Ninguno de los presentes anoche en el Pabellón Principe Felipe esperaba encontrarse con el sol de los Teletubbies como maestro de ceremonias. A las risas del bebé le siguieron varias naves espaciales, de la saga Star Wars, que dieron vueltas esperando a Alaska. Cuando los teclados de Nacho Canut ya habían entrado en calor, ha aparecido la diva.

Acompañada de dos jóvenes, ataviados solamente con un bañador, y delante de una extraña estrella satánica, Alaska ha comenzado su show. Todo el espectáculo ha estado marcado por los vídeos en bucle, donde destacaban las figuras sencillas y los colores.

La inolvidable noche de Fangoria en el Príncipe Felipe

La inolvidable noche de Fangoria en el Príncipe Felipe JAIME GALINDO

Con un público algo frío en la primera canción, las palabras de agradecimiento de la cantante tras los últimos acordes del primer tema – «Gracias por venir a los conciertos y gracias a los promotores por atreverse a montarlos» – han encendido a los asistentes que, aunque no muy numerosos (en torno a un tercio del aforo permitido en los conciertos) sí se mantuvieron fieles durante toda la noche.

Geometría Polisentimental ha arrancado de la silla a los primeros atrevidos -los hubo durante todo el concierto- que se lanzaron a bailar. Para los demás, los brazos y la cabeza parecían suficientes, respetando distancias y sin despegarse del asiento.

Fangoria ha aprovechado su regreso a la semana del Pilar, de la cual son unos habituales, para presentar ante el público zaragozano sus dos últimos trabajos, Extrapolaciones. Dos recopilatorios que repasan las últimas décadas del siglo XX a través de versiones de grupos y artistas que, de alguna forma, han colaborado e influido en este famoso dúo, que mantiene por los cuatro costados su aire a la Movida madrileña.

La presentación de estos últimos discos dio pie a que Alaska viajase al pasado más reciente de la música nacional recorriendo canciones tan conocidas como La revolución sexual, de La Casa Azul, o Historias de amor, de OBK. Especialmente coreado fue la interpretación que la cantante mexicana de Soy yo, la célebre canción de Marta Sánchez.

Las luces brillantes, los juegos de neón y los vídeos de fondo, que recordaban a los primeros videoclips, han transportado a los asistentes a una época pasada, en la que se podía estar de pie y no llevar mascarilla. El ejercicio de nostalgia de Fangoria, acompañado por un repertorio en el que no faltaron los grandes himnos de la pareja formada por Alaska y Canut, consiguió el efecto ochentero que se quiso alcanzar en la noche de ayer.

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Fangoria ha tenido la dura papeleta de coger el testigo de Kase.O, que en las noches del jueves y el viernes hizo vibrar a sus paisanos, que casi han llenado el auditorio, con la gira del décimo aniversario de Jazz Magnetism, el trabajo en el que mezcló rap con metales.

Un icono de la música de los 80 como Alaska le cede las llaves del Príncipe Felipe a otra mujer que aspira -si es que no lo es ya- a ser el de las nuevas generaciones. Nathy Peluso actúa hoy, a partir de las 21.30 horas, en este recinto zaragozano.