El suelo es un recurso limitado y según los usos a los que se destine tendrá unos u otros impactos ambientales. Solo es una de las conclusiones de la charla que ofreció ayer en la Tribuna del Agua el coordinador del Observatorio de la Sostenibilidad en España, Fernando Prieto. Tras la ponencia, este doctor en Ecología, que fue asesor del gabinete de la presidencia del Gobierno en temas ambientales, habló con EL PERIÓDICO sobre el actual problema energético, la necesidad del cambio en el modelo productivo o las tarifas por la utilización del agua.

--¿La deforestación y el aumento del terreno edificable están provocando que el cambio en el uso del suelo se convierta en una amenaza medioambiental?

--Por supuesto. Es una amenaza más grave incluso que el calentamiento global, porque es un proceso que se está desarrollando mucho más rápido y las consecuencias llegarán antes.

--Desde 1990 y hasta 2004 se edificó la cuarta parte de todo el suelo construido en la historia de España. ¿Es esto sostenible?

--Lo preocupante es que la tendencia continúa inalterable. En muy pocos años estamos construyendo de una forma muy importante, sobre todo en las costas, que cada vez tienen menos terrenos sin construir y donde se sustituyen zonas forestales y de regadío por zonas artificiales.

--¿La clase política debería hacer más caso de las reflexiones de los científicos?

--Es muy probable que las decisiones de los políticos deberían basarse más en una mejor información y en los dictámenes de los científicos. Más que nada porque el incremento de la superficie artificial es un proceso irreversible. Debemos pensar mejor qué estamos haciendo y cómo estamos creciendo, porque en ocasiones se edifican viviendas que luego no se ocupan.

--¿Se debe cambiar el modelo productivo?

--Es evidente que una economía basada en el conocimiento y en las nuevas tecnologías necesitará mucha menos cantidad de recursos y energía.

--Actualmente, la construcción está sufriendo una fuerte desaceleración. ¿Es una buena oportunidad para que el sector genere menos presión sobre el suelo?

--El cambio de ciclo que estamos viviendo de disminución del PIB basado en la construcción será muy positivo para dar descanso al incremento de la superficie artificial. En este periodo se podría impulsar el tema de la restauración ecológica o la creación de bosques.

--¿La superficie dedicada al regadío también perjudica al medio ambiente?

--El regadío se está incrementando de forma muy importante en España en los últimos años. Es muy probable que haya que buscar la producción de determinados alimentos en las zonas más favorables para ellos. Así, por ejemplo, el maíz es mucho más lógico producirlo en la España húmeda que en la seca. Es probable que algunos de los regadíos que se están haciendo no vayan a generar una producción económica interesante porque, además, muchas veces son cosechas subvencionadas...

--El grado de dependencia energética en España supera en 30 puntos al de la media europea. ¿Cómo podemos mejorar estos datos?

--El tema energético es complicado. Es necesario mejorar la eficiencia energética, aumentar el ahorro y ver si los sectores intensivos energéticamente pueden ir derivándose hacia otras áreas. Y, además, es evidente que tendremos que mejorar la producción de energía renovable de una forma espectacular. Aragón es todo un ejemplo en este sentido, pero deberemos seguir mejorando, porque Alemania tiene siete veces más potencia solar instalada que España. Aquí sería interesante que se metiera el sector privado.

--¿Qué papel puede jugar en esta materia la energía nuclear?

--Es un debate conflictivo porque aún está sin resolver el tema de los residuos nucleares y el de la diseminación de la industria nuclear. Es decir, si España tiene energía nuclear, ¿Irán o Argelia también pueden tener? Por otra parte, hay que mejorar el control que hay ahora mismo en las centrales nucleares españolas, que es bastante insuficiente.

--En ocasiones las empresas utilizan la gestión ambiental como una herramienta de márketing. ¿Podrían hacer más?

--Las empresas deben tomar muy en serio los aspectos ambientales. No se trata de cumplir con la memoria de responsabilidad social corporativa, sino de reducir las emisiones, los impactos ambientales o las presiones sobre las poblaciones. De hecho, creo que sería necesario una exigencia y un seguimiento mayor sobre la actividad del sector privado.

--En España se sigue derrochando más agua que en Europa. ¿Cree que hay que subir su precio?

--En el agua hay que incluir un precio que sirva para incentivar el ahorro y la eficiencia en el uso. Personalmente, creo que el actual precio urbano es alto y el agrícola es muy bajo, por lo que es muy probable que con el tiempo, y viendo la diversidad de situaciones, haya que ir incrementándolo.

Según el último informe del Observatorio de la Sostenibilidad, España fue el país de la UE-15 que más incrementó sus emisiones de efecto invernadero en 2004 y 2005.

--Es probable que la tendencia cambie a partir de ahora con la caída de la construcción, pero realmente la política de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero no ha funcionado.