Una coreografía ciudadana del Danubio Azul, el vals compuesto por Johann Strauss, conmemoró ayer el día del Danubio en la Expo, una jornada lúdica pero también científica en la que estuvieron representados nueve países bañados por este río.

Los 19 países que forman la cuenca del segundo río más largo de Europa se unieron en la ciudad de Sofía un día como ayer, pero de 1994, con el propósito de proteger el Danubio, lo que ha permitido mejorar la conservación de este río, del que cada año mejora la calidad del agua.

Para conseguirlo se crearon 90 estaciones de control a lo largo del curso del río, que se han integrado en una misma red, según explicó ayer Jorsef Gayer, integrante de la Comisión de Protección del río Danubio por parte de Hungría.

En esta organización se invita a participar tanto a los gobiernos, como las oenegés y a las asociaciones con una serie de objetivos comunes, como la utilización sostenible del agua del río. Además, se pretende controlar el transporte de las aguas residuales y reducir la contaminación que llega de la cuenca del río al Mar Negro.

El Danubio se conoce también como el camino de las naciones porque actúa como mediador entre culturas y las indentidades del centro y el este de Europa. Para los habitantes que viven en la cuenca, este río tiene un significado muy especial porque constituye una reserva de la naturaleza y una fuente de recursos para potenciar la economía. "Para ello la gente tiene que ser consciente de la importancia del Danubio y saber qué cosas podría hacer por el río", señaló Gayer.

Según Liviu Popescu, integrante de esta red por parte de Rumanía, el día internacional del Danubio es una ocasión festiva que se celebra de forma global por todas las organizaciones e instituciones con diferentes actividades relacionadas con el agua, como juegos, excursiones, mesas redondas, talleres y actividades educativas.

Austria, Bulgaria, Croacia, Alemania, Hungría, Eslovaquia y Rumanía decidieron trasladar la fiesta también a Zaragoza aprovechando su participación en la Expo para que el Danubio se convierta en un ejemplo de gestión para otras cuencas. Así, impartieron una conferencia en la Tribuna del Agua en la que compartieron las claves de esta experiencia que se ha desarrollado con éxito.

Entre los eventos preparados para este día, se creó la entrada Danubio, que se podía conseguir en los pabellones de países bañados por el río y que una vez completada con la visita a estos pabellones daba derecho a obtener pequeños regalos. Además, los organizadores entregaron 300 camisas y formaron una cadena de visitantes para bailar el conocido vals que lleva su nombre.