No ha sido la mejor temperatura para disfrutar de un concierto sentado y sin poder bailar. Pignoise ha tenido el frío como principal enemigo en su noche ante 2.000 zaragozanos, la mitad de un aforo que, paradójicamente, se completó en minutos cuando se lanzaron las invitaciones gratuitas.

Aunque el horario de arranque oficial eran las 21.30 horas, los madrileños no han hecho acto de presencia hasta pasadas las diez menos cuarto, con cuenta atrás en las pantallas incluidas. Un largo discurso motivacional, compuesto por retazos de algunas de sus canciones, ha marcado el inicio del show: «Volveremos a salir... Queda mucho por andar y tenemos la sensación de que debemos hacerlo juntos. La meta siempre es encontrar la diversión».

Antes incluso de que las guitarras eléctricas hayan rasgado el frío silencio de la noria siria, el tema central de la película de Los Vengadores ha levantado los primeros aplausos.

Ha apostado Pignoise por No sentar nunca la cabeza, canción conocida por todos los asistentes, para comenzar el concierto. Ha tenido claro Álvaro Benito desde el primer momento que tenía que ser el encargado de hacer que el público se uniese a la fiesta. El vocalista de la banda ha pedido la colaboración, ya en el primer tema, de unos asistentes que le han seguido con movimientos de cabeza, cortos bailes en la silla y mucho movimiento de los brazos.

El cantante ha sido el miembro más activo del grupo, seguido por Alejandro Polo en la batería y Pablo Alonso, el único que ha dado muestras de roquero con saltos por el escenario. El último invitado a la fiesta sobre el escenario ha sido un dron, encargado de seguir a los artistas y de mostrar las imágenes sobre las tres grandes pantallas que han rodeado el escenario.

Pese a lo complicado, Pignoise se ha apoyado en sus temas más conocidos para conseguir que el respetable sintiese una sensación parecida a la de un concierto convencional. Una situación, la de una fiesta anterior a la pandemia, que sí se ha podido simular en la zona de restauración pegada al recinto del concierto.

Nada que perder, Estoy enfermo o Todo me da igual no han faltado en un repertorio que ha pecado de nostalgia: los aficionados de Pignoise solo han coreado esas canciones que catapultaron a la fama al grupo madrileño hace ya casi dos décadas.

DVicio es el grupo encargado de cerrar el 12 de octubre los conciertos en este recinto del Parque del Agua. A partir de las 21.30 horas, el pop actual de la banda termina el día grande de la semana del Pilar.