Hemos concebido un pabellón para el deleite de los sentidos y para estimular el contacto sensual con el agua". Fueron las palabras que eligió ayer el presidente de Suiza, Pascal Couchepin, para explicar la concepción del pabellón suizo en la Expo. El edificio, que ha contado con un presupuesto de tres millones de francos suizos, muestra las innovaciones tecnológicas más importantes del país en la gestión del agua. En este sentido, Couchepin comentó ayer que el espacio "refleja todo el esfuerzo que Suiza ha hecho en el tratamiento y purificación de las aguas".

Bajo el Lago es el título del espacio suizo, que "invita" a sus visitantes a "bucear bajo los lagos suizos". Su principal atractivo es una vela gigante de barco con una instalación de vídeo artística que está rociada con agua y que sirve de pantalla de proyección. En el hall del pabellón, se ha instalado un muro interactivo que representa un paisaje acuático abstracto de Suiza, donde se presentan diversos problemas y soluciones en el tratamiento y purificación del agua.

Pero, sin duda, uno de los espacios más visitados del pabellón es el bar, ya que ofrece alimentos típicos como queso o la llamada "carne seca". Concebido como un espacio de tranquilidad en medio del "frenesí" de la Expo, el pabellón persigue "que la contemplación sea el punto de partida hacia un comportamiento de respeto y responsabilidad en la gestión del agua", tal y como destacó Couchepin.

Además, el pabellón de Suiza va a ser lugar de encuentro cultural, ya que van a actuar artistas musicales suizos que mostrarán a los visitantes el lado más cultural de Suiza.