El Periódico de Aragón

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NOVILLADA CON PICADORES

Feria del Pilar: Pocos y entregados al fatalismo y el bostezo

Diego García desaprovecha la única oportunidad de la tarde, un quinto novillo con transmisión, mientras Santana y Alarcón dicen casi nada

Santana Claros en el quite en el que resultaría volteado sufriendo tan solo una contusión nasal. JONATAN BERNAD

La primera función de la feria taurina del Pilar discurrió entre el bostezo y las protestas continuadas de los aficionados por la endeblez de gran parte de los novillos lidiados.

El hato presentado por Antonio López Gibaja fue por fuera muy desigual en su primer terceto y más homologable con una plaza de primera categoría como La Misericordia en su segunda mitad.

Uno se esperaba que la tan cacareada por la empresa idea-fuerza de Zaragoza como estandarte del toro tendría su basamento en la armonía, seriedad y cuidado en, al menos, la presentación.

Algo tendrá que decir sobre esto el ganadero: uno compra y otro embarca. Responsabilidad compartida. Aunque como siempre, la moneda es la que marca la raya en el suelo y, a veces, no llega ni para comprarle unas gafas al veedor.

De aquella plaza culta y en la que había una mayoría de aficionados ya solo van quedando algunos «comandos» aislados que no renuncian a despojar al coso del escaso prestigio que le va restando. Son minoría, sí, y a menudo se ven engullidos por la aplastante masa aplaudidora y complaciente que apenas conoce del rito. Hoy más que nunca, son necesarios.

Aunque los nuevos usos y modas van arrastrando al que era un espectáculo serio hacia el precipicio de lo mundano. Ya todo es aceptable y nada es trascendente.

Como cuando la banda de música cortó abruptamente la interpretación del himno nacional al romperse el paseíllo. Otro debate es si debería sonar pero si sí, sí.

Ayer, ese comando del tendido cuatro, protestó con rigor y precisión cada vez que el novillo perdía las manos, rodaba estrepitosamente o, como el primero ­­–un burraco poquita cosa– hizo tierra y requirió de la cuadrilla para, en una escena penosa y poco edificante, ser puesto en pie. Parecía una brigada de enterradores a punto de la última palada.

Claro, así es muy difícil darle valor a la actuación de un Santana Claros que no vio toro en ningún momento. Su continuo deambular buscando el terreno apropiado fue tan inútil como lo era la condición del novillo.

Incomprensiblemente sonó la música... y el público la hizo callar. Unas veces por exceso y otras por defecto, se «chufló» a destiempo.

El único sonido que pegaba con la faena eran las palmas de tango. Mal Santana.

Pero aún le quedaba otra oportunidad en el cuarto. La faena resultó copiosa e hizo bulto mas la peña no le echó cuenta porque el novillo estuvo más tiempo en el suelo que en pie.

Claro que Diego García tampoco anduvo sobrado ni siquiera despierto. Con el inaceptable segundo, un novillo estrecho y avacado, sin ningún remate, doloroso a la vista lo mirases por donde lo mirases tiró de toreo a granel.

La movilidad engañosa del torete desarboló a un Mario Campillo que largó decenas de capotazos inútiles para ponerlo en suerte en banderillas.

Así que llegó a la muleta descompuesto y avisado por un lado izquierdo que García no quiso siquiera catar. La estocada efectiva tapó la vulgaridad de su trasteo y hasta se le pidió la oreja que la presidenta Carolina Chaves negó. Bien por su determinación. A ver si también la tiene en lo sucesivo por las mañanas, en corrales.

El más potable, el quinto, un novillo de poner aquello como una olla a presión a la segunda serie descubrió nuevamente las carencias de un Diego García que casi saluda una ovación si no lo frena un comando de jóvenes del tendido tres. Bien.

Álvaro Alarcón, el más puesto de la terna con diferencia, se mostró suficiente y efectivo en lo fundamental ante su primero, desbaratando lo hecho con la espada y se dejó llevar por el marasmo y la indiferencia en el que cerraba la función cuando ya la clientela, entre boqueadas y casmodias, andaba pellizcándose para despertar de esa mala pesadilla en la que lo accesorio pudo con lo esencial.

A estas horas, el personal sigue hablando de la novillada sin caballos, de Fran Fernando y Aarón Palacio. Nos alimentamos de recuerdos. Ayer pasamos hambre. 

LA FICHA DEL FESTEJO

NOVILLOS DE

Antonio López Gibaja. Muy desiguales y sin fuerzas. Destacó el quinto.

SANTANA CLAROS

Silencio tras aviso y ovación.

DIEGO GARCÍA

Vuelta tras petición y silencio.

ÁLVARO ALARCÓN

Silencio en ambos.

ENTRADA

Un quinto.

ESTE DOMINGO, LA CONCURSO

La corrida concurso de ganaderías prevista para este domingo (17.30 horas) y en la que se anuncian Fernando Robleño, Fortes y el aragonés Imanol Sánchez está teniendo muchos problemas para sacar adelante el sexteto en competición. El equipo gubernativo había reconocido hasta el día de ayer hasta dieciséis toros de los que, aseguraban, solo habían sido declarados aptos cuatro. En las últimas horas no ha cesado el trasiego de camiones y a ello hay que sumar que, como no se realiza sorteo pues el orden de lidia viene señalado por la antigüedad de las vacadas, ahora los matadores tendrán que aceptar o no de entre lo que se les presente.

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