio de Exposiciones y Congresos (Fibes) y los múltiples paneles paralelos, Sevilla ya es el epicentro global de la reflexión pública sobre la gobernanza económica global. La cooperación al desarrollo debe ser un principio rector, con el objetivo de llegar a los más vulnerables y con un enfoque especial en las mujeres y niñas.

Además del programa oficial, numerosas ONG y plataformas sociales con presencia en Sevilla han programado charlas, conferencias y actividades: desde Cáritas Internacional, European Climate Foundation, African Women Leaders o Global Citizen. También estarán presentes las organizaciones bajo el paraguas de La Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo, la red estatal de organizaciones y plataformas sociales, fundada en 1986.

¿Qué es la Conferencia FFD4 de Sevilla y por qué es importante?

La Organización de las Naciones Unidas (ONU), como única institución global donde todos los países tienen voz, es un espacio donde se articulan, entre otros, demandas para una transformación de la arquitectura financiera global. El proceso de financiación para el desarrollo tiene su raíz histórica en el descontento de los países del Sur por las deficiencias estructurales provocadas por un sistema financiero internacional dominado por los países del Norte Global, que ha derivado en desequilibrios e injusticias sociales, económicas y ambientales. Aunque la cooperación económica internacional es parte de las responsabilidades de la ONU, "su rol ha sido marginado sistemáticamente por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y el G20", denuncia La Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo.

Los debates y negociaciones sobre reformas económicas y financieras, que enmarcan en el Proceso de Financiación para el Desarrollo, se han venido teniendo de manera regular desde hace más de un año. Estas negociaciones desembocan ahora en esta Cuarta Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo cuyo documento final es el Compromiso de Sevilla, que tendrá que ser aprobado formalmente, aunque no es vinculante para los países. La ambición de los compromisos se ha quedado muy rebajada. "El documento final no responde a nuestras expectativas como sociedad civil global, pero sobre todo, a la gravedad del momento mundial que vivimos", denuncia esta coordinadora.

Uno de los temas que pasa de largo en esta declaración es deuda, un tema nuclear y uno de los más reñidos en las negociaciones: muchos países están atrapados en deudas que no pueden asumir. La reclamación histórica de los países en desarrollo es contar con una convención internacional que establezca normas justas en este sentido. Casi la mitad del mundo, 3.300 millones de personas, vive en países que gastan más en el pago de la deuda que en salud o educación. Según el informe de Naciones Unidas sobre la Financiación para el Desarrollo Sostenible (2024), los países menos desarrollados gastan el 12% de sus ingresos en pagar intereses, el nivel más alto desde el año 2000.

¿Quiénes debaten?, ¿Qué líderes internacionales vienen?

El segundo foro más importante de Naciones Unidas, este FFD, es un espacio en el que los líderes y representantes de todos los gobiernos, junto con las organizaciones internacionales y regionales, las instituciones financieras y comerciales, las empresas, la sociedad civil y el propio sistema de las Naciones Unidas se unen al más alto nivel, para trabajar a favor de una cooperación internacional más justa.

En cuanto a la presencia internacional, hay presencia de mandatarios de más de 170 países así como representantes de organizaciones a nivel global. Sin embargo, no todos los países envían a sus máximos representantes, ya sea Jefes de Estado o de Gobierno. Al final, vendrán unos 60 jefes de Estado y de Gobierno, casi todos del llamado Sur Global, los países que piden ser escuchados en igualdad de condiciones.

El nivel de presencia que se envía a esta cumbre lanza también un mensaje y ésta, finalmente, se ha quedado algo descafeinada. "Mira como no ha faltado ni uno a la Cumbre la OTAN", exponen desde La Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo.

La ausencia más evidente es la del presidente de los Estados Unidos, que no ha mandado en su lugar a ningún representante del Ejecutivo de Donald Trump. Esta ausencia responde al desmantelamiento de la USAID (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional), el mayor golpe a la cooperación y el desarrollo en la administración estadounidense. Por ejemplo, que Israel mande a un representante del cuerpo diplomático del país se entiende a las claras como su nulo respaldo a las políticas de cooperación al desarrollo más elementales.

ONU (NUEVA YORK), 19/09/2023.- El presidente del Gobierno en funciones español, Pedro Sánchez (i), y el secretario general de la ONU, António Guterres (d), durante la reunión que han mantenido en el marco de nuevo periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU en Nueva York. EFE/Moncloa/Borja Puig de la Bellacasa *****SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO) *****. *****SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO) ***** ORGANIZACION DE LAS NACIONES UNIDAS

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el secretario general de la ONU, António Guterres. / Moncloa/Borja Puig de la Bellacasa / EFE

Según el último listazo actualizado por Naciones Unidas, además de Antonio Guterres, secretario general de la ONU y Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España, acuden Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, y Antonio Costa, presidente del Consejo Europeo. Entre las presencias internacionales más destacadas está prevista la participación de Emmanuel Macron (Francia) y Marcelo Rebelo de Sousa (Portugal). Sin embargo, jefes de Gobierno como Reino Unido, Alemania o Italia han delegado la representación en sus ministros.

¿Dónde y cuántas conferencias anteriores se han celebrado?

Hace 10 años que no se celebran Conferencias para la Financiación para el Desarrollo. La pandemia marcó un vacío profundo en los compromisos internacionales. La primera conferencia fue en 2002 en Monterrey, México. Aquella cumbre dio lugar a la declaración conocida como el Consenso de Monterrey y sirvió para reconocer que financiar el desarrollo es un asunto global. Seis años después, en 2008, se celebró en Doha (Qatar) y fue la primera vez en la que se habló en la ONU de acabar con los paraísos fiscales y de la justicia fiscal.

En 2015, hace 10 años, los países se comprometieron en la Conferencia de Addis Abeba (Etiopía) de una forma más activa: se crearon foros de seguimiento de los acuerdos pero no se llegó a compromisos firmes con respecto a la fiscalidad y la deuda de los países.

¿Qué pasa después de Sevilla?

Miles de organizaciones de la sociedad civil de todo el mundo lo tienen claro: la Conferencia debe ser un punto de inflexión, no un punto final. Para la Coordinadora de ONG, "la distancia entre discursos y políticas reales sigue siendo insostenible. La sociedad civil global dará seguimiento al cumplimiento de los compromisos adoptados y seguirá presionando por una mayor ambición en las temáticas clave de la Conferencia. En concreto, a partir del documento final de la Conferencia, se lanzará la Plataforma de Acción de Sevilla, que busca movilizar alianzas internacionales y compromisos voluntarios para desarrollar acciones concretas que impulsen un nuevo marco de financiación más justo. "Sevilla debe ser una puerta a continuar el camino y seguir demandando un sistema financiero mundial que sea justo y garantice los derechos humanos, la paz y el respeto del planeta"

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