El espectacular aumento del precio de los alimentos y los serios problemas de hambre en el mundo fueron ayer el hilo conductor de la jornada inaugural del I Congreso Internacional de Riego que se celebra en Zaragoza. La agricultura se presentó como elemento clave de la búsqueda de soluciones, lo que en la actualidad exige un uso eficiente del agua y la aplicación de las tecnologías más modernas.

Medio millar de expertos de todo el mundo se da cita en este congreso, incluido en la Semana Temática 1 de la Tribuna del Agua, dentro del programa Agua y Tierra. Los datos aportados en la apertura fueron abrumadores: La superficie agrícola útil que hay en el mundo es del 20%, pero en ella se produce el 40% de los alimentos que se consumen. La población mundial es de 6.700 millones de habitantes, pero se estima que la cifra, en el 2050, saltará los 9.000 millones, lo que aumentará la demanda de productos.

Y el precio de los alimentos se ha disparado. Solo un ejemplo, que puso Jaime Lamo, presidente de honor de la Asociación de Fabricantes de Riego de España (Afre): en tres meses, el precio del trigo ha crecido más de un 200% y el del maíz, más de un 150%. Otros imputs (como los fertilizantes) también han visto crecer su coste más que notablemente.

Otra cifra clave: solo el 2,5% del agua del planeta es dulce, pero apenas el 0,77% está disponible, según datos del 2002 que podrían haber ido a la baja, apuntó Germán Rojas, jefe de la Oficina de Información de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) para España.

La creciente demanda frente a una oferta muy inferior (los países asiáticos, por ejemplo, registran grandes aumentos de consumo de alimentos que no estaban en su dieta), el agotamiento de la superficie cultivable en el mundo, la escasez mundial de agua y su irregular reparto o el cambio climático son algunas de las "concausas" citadas por Lamo para tratar de explicar el aumento del precio de los alimentos. Y la especulación. Solo en febrero pasado habían aparecido 140 fondos de inversión relacionados con la agricultura cuyos beneficios pueden ser de hasta el 25% y cuya incidencia en los precios de los alimentos, aunque no está cuantificada, es innegable, según Lamo, Rojas o Erick Fernandes, asesor agrícola del Banco Mundial.

En la agricultura está la clave, coinciden los especialistas, que destacan que ha entrado de lleno en las agendas internacionales. Pero los desarrollos agrícolas tienen que luchar con las ya citadas escasez de agua y falta de suelo.

Varios expertos subrayaron la importancia de la agricultura de regadío para el desarrollo futuro, porque permite intensificar las explotaciones y hacerlas más rentables. Pero ante la limitación de recursos hídricos, se imponen sistemas muy eficientes y tecnologías de vanguardia que exigen grandes inversiones.

Inversiones que, en opinión del consejero de Agricultura de la DGA, Gonzalo Arguilé, no pueden afrontar en solitario los agricultores. Consideró que no se puede poner un precio al agua sin antes modernizar el regadío y lanzó un duro mensaje: "Es falso que enviar alimentos a los países en desarrollo arruine su agricultura. El café y el cacao no compiten y las empresas que los distribuyen son ricas, mientras los países productores son pobres", dijo. Y añadió: "Lo que sucede es que ha habido poca voluntad en la distribución de alimentos".

Antonio Serramia, presidente de AFRE, puntualizó: "La distribución de alimentos no es una prioridad básica de los grandes hóldings".

El director de la Tribuna del Agua, Eduardo Mestre, resaltó la importancia de este encuentro para la búsqueda de soluciones.