La fin. Esa era la frase que rezaba en los carteles y en las camisetas que teñían de morado y negro la sala Multiusos.
La fin porque Ixo Rai! volvía a Zaragoza seis meses después de su reencuentro en el pabellón Príncipe Felipe. Un nuevo escenario, el mismo repertorio y una despedida, en el horizonte, que puso durante toda la noche los pelos como escarpias y los ojos brillantes.
El recinto, lleno hasta la bandera (de Aragón, siempre). Los exteriores, también. Cuando a las 21.00 horas Artistas del Gremio ya marcaba sus primeros acordes sobre el escenario, la plaza Eduardo Ibarra se llenaba de adultos con muchas ganas de viajar, de nuevo, hasta la década de los noventa.
La cola principal se extendía hasta la Cámara de Comercio y se convertía en varias filas junto a las taquillas. El ambiente, una calma tensa: se apuraban las cervezas, se celebraban reencuentros y se coreaban, tímidamente, algunos de los temas de la mítica banda aragonesa.
Ya dentro, Artistas del Gremio cumplieron con su cometido. Calentar al público, predispuesto a todo, parecía una tarea sencilla pero que se debía conseguir. Tras una hora de botes, un improvisado dj sacó todo el repertorio aragonés disponible en su inventario. Y con S´ha feito de nuey, el primer éxtasis aragonesista de la noche puso a arder el recinto.
Ixo Rai! saltó al escenario más cerca de las 23.00 horas que de la anunciada en los carteles, pero todo merecía la pena en la última gran noche.
Ese tema, la despedida que surcaba por el aire, lo abordó Jota desde el primer momento. «Sabéis todos por qué estamos aquí y lo que hemos venido a celebrar», señaló el líder de la banda, que recordó en todo momento a Juanito Ferrández, «el culpable de que nos volviésemos a juntar y de que hoy estemos aquí». El público, por las palabras de Jota, pasó del adiós al probable hasta luego: «Juanito estará siempre con nosotros, tanto en este concierto como en los que puede que vengan después».
Y tras los primeros intercambios verbales con los presentes, las primeras canciones.
No te quedes sin entrar y ¡Olé por la música! fueron la carta de presentación de un concierto cargado de aragonesismo y reivindicación. La camiseta de Jota pedía unas renovables más justas; los 6 de Zaragoza también se vieron representados y la reivindicación del folclore aragonés, en unas Fiestas del Pilar que lo han borrado de la programación, fueron la base del discurso de un grupo nacido y crecido en los noventa pero con completa vigencia en pleno siglo XXI.
Con decenas de banderas de Aragón ondeando, con toda la sala rendida a las letras y a la música, solo faltaban más talento sobre el escenario.
Si Artistas del Gremio se unió a Manolo Kabezabolo en la previa, Ixo Rai! compartió tablas con algunos de los principales rostros del panorama cultural de la comunidad. Pardinilla, María José Hernández, Jorge Asín o los propios Artistas del Gremio fueron marcando una línea ascendente que toco techo hacia el final del concierto.
Tras la intervención de la Ronda de Boltaña, Amaral e Ixo Rai! se fundieron en el Canto a la libertad. Ese himno, que resuena cada semana del Pilar en la cabeza y en los corazones aragoneses, se puso en la voz de los grandes referentes de la noche para unirlos, durante unos minutos, al inolvidable José Antonio Labordeta.
Tras la solemnidad y la reivindicación, un cierre de altura para una noche inolvidable. No era 15 de agosto, era la madrugada del 7 al 8 de octubre. Pero Ixo Rai! volvieron a ser los de siempre: diversión, reivindicación, Aragón. Quién sabe si es un final.
El resto de la noche
Paralelamente al gran atractivo de la noche, los otros dos grandes escenarios de la capital también se llenaron de música.
Manolo García fue el encargado de subir el telón del pabellón Príncipe Felipe, un recinto que vibró con algunas de las canciones que han marcado a varias generaciones, aderezadas con las últimas composiciones del artista catalán.
Al estreno de una nueva edición del Espacio Zity acudió uno de los padrinos de las Fiestas del Pilar. Melendi volvió una vez más a Zaragoza en una semana fetiche para el cantante asturiano, un fijo en la programación. Un concierto que volvió a conquistar a su público con la fórmula más utilizada por el artista en sus últimas giras: la combinación de sus éxitos más recientes con aquellos temas míticos que le catapultaron a la fama hace ya dos décadas.
