ATAVIADOS PARA LA OFRENDA

Las tiendas de indumentaria aragonesa viven su semana grande

Estos negocios han recuperado este año el habitual frenesí previo a la Ofrenda tras dos años para olvidar por culpa de la pandemia

Varios clientes, este martes en la tienda San Jorge Indumentaria Regional, en la calle Santiago de Zaragoza.

Varios clientes, este martes en la tienda San Jorge Indumentaria Regional, en la calle Santiago de Zaragoza. / ÁNGEL DE CASTRO

Rubén López

Rubén López

Zaragoza

Las tiendas de indumentaria tradicional aragonesa han recuperado este 2022 el habitual frenesí previo a la Ofrenda a la Virgen del Pilar. Tras dos años muy duros por culpa de la pandemia, estos negocios han vuelto a vivir unas semanas de auténtica locura para poder entregar a tiempo los trajes y los típicos arreglos de última hora. «Están siendo unos días de bastante estrés y de mucho trabajo, pero bienvenidos sean después de estos dos años tan complicados», indica María José Cebrián, responsable de la tienda zaragozana Atavíos, ubicada en la calle Viva España. 

Estos negocios han tenido que superar una auténtica travesía por el desierto tras un 2020 sin Ofrenda y un 2021 al ralentí con un acto en formato reducido. Además, la pandemia canceló o redujo a la mínima expresión las actuaciones de jota y las fiestas de los pueblos, lo que golpeó aún más a estas tiendas. «Trabajamos bastante para las reinas de las fiestas y los grupos de folclore, así que la pandemia ha supuesto un palo muy duro», subraya Natalia Arbués, de San Jorge Indumentaria Regional, en la calle Santiago.

Algunas tiendas y talleres, como es el caso de esta última, se refugiaron en la venta 'online' durante estos dos últimos años, ya que «algunos complementos son iguales para los trajes tradicionales de otras comunidades», tal y como apunta Arbués. Sin embargo, el embate de la pandemia fue tan fuerte que algunas tiendas zaragozanas se han quedado por el camino durante estos años.

Las tiendas de indumentaria han recuperado este año el habitual frenesí previo a la Ofrenda.

Imagen de este martes de la tienda Indumenta, ubicada en la calle Torre Nueva.

El sector solo quiere pensar ahora en positivo y recuperar la buena tendencia que venía registrando en los últimos años. «El interés por salir en la Ofrenda del Pilar y vestirse con rigor ha ido creciendo de forma progresiva en las últimas décadas; había un gran auge entre la gente más joven que creemos que se va a mantener», señala Belén Navarro, de la tienda Indumenta, ubicada en la calle Torre Nueva.

Cada año más oferentes

Sin duda, la evolución y crecimiento en cuanto a número de oferentes ha sido meteórico en las últimas décadas. Baste un dato: en 1980 apenas 50.000 personas se acercaron hasta la plaza del Pilar para entregar sus flores a la Virgen, mientras que en los años previos a la pandemia la cifra se situaba en torno a los 300.000 oferentes. Las previsiones para este 12 de octubre son buenas y el ayuntamiento prevé un nuevo récord para la ofrenda de 2022. 

Todo ello impulsará aún más a las tiendas de indumentaria, que en la mayor parte de casos también son talleres. «Nosotros estamos especializados en la confección de trajes a medida. Llevamos 30 años y tenemos bastante clientela fija», destaca Cebrián.

Esa amplia experiencia ha sido determinante para sortear el bajón de la crisis sanitaria. «Nosotros incluso damos cursos en nuestro taller para la gente que quiere aprender a elaborar su traje», señala Arbués, que apunta que este año los clientes han esperado «más que nunca» hasta el último momento: «Otros años la gente viene después del verano, pero este año han tardado más y eso complica todo un poco, pero lo sacaremos adelante». 

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